"ME SALVASTE"

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Su corazón estaba destrozado en pequeños y diminutos pedazos. Sus días ya no tenían sentido, eran grises y tristes, sin sol, y es que, su sol tenía nombre y apellido, y se había ido, dejándolo sólo y sin ganas de volver a amar.

Su único escape de su cruda realidad, era pasando toda la tarde entrenando en el gimnasio Worsnop.

Todas las tardes, después de salir del instituto, iba a casa, se cambiaba de ropa y se marchaba al gimnasio. Ya ni siquiera le pedía a Mike que lo llevará, y el mayor de los hermanos ya ni siquiera se esforzaba por ofrecerse o preguntarle si quería que lo llevara o podía acompañarlo, pues sabía que la respuesta era un rotundo no.

Jaime y Tony, sus mejores amigos, ya no le pedían que saliera con ellos, pues igual sabían que su esfuerzo iba a ser en vano, Víctor no quería salir de casa o del gimnasio. Se había convertido en alguien antisocial y amargado.

Justo ahora se encontraba en ese lugar, golpeaba el saco de arena con tanta fuerza, que parecía increíble que ese fuera el mismo chico que hace un par de meses se cansaba en tan sólo 10 minutos de entrenamiento. Incluso los chicos y chicas que frecuentaban el gimnasio se habían dado cuenta del rotundo cambio del moreno.

Dedicaba su mente, cuerpo y alma al entrenamiento. La mente más que nada, pues no quería pensar en él, ya había llorado el resto del mes, no quería hacerlo más. Aunque sabía que iba a ser difícil no intentar recordar, pues de cualquier forma, había sido por Kellin que comenzó a tomar las clases de boxeo.

Era increíble la forma en la que todo le recordaba a él. El instituto, el gimnasio, las noches de películas con su familia, las sudaderas grandes y de colores claros, las gomitas en forma de oso, e incluso su propia casa le hacía recordarlo. Era como si Kellin se hubiera metido hasta lo más adentro de todo su ser. Estaba dentro de su mente, alma y corazón; y era imposible sacarlo de ahí.

Aun recordaba haber jurado no rendirse hasta poder estar de nuevo con él, pero no podía forzar a Kellin a quererlo de nuevo ¿O si?, es lo que pensaba el moreno. Y le era doloroso pensar que él aun amaba con todo su ser a ese ángel de ojos azules, y que el ángel seguramente ya ni pensaba en él.

No sabía lo equivocado que estaba.

-¡Hey! Fuentes -lo llamó Worsnop interrumpiendo sus pensamientos.

-¿Qué? -respondió, quitando los guantes de sus manos.

-necesito que me ayudes en algo -dijo, mientras revisaba algunas cosas en su móvil.

-¿En qué? -cuestionó el menor.

-¿Ves al chico de haya? -Worsnop apuntó discretemente hacía un chico de aspecto extraño. Veía todo desde una esquina del local, bastante alejado de todos, parecía asustado.

Vic fruncio el ceño y asintió -si ¿Que hay con él? -respondió.

-su nombre es Evan Katwell, es hijo de uno de mis clientes más frecuentes.

-aja ¿Y?

-necesito que lo entrenes.

Víctor puso los ojos en blanco -¡¿Qué?! ¡¿Por qué yo?! -preguntó atónito.

-Fuentes, sólo miralo, por favor - pidió, Vic obedeció. El chico parecia temblar del miedo -Evan es... Es algo... ¿Cómo te explicó?... Delicado, si esa es la palabra. Ea bastante delicado.

-¿Y qué tengo que ver yo con eso? -volvió a preguntar el moreno.

-tú tienes experiencia con ese tipo de niños -respondió, el castaño bufo y rodó los ojos, sabía a lo que se refería. -y mirame, Vic. Sabes bien como soy con mis estudiantes. Me gusta exprimirlos hasta el cansancio, que imploren por un descanso, hacerlos derramar hasta la última gota de sudor -Vic sonrió falsamente y arqueo las cejas. Si, Worsnop era así, e incluso peor -yo no puedo hacerle ésto a ese niño. Su padre me lo trajo por que quiere que “lo vuelva más hombre“-hizo comillas con sus dedos -no creo ser capaz de someter a tal tortura a ese niño.

¨Hero¨{Kellic Quentes}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora