"¿AMIGOS?... POR AHORA"

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—¡Vic, vamos levántate flojo! ¡Arriba, arriba!— gritaba Mike, brincando sobre el menor aun dormido.

—Mmm...— se quejó Vic, tomando las cobijas y tapándose completamente con ellas.

El mayor tomó las cobijas y halo de ellas, destapando por completo al menor.

—¡Levántate!

—¿Qué mierdas te pasa?— preguntó Vic furioso.

—Es tarde tienes que levantarte— respondió seriamente.

—Es domingo Mike, hoy no hay escuela— dijo con obviedad, quitándole de las manos las cobijas al mayor y volviendo a taparse con ellas.

—Lo sé, pero tenemos algo muy importante que hacer hoy— volvió a jalar las cobijas.

—¿Qué es eso más importante que dormir?— preguntó ya fastidiado sentándose en la cama.

—Ir de compras— respondió Mike sonriente.

Vic frunció el ceño—¿Ir de compras?— preguntó.

—Si— se encogió de hombros—. Tenemos que ir a comprar el equipo para tus entrenamientos de boxeo.

—¿Y por qué no vas tu solo?

—Porque yo no soy el que va a entrenar— respondió con obviedad—. Y si vas tu solo o yo solo mamá sospechara, y ya sabes cómo es ella con esas cosas de la "violencia" .— hizo comillas con sus dedos—. Por eso inventaremos que sólo iremos a comprar ropa, o comer un helado, yo que sé. Así que levántate, rápido.

—¡Ya voy, ya voy!— Vic se levantó de la cama, estirándose en el proceso.

—Te espero abajo. Tienes 20 minutos— anunció saliendo de la habitación, aún con las cobijas del menor en las manos.

—¡Hey, mis cobijas!

—¡Te las regresaré en cuanto bajes!

Vic bufó y talló sus ojos tratando de alejar un poco el sueño que aún tenía. Con pasos lentos y perezosos se dirigió al cuarto de baño, para darse una ducha matutina y así alejar todo rastro de sueño.

En tan sólo 20 minutos estuvo listo, vestido con unos jeans negros ajustados, una camisa color guinda un poco grande para él, seguramente era de Mike, pero le valió, se miraba bien en él, unas vans negras y un beanie del mismo color.

Se miró en el espejo por última vez, acomodando sus largos cabellos castaños en un flequillo, para después salir de la habitación y bajar las escaleras.

—¡Vaya, por fin!— dijo Mike cuando vió al menor bajar.

—No tarde tanto, fueron 20 minutos exactos— se defendió, Mike revisó su reloj de muñeca.

—Veintidós— corrigió.

Vic bufó y rodó los ojos para después reír, la exageración que a veces el mayor usaba le era gracioso. Y es que Mike así era, solía exagerar por todo hasta por el más mínimo y diminuto detalle.

—Ya vámonos, antes de que me arrepienta— dijo aun sonriendo.

—¡Es enserio, Vic!— renegó saliendo de casa, cerrando la puerta a sus espaldas—. Tardas demasiado arreglándote, pareces una chica.

—Tú eres el que parece una chica, exageras por todo— dijo subiendo al auto, al lado del copiloto.

—Yo no exagero— susurró para sí mismo Mike.

(...)

—Vamos Kells, acompáñame.

—No Kate, no estoy de humor, en serio.

¨Hero¨{Kellic Quentes}On viuen les histories. Descobreix ara