MI CENICIENTO© [REESCRIBIENDO]

♛ U N O ♛

---Jacob---

Una tenue luz iluminaba mi ventana, me había olvidado cerrar las cortinas, seguro por mi borrachera, lo que pasó ayer ni siquiera llego a acordarme, creo que fueron demasiadas copas para solo una fiesta, pero no lo niego la pasé bien, en especial aquel chico que no tenía estilo, me daba lastima, ni siquiera se le acercaban a hablarle, era muy de la realeza, al absurdo de pensar.

     ––Dios, piernas no me fallen –estaba a punto de levantarme de la cama cuando el ruido del despertador irrumpió en mis oídos–. Cállate –susurré pasando mi mano sobre mi frente, la cual empezó a chorrear un líquido viscoso.

Corrí por toda mi habitación chocando contra cualquier cachivache que ayer había dejado tirado, abrí los ojos lo más que pude para poder ver que era, en un momento estaba aguantando las ganas de gritar, aquel líquido era sangre o algo parecido.

     ––E-Esto es sangre –dije mirándome frente al espejo, el cual estaba más sucio que mi recama en los fines de semana.

Pasé un papel y la sorpresa fue que solo era salsa de tomate, vaya día me pase ayer, estaba crudísimo y poco más que la mirada de él llegaba a recordar.

     ––Es que soy la leche –hablé callando a mi conciencia que no paraba de dar vueltas–. Necesito una aspirina para este dolor de cabeza, llego tarde para el trabajo.

Mi trabajo no era algo de otro mundo, solo era uno de los miles de fotógrafos de la revista "Fashion Edition", una de las revistas con más prestigio en toda esta parte del país, pero si por alguna razón no llego a tiempo, solo veré un memorándum con mi despido permanente; estaba medio ciego y con mínimas posibilidades de poder ver la caja de pastillas, había cruzado un campo minado hasta llegar a la cocina y en el trascurso creo que pise a alguien.

     ––Por aquí tienen que estar... -decía mientras mi mano topeteaba con los cubiertos del mostrador, hasta que al final los encontré–. ¡Aquí están! –era un alivio poder conservar mi trabajo.

Minutos después había recuperado mi buen estado, aunque no del todo aún tenía esos raros flashback. La cocina estaba desecha, había sido un milagro encontrar esas pastillas.

     ––miré el reloj, eran las 6:3– ¡Es que llego tarde!

Zapatillas, camiseta, pantalón, abrigo, bufanda, gorrito y lentes, hacían la combinación perfecta para crear a las chicas superpoderosas, perdón es que me gustan, a un fotógrafo exitoso.

Salí e inspeccione mis alrededores, al parecer nada ni nadie se había quejado de la fiesta de ayer.

     ––Qué se van a quejar si todos están borrachos por lo de ayer –pensé.

Tomé el autobús como siempre, lo extraño era que no había mucha gente, al parecer estaban descansando, bajé en donde siempre y me dirigí sin mucha ayuda, un sentimiento de extrañez me había colmado al ver casi todas las tiendas cerradas y bien aseguradas. En la empresa estaba Bartolomé el señor de la limpieza, era raro verlo tan tarde, mejor sería ir a verlo,