"ALGO PARA DISTRAERNOS"

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Tarde de nuevo, el tiempo se le había ido literalmente volando.

Después de salir de casa de la castaña, corrió lo más rápido hacia su casa. Con millones de cosas en su cabeza, con un gran nudo en la garganta y bastantes ganas de llorar, logro llegar. Se ducho lo más rápido que pudo y se vistió tomando lo primero que encontró en su armario, sin olvidar la sudadera de Kellin. Desayuno solo una manzana, acomodo algunas cosas en su mochila y salió de casa. Agradeció que no estuvieran su madre, padre y Mike en casa, pues no tenía ánimos de explicarles por que no había llegado a dormir la noche anterior, claro, si es que se habían dado cuenta.

Volvió a correr lo más rápido que pudo hacia el instituto, sabía que era tarde y no alcanzaría la primera clase, y la verdad es que le importaba poco, pues tal vez con tantas cosas en su cabeza no podría atención en nada. Si iba al instituto era solo porque se lo había prometido a su ángel, porque no quería que al no ir, Kellin creyera que estaba enojado con él.

Kellin era lo único que en su cabeza traía. No quería que volviera a sufrir, la verdad era que, él no quería hacerlo sufrir. Por eso haría todo lo posible para hacer que su niño volviera a hacer el mismo, para que lograra olvidar todo lo malo que le haya sucedido, y es que, Vic, era capaz de dar cualquier cosa con tal de ver feliz a su ángel.

También había decidido que esa misma tarde, al volver a casa, después del instituto, hablaría con su padre. Le contaría todo al respecto de su relación con Kellin. Y la verdad es que le valía poco si su padre lo apoyaba o no.

Con el apoyo de su madre, hermano y amigos, le era más que suficiente.

Su padre, no era un mal padre, era un poco ausente, pero era por causa de su trabajo.

Trabajaba en una especie de compañía de bienes raíces, la cual tenía pequeñas empresas por todo Estados Unidos y algunas cuantas en México, lo que causaba que viajara cada dos meses, o semanas. Si, su padre era un hombre ocupado, pero no olvidaba que gracias a él tenían comida en la mesa, una casa, estudios y todo lo necesario para vivir. Solo esperaba que reaccionara bien, y cediera a la idea de que su hijo menor, no era heterosexual.

Al llegar al instituto se dio cuenta que efectivamente, las clases ya habían comenzado. Al ver los pasillos vacios, un recuerdo llego a su mente, pues un día como este había conocido a su pequeño, no de una manera muy linda, y la verdad es que le hubiera gustado conocerlo de otra forma, en otro lugar y en diferentes condiciones.

Tratando de alejar aquellos pensamientos horribles que lo único que hacían era marearlo y ponerlo más mal de lo que ya estaba, camino a grandes pasos hacia el salón donde sabia estaba su pequeño, lo esperaría afuera de este, pues al fin y al cabo, su primera clase ya la había perdido. Al llegar y mirar por una de las ventanas del salón, pudo divisar a su pequeño en uno de los pupitres de la primera fila. Observo su perfil, era hermoso. Bueno, Kellin era hermoso de perfil, de frente y hasta de espaldas.

El niño era simplemente perfecto. Le gustaba ver como acomodaba su flequillo cada 5 minutos, y como mordía su labio inferior al concentrarse.

Víctor sonrió y negó con la cabeza al mismo tiempo que cerraba sus ojos, era increíble como ese niño podía convertirlo en la persona más cursi del planeta.

Jamás había imaginado sentirse así de enamorado como lo estaba de Kellin. Así como también jamás imagino que la persona de la cual estaba enamorado, pudo haber sufrido tanto.

La campana sonó, y los alumnos comenzaron a guardar sus cosas dentro de sus mochilas, entre ellos, Kellin.

Vic suspiro y apoyo su frente contra la ventana.-tranquilízate-se dijo así mismo-solo actúa natural, como si todo estuviera bien.-nada estaba bien.

¨Hero¨{Kellic Quentes}Where stories live. Discover now