12. "El tipo de hombres"

3.3K 251 61
                                    

Traté de tomar mi compostura y no prestarle mucha atención a esa actitud repentina, aunque común, de Shawn Mendes.

Alcé una ceja y reí un poco, como si me hubiesen contado un mal chiste del cual te ríes un poco, y no por el chiste, sino por lo malo que puede llegar a ser. Con mi mano palmeé su mejilla.

—¿Y tú crees que yo me quedaré contigo? —su fuerza se desvaneció un poco, como si un porcentaje de confianza se hubiese esfumado de su interior. Y me sentí victoriosa—. Me temo que esta vez, y muchas más, no ganarás.

—¿Y quién me garantiza que será así? —ahora es él quien me reta, con una mirada sigilosa, alejándose unos centímetros de mí—. Siempre caes. Al principio te estás resistiendo, pero finalmente caes.

Shawn Mendes sabía muy bien como jugar sus cartas, las movía de forma razonable y precisa, sabía como colocarlas sobre la mesa iniciando el juego, reconociendo también la forma de como desarrollarlo y terminarlo de la mejor manera posible para él; ganando, y eso no lo permitiría.

—Lamentablemente. Pero lo hice porque quería, pero ya no más —me reí sin gracia—. No soy una perra, lo fui, pero no haré esto más.

—Estás sólo conmigo, Isabella. Conmigo, con nadie más, y eso no te hace perra —dijo en un tono muy suave y confiado, cambiando su voz rasposa, la cual resaltaba su ego y sus aires de superioridad. Sus ojos me miraban tratando de entrar en mis pensamientos.

Soy capaz de pensar que trataba de convencerme porque sabía que no lo estaba logrando del todo. Todos sus gestos, la forma que estaba utilizando para dirigirse a mí, y la delicadeza con la que ahora me tomaba del brazo y daba caricias para que me relajara y lo dejara terminar.

Pero no puedo volver a perdonarlo. Al parecer, ha cambiado esa faceta ante mí un poco tarde.

—Parezco tu perra —rebelé sin más—. Vas con Ruth cuando quieres, al igual que conmigo. Tal vez ella lo hace porque solo le importa tenerte, pero yo no... no puedo permitir que una persona me use como quiera...

Rió fuertemente y se alejó de mí con brusquedad, tomando su cabello con sus manos. Perdió su grano de paciencia. —¿Sabes qué es lo más gracioso? Que fuiste tú la que inició todo esto, ¿y ahora pretendes que puedes acabarlo porque crees que iba a tomar medidas altas tan rápido? —me sentí pequeña al instante, reconociendo que lo que estaba diciendo era totalmente cierto—. Desde mi punto de vista creo que algo que se busca se encuentra, y una vez que estás dentro, ¿pretendes volver porque te asustaste ante tu propio reto?

Desvié la mirada—. Yo...

—No sé qué te han contado de mí con exactitud —habló un poco más paciente, mirando el suelo recostado a la pared, luego su mirada se posó en mí de nuevo—. Pero no soy el tipo de hombre que se acuesta con una gran cantidad de mujeres al mismo tiempo, no soy el tipo de hombre que está con su secretaria sólo porque ella es una sumisa y está obsesionada conmigo, y no me aprovecho de eso. No hemos tenido sexo —se refirió a Ruth y me congelé por sus declaraciones. No sabía qué pensar, ni qué decir, ni qué creer—. Tampoco soy el tipo se hombres que se excusa por problemas muy personales, no le doy importancia a cualquier persona de ese modo y aún así estoy aquí dándote explicaciones de mi vida personal porque, por primera vez en años, me importa lo que una mujer piense de mí.

Tragué en seco, los vellos de mi espalda se erizaron y relamí mis labios para eliminar la sequedad.

Mi tic nervioso se activó al instante y comencé morderme el labio tratando de organizar mis pensamientos en este silencio en el que nos habíamos sumido ambos, sus palabras daban vueltas en mi mente y no conseguía la manera de buscar una respuesta de mi parte, no podía pensar tan rápido.

Impure© | Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora