"AGOTADO"

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Sábado por la tarde, una aburrida y larga tarde de sábado.

Kellin se encontraba en la habitación de su mejor amiga, Katrina. Recostados en la cama, con su cabeza sobre el regazo de la chica, la cual acariciaba los cabellos largos de Kellin, peinándolos y despeinándolos, logrando que al chico se le cerraran los ojos, anunciando que tal vez pronto quedaría dormido. El silencio en la habitación era agradable y cómodo, sólo el sonido de sus respiraciones en sincronía y algunos pajarillos cantando fuera, en el árbol que estaba frente a la ventana de la habitación.

Sin embargo, el ojiazul no pudo evitar soltar un ruidoso suspiro en el momento en que unos hermosos ojos marrones llegaron a su mente.

—¿Y ese suspiro?— preguntó la castaña.

Kellin negó con la cabeza, aún con los ojos cerrados.

—¿Estás bien? Casi no has hablado desde que llegaste, y eso que tú hablas hasta por los codos.— bromeó la chica.

El pelinegro dejó salir una risita sin abrir los ojos.

—¿Quieres hablar, Kells?— cuestionó, seria está vez.

Kellin volvió a suspirar, abrió los ojos y se levantó del regazo de la chica, sentándose con las piernas cruzadas sobre la cama, frente a la ojiazul.

—En serio estoy bien, Kate.— respondió con una pequeña sonrisa en sus labios.

Kate ladeó la cabeza, observando a su amigo, mientras mordía su labio inferior—. Mientes.— afirmó, el pelinegro puso los ojos en blanco—. Te conozco muy bien, cariño. Sé cuando mientes, porque muerdes tus labios, o cuando estas triste, porque casi no hablas. Así que deja de mentirme, y dime ¿Qué es lo que pasa?

El ojiazul bajó la mirada hací sus manos, su amiga lo conocía muy bien y a ella no podía mentirle. Volteo el rostro hacia la ventana cuando sintió que las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos. ¿Por qué iba a llorar? No lo sabía, pero necesitaba hacerlo.

Kate tomó una de las manos del pelinegro entre las suyas, dándole un ligero apretón. Kellin la miro con ojos llorosos, Kate sintió una punzada en el pecho justo donde estaba su corazón, le dolía ver así a su mejor amigo.

—Vamos Kells, dime lo que te pasa. Me duele verte así.— dijo, acariciando su mano.

—Creí que era diferente.— respondió en tono bajo, con las palabras atorándosele en la garganta por el nudo que se había formado en ella, a causa de querer llorar.

—¿Quién? ¿Quién creías que era diferente?— cuestionó con cariño la castaña, aun sosteniendo su mano entre las suyas.

Kellin cerró los ojos y suspiro hondo—.Vic.— respondió, abrió los ojos y una lágrima calló por su mejilla.

Sin embargo, Katrina aún no comprendía por completo, ¿Quién era ese tal, Vic? ¿Y qué le había hecho a su mejor amigo para ponerlo de esa forma?

—¿Quién es Vic, cariño?— su voz seguía siendo cariñosa y amable.

—¿Recuerdas este jueves que paso, cuando llegue aquí a tu casa go-golpeado?— preguntó está vez el ojiazul, Kate asintió—. Bueno, pues si no hubiera sido por... si no hubiera sido por Vic, seguramente yo hubiera terminado en el hospital... o peor. Él... — sorvio por la nariz y limpió una de sus mejillas con el dorso de su mano—... Él me salvo, él me ayudo, y prometió protegerme. Vic no sabe pelear y aun así me ayudo, se ganó un gran moretón en la mejilla, pero no le importo.— sonrió con amargura—. Al día siguiente, me salió con la idea de que quería entrenar boxeo, para darles una lección a los idiotas del equipo de futbol americano. Yo le pedí que no lo hiciera, le dije que si solo lo hacía por mí, que no lo hiciera, y fui un estúpido al decir eso...

¨Hero¨{Kellic Quentes}Where stories live. Discover now