"UNA GRADUACIÓN Y UN ANILLO"

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1 año después...

Decir que el último año para ambos chicos había sido todo un calvario, sería decir poco. No verse todos los días, como solían hacerlo antes de que Vic marchara a la universidad, era horrible. Pues se habían acostumbrado tanto uno al otro, que estar separados, hacía que se extrañarán día a día, minuto a minuto, todos los días de todo el año.

No obstante, como Vic había prometido antes de irse, lo llamaba cada que podía; al terminar alguna clase, antes de entrar a una, durante un descanso, antes de dormir y después de despertar en la mañana.

Y kellin, no importando donde su teléfono celular sonará, él respondía, no importando si estaba en medió de una clase, algúna reunión familiar, duchandose o durmiendo. Él jamás rechazaría o dejaría en espera una llamada de Vic.

Los fines de semana eran sus favoritos. Donde Vic podía visitar a Kellin, o donde Kellin podía visitar a Vic. Donde podían pasar horas, abrazándose, acurrucados mientras hablaban de todo lo que fue su semana completa. Donde se besaban hasta que ya no sentían los labios. Y donde, tal vez, en alguna ocasión, si había oportunidad, terminaban encerrados en la habitación de alguno de ellos con seguro en la puerta.

Kellin no llena muchas solicitudes para la universidad sin embargo. Jurandole a Vic que si pudiera enviar más de una solicitud a la universidad donde él estudia, segura y felizmente lo haría; todo por ser aceptado también y poder estar junto a su castaño. Y Vic no podia ocultar lo maravilloso que eso sería. Tener a su ángel junto a él, en la misma universidad y, quizá -si esque era posible, y sino, haría todo lo posible porque así fuera- compartiendo dormitorio. Eso sin duda, haría de su estancia en ese instituto mucho más fácil y placentera.

Las vacaciones cortas habían sido espectaculares, maravillosas para Kellin aunque no habían salido de la ciudad en todo el tiempo en que estas duraron. Fueron sólo paseos a la playa y salidas nocturnas con su novio y amigos. Se había divertido; por supuesto que lo había hecho.

Pero como todo en esta vida tiene un principio y un final; las vacaciones terminaron, Vic tuvo que regresar a la universidad y Kellin quedarse para trabajar en los preparativos de su graduación, concentrarse en sus últimas clases y prepararse para el exámen de admisión a la universidad cuando la carta de aceptación haya llegado.

Estaba feliz, nervioso, emocionado, triste y a la vez angustiado. Muchas emociones dentro de su cuerpo encontrándose entre sí, haciendo de su cabeza toda una locura de pensamientos, algunos buenos, otros malos; y Vic le hacía tanta falta en momentos como estos.

Extrañaba a su castaño, demasiado. En momentos, cuando la frustración y el estrés lo invadían, logrando que sus ánimos y energías disminuyeran, lo llamaba y, debía admitir que dormirse con el sonido de la voz de Vic, susurrandole en la otra línea palabras dulces y tranquilizadoras, lograba hacerlo descansar. Su ánimo al siguiente día crecía al igual que sus energias. Se levantaba por las mañanas con las ganas de seguir adelante y no rendirse ante nada. Vic era su soporte, el ancla que lo mantenía con los pies en la tierra. Haciendo promesas de estar siempre juntos, soñando con una vida compartida, siempre y para siempre juntos; y Kellin sabía que así sería.

(...)

El traje lo sofocaba de una manera horrible. La corbata atada alrededor de su cuello apretaba su garganta dificultandole la respiración. Cuanto discutió con su madre por no querer aquella pieza tan fastidiosa del traje, pero como siempre, ella ganaba. Y ahora recordaba porque odiaba tanto vestir de traje. Era incómodo, la tela hacía que su piel pícara en la zona de su brazos y piernas, la camisa le apretaba el cuello asfixiandolo y la corbata ¡Ugh! No ayudaba en nada.

¨Hero¨{Kellic Quentes}Where stories live. Discover now