Profesor ¿Lo Seduzco? [YoonMin] BTS

[NO TAN CÁLIDA NIÑEZ]

Suspiro cansado una vez más y dejo que el prácticamente esté montado encima de mí así como suelen dormir los niños pequeños aferrados a alguna almohada o peluche de felpa, con los dedos de mi mano derecha empiezo a separar levemente los mechones de su cabello y en su cara se deja ver una leve sonrisa, lo miro directo a los ojos y le sonrio devuelta, decide abrazarme con más fuerza y esa extraña sensación de calidez se apodera de mis sentidos, siento que estoy regresando a mi infancia, cuando mi padre solía hacerme esto para dormir mientras yo me reía por que causaba cosquillas dentro de mi, Yoongi coloca su pierna encima de la mía y me empieza a susurrar cosas al oído.

-Me encanta esta extraña sensación.- pronuncia con la voz llena de calidez, una voz suave y débil, como una de un último aliento de vida.- cuando era pequeño me solía esconder dentro de mi habitación para no ver al señor Min.

Me acomodo mejor para verle a la cara y beso su frente, Yoongi no suele hablar mucho así que trato de ponerle la mayor atención posible mientras continuo hundiendo mis dedos en auqle cabello suave y con aroma a chocolate.

-¿Te escondías de tu padre?.- le pregunto y él continua acurrucándose sobre mi pecho desnudo.

-Suena patético pero para mi no lo era, el señor Min siempre fue muy amable conmigo y por la misma razón temía el acercarme a él... Cuando le concí no estaba en las mejores condiciones que digamos, tal vez mi cerebro no quería creer que una persona tan buena fuera real.- lo miro extrañado y él solo cierra los ojos mostrando un semblante apacible, angelical y tierno que se entierra en lo más interno de mi corazón, aquella imagen de su rostro era perfecta.- Tal vez no te interese pero aun así te lo diré, soy adoptado Jimin.

Un hijo único del dueño de una de las empresas más importantes de Corea ¿adoptado? Sonaría irrazonable pero me costó muy poco asimilarlo, debo admitir que escuchar su historia despertó una pizca de curiosidad que en pocos segundos se hizo grande.

-¿Me contarías un poco?.- le cuestiono algo inseguro con temor de que vaya a enojarse u algo por el estilo.

-De hecho a eso iba.- sus finas manos tomaron la mía y con sus suaves labios la besó de manera cariñosa sacudiendo todo mi ser.- Cuando era algo pequeño, quizá como a la edad de cinco años ni siquiera imaginaba cuán grande podía ser la casa de una persona normal, para mí solía ser una maravilla ve como en las noches las luces de la ciudad alumbraban de una manera fascinante mientras en el lugar al cuál yo llamaba hogar apenas y tenía una pizca de claridad.- poco a poco va disminuyendo el volumen de su tono de voz, como si estuviese susurrando a alguien para dejarle dormir.- me gustaba salir en las noches sólo para ver las farolas de luz y ver los automóviles recorrer las carreteras, aquellos colores vivos me agradaban demasiado, solía reírme de sólo verlos ...Ah, como siento esos días aún a flor de piel.- dice con nostalgia.- las tardes corría como cualquier niño dentro del parque disfrutando un poco de los juegos, nadie me hablaba pero para mí la palabras "amigo" era desconocida; recuerdo que un día un pequeño niño se acercó sólo para preguntar quién era mi padre, yo respondí Do Gun Woo y desde entonces evitaba incluso verme mientras sus amigos murmuraban "es el hijo del ladrón drogadicto", no iba a la escuela pero aquellas palabras no me gustaban para nada.- su voz se corta unos instantes pero continua hablando así que lo abrazo más fuerte, no quiero separarlo de mí.- En varias ocasiones rebusqué en el basurero cerca de mi "hogar" libros y cuadernos de lectura, e incluso mis prendas de vestir mayormente venían de aquel lugar pero era demasiado pequeño e inocente como para darme cuenta si eso era bueno o malo. Mi padre biológico solía mantenerse fuera y siempre llegaba bajo efectos de las drogas o el alcohol, solía decirme cosas como "tu madre debió haber sobrevivido y tú no" algunas veces lo decía con tanta rabia que parecía que quería matarme con la mirada.- escucho sus sollozos , son ligeros y me muestran lo vulnerable que puede volverse al recordar el pasado, me siento culpable por ser tan cotilla realmente me considero incapaz de consolarlo con buenas palabras al verlo así, mis manos tiemblan recorriendo con suavidad su espalda y él parece relajarse.- Muy pocas veces lograba responderle algo pero siempre solía golpearme con las botellas que mantenía en la mesa, mi cara sangraba y se llenaba de cristales rotos pero siempre esperaba hasta la mañana siguiente para yo mismo intentar lavar aquel desastre... Recuerdo que en una caja de cartón mantenía un portarretrato algo dañado e incluso roto en al cual había una fotografía de una mujer muy linda y blanca como la nieve, labios rojos como manzanas y mejillas sonrosadas, quise creer muchas veces que ella era mi madre y me cuestioné muchas más veces si ella me habría cuidado mejor, me pregunté en un sinfín de ocasiones si ella me habría tratado como en mi libro favorito. Con los besos y caricias que me describían con tanta emoción, con tanto amor, si ella me hubiese tomado y huir lejos de Do Gun Woo.- También había ocasiones en las que me manoseaba como si fuese una mujer... "eres muy plana, una basura" era un maldito pervertido pervertido pero para mí lo mejor fue sólo aceptar aquel tacto, al menos era mejor que vidrios cortando mi piel.- aquellas palabras cortaron mi alma.- solía mantenerme a las afueras de los colegios para ver a todos los alumnos salir perfectamente vestidos y con un uniforme impecable, yo soñaba con vestirme así algún día, también en algunas ocasiones solía ir a las afueras de una iglesia a rezar para poder sobrellevar con paz mi alma. Hasta que llegó ese día, mientras bajaba los innumerables escalones de la iglesia tropecé con la silueta de una mujer, era alta e iba vestida de manera muy formal.- suspira como si se quitara un peso de encima.- al verle sólo me disculpé mientras me sentía avergonzado y me preparaba para que insultara como normalmente lo hacían los de élite social elevada pero ella sólo puso un rostro lleno de ternura al verme, intentó acercarse y yo retrocedí creyendo que iba a golpearme pero soltó una risita juguetona mientras me hacía señas para que me acercara, acto que hice con miedo, ella me acarició y sin importarle que mi cara estuviera llena de cortes y suciedad me besó las mejillas diciendo "eres un pequeño angelito"

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