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Hay un punto en la vida, donde estás en paz con tus pensamientos, que crees superada ciertas cosas que marcaron tu vida. Pero esa paz muy poco es permanente, de repente se va y te deja vulnerable a todo tipo de sentimientos.

Mentiría si digo que no sabía lo comprometido que estaba Poncho con la madre de su hijo, él es así, siempre haciendo lo que se espera que se haga, por eso tampoco me sorprende que se haya casado, era lógico. Pero una parte de mi tenía la esperanza de que no fuera en serio, de que había sido un desliz y ya está. Y de mientras yo en mi mundo de esposa, concentrándome en tener a mi bebé propio.

Ahora que todo se esclarece un poco, ahora que veo la realidad desde otro punto de vista, no puedo evitar sentir esa jodida opresión en el pecho y esas ganas de llorar y llorar que hacía mucho no sentía.

En el instante en que perdí a Poncho lo lloré muchísimo. Lo amaba, era el amor de mi vida y no es para menos. Se que cometí un montón de errores y comprendo que tal vez así debía ser nuestro destino. Pero mi parte terca no lo aceptaba. Prometí amarlo siempre y creer en un futuro juntos. Hice mi vida porque sé que lo merecía, pero siempre guardé esa esperanza.

Bien. Ahora a pasado tanto tiempo y está claro que sigo sintiendo alguiiito por él. No sería así si no tuviera ganas de romper el celular en mil pedazos por mostrarme aquella foto familiar tan perfecta ¿no creen? Pero me contuve. Mi hermana aún me observaba y ya bastantes problemas tenía como para también hacerla preocuparse por un viejo amor.. Si bastante se aguantó mis lágrimas hace 10 años.

-Me alegro por él. Al menos alguien es feliz.

-Any..

-Neni -la interrumpí, ya me estaba haciendo carita de lastima y eso no lo necesitaba- eso ya es pasado, él su vida y yo la mía, mis problemas ahorita son otros ¿vale?

-Ya.. Tu problema ahorita de llama Manuel Velasco y bien sabes como solucionarlo, pero no quieres, así que.. -se encogió de hombros.

-Vine a México por una vacaciones alejada de él, quiero disfrutar con mi hijo y cuidarlo sin tener que preocuparme que hoy tenemos un evento político. Ya veré yo luego ¿si?

Mi hermana bufó en respuesta y di el tema por acabado. Antes de volver a apagar el celular le textee a Manuel que dejara de molestarme a mi y a mi familia en mis vacaciones, que hablaríamos cuando regresara.

El resto del día me ocupé de cosas para no pensar, jugué con mis sobrinos, ayude a Ana Paula con sus tareas y a mi hermana con la comida. Por más problemas que tuviera no quería que eso afectara más de lo necesario a mi familia y por eso trataba de aparentar tranquilidad, aunque por dentro me estaba muriendo. Siempre, de alguna forma, la imagen de Poncho venía a mi mente, lo veía a él y a su bebé echados en su cama, junto a su mujer.. Felices.

Debería eso alegrarme ¿no? Bueno, realmente no era así y eso me hacía sentir una mala persona.. y muy egoísta.

Al caer la noche mi hermana nos acompañó hasta el depa, nos despedimos y subimos. Había sido un día muy agotador y estaba muerta. Acosté mi bebé, me duché y me puse un cómodo pijama de short y tiritas. Me disponía a acostarme cuando el timbre sonó.. Eran las 9 de la noche ¿quién podría ser? Por mi mente pasó Manuel, no me extrañaría que se presentara aquí para buscarme. Pero si creía que me iría con él, estaba bastante equivocado.

Me preparaba para una discusión para la que, realmente, no estaba nada preparaba. Abrí la puerta con fastidio y me paralicé al ver quién estaba detrás.

-¿Tú?

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Siempre Serás Tú. Место, где живут истории. Откройте их для себя