10.

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¡Madita sea! Que vergüenza sentí cuando me dijo que Diana había sido quién había leído el mensaje, y además, borrado. ¿Quién se creía? Ni yo en mis tiempos de inmadurez hacía eso con Poncho.

Respiré profundo y le hablé a mi bebé, ignorando por un momento la presencia de Poncho en la estancia. Me ponía muy nerviosa. Acosté de nuevo a Manu y me preparé para despedirlo, era muy tarde y debía dormir, además, a él lo esperaban en casa. Cuando entré a la sala, él recogía sus cosas que se basaban en su chaqueta, su celular, las llaves de su coche y una bolsita de la que no me había percatado antes.

-Ya debo irme.

-Sip, y yo a dormir -lo acompañé hasta la puerta, ¿debía agradecerle por venir?

-Any, toma en cuenta lo que hablamos ¿si? -lo miré, sus ojos parecían sinceros y preocupados. Me mordí el labio y asentí. Antes de irse me tendió la bolsita que traía- Una fan que me encontró te mandó esto, le regaló una igual a Dan -sonrió nervioso.

Tomé la bolsita y Poncho se despidió con un beso en la mejilla y un toque en la nariz, siempre hacia eso, antes me molestaba pero ahora eran de las cosas que más extrañaba de él.

Cerré la puerta con una sonrisita y con curiosidad abrí lo que me trajo. Era una braguita azul de bebé con un lindo estampado en el pecho.

"¡Soy #TeamPonny!"

Reí sin poder evitarlo ¡las fans estaban locas! No quería imaginar lo que diría Manuel si llegaba a colocárselo, más sin embargo era uno de los mejores regalos que le habían dado a mi bebé.

Antes de quedarme dormida, recibí un WhatsApp de él.

Poncho:
Puedes escribirme cuando necesites, Any.
Hablaré con Diana.

Yo:
Gracias.
Y pese a todo, me g ustó verte.

Poncho:
Y yo a ti.

Esa noche dormí con una sonrisa. Muy en el fondo me hacía feliz el sentir que recuperaba a mi amigo luego de tanto. Casi una década era mucho tiempo y sin embargo ahí estaba, conociéndome más de lo que yo misma me conocía.

Al día siguiente me desperté con otro de sus mensajes, y eso bastó para sacarme una sonrisa:

Poncho:
Buen día, enana!
Como amaneces?

Ese día fui a casa de Tisha con una sonrisa en los labios. Las marcas en mi brazo ya habían desaparecido así que eso me hacía sentir mejor. Por otro lado, Manuel no se había reportado ni para preguntar por su hijo, así que yo tampoco lo haría.

Hablé mucho con mi mamá. No le pasaba desapercibido como me sentía respecto a Manuel y no quería preocuparla, pero siempre salía el sermón de "Te quiero ver feliz, hija, te lo mereces"

-¿Que tal si te vas a Cancún o Acapulco unos días? -dice mientras acunaba al bebé.

-Lo estuve pensando, quizá cuando Manu tenga unos meses más podamos ir.

-No, hija, me refiero a irte sola. Yo podría ocuparme de mi nieto. Sabes que yo encantada de hacerlo.

-¡¿Irme y dejar a mi bebé?!

-¿Que hay de malo en eso? Neni me puede ayudar, sabes lo feliz que está con él. Puedes tomarte dos o tres días de relajación para ti, sin preocupaciones.

Sopesé la idea. Sabía que el bebé estaría excelente al cuidado de Tisha y Neni, y no iba a negar que la idea de estar en una tumbona, asoleandome y oyendo las olas del mar no me parecía excelente.

-Lo pensaré.

Mi celular sonó, avisandome de un nuevo texto de Poncho. Llevábamos el día entero hablando y actualizandonos de algunas cosas.

Poncho:
Ay, Tisha.. Mandale saludos.
Extraño un buen a esa mujer!

Yo:
A ella o a sus sopas?

Poncho:
A sus sopas también, mis resacas no han vuelto a ser las mismas jaja.

-Uy, uy ¿y esa sonrisita al celular? -levanté la cara roja a mi madre que me veía con picardía- ¿Te arreglaste con Manuel?

Para nada.

-No.. Es... Son los fans que dicen cada cosas.

Preferí no comentarle que hablaba con Poncho. Mi madre comenzaría con preguntas tras preguntas y se emocionaría. Sabía lo mucho que había sufrido por Poncho y lo mucho que lo había extrañado tiempo atrás. A demás, lo adoraba como un hijo. Y la verdad, no necesitaba más preguntas por ahora.

-Está bien. De igual modo, toma en cuenta el viaje hija, se lo bien que te haría y lo mucho que necesitas un tiempo. Sería como.. ¿un retiro? hiciste uno una vez ¿no?

-¡Si! A Miami, pero eso fue todos menos un retiro, má -me reí al recordar las fiestas locas a las que había ido y la gente que había conocido. Fue mi único viaje que hice "sola"

Pero si llegaba a decidirme, no sería lo mismo. Ya no era la Anahí fiestera y ligona de antes, había madurado bastante en este tiempo y mis prioridades eran otras. Así que lo que necesitaba era tranquilidad.. desconectarme.

Si, eso sería una maravillosa idea.

Siempre Serás Tú. Where stories live. Discover now