Al bajar las escaleras vemos a una mujer y a un hombre. Ambos se voltean hacia nosotros, ella camina con prisa y se lanza a los brazos de Max.
-No puedo creer que estés aquí. Cuando mamá me lo dijo, no pude creerlo.
-Hola Tess -responde el con sequedad, no abraza a su hermana, no hace nada, sólo espera que ella se aleje.
La mujer en realidad no es tan mayor, debe tener treinta años como mucho, su cabello castaño le llega hasta los hombros y se ve amable.
Tess se separa de Max y él rodea mi cintura.
-Ella es Kya, mi novia.
Quiero gritar de emoción al oírlo decir eso por segunda vez, pero sólo sonrío y dejo que ella me salude.
-Lo sé, claro que me acuerdo de ti. Eres la hermanita de Alex. Te ví cuando eras una bebé... Te ves hermosa.
Max suelta un insulto por lo bajo y yo presiono su mano. Sé que odia esas palabras, pero tiene que contenerse. Eso ya es pasado.
-Es un placer.
-Y él es Connor, mi esposo.
El sujeto se acerca a ambos, estrecha la mano de Max y después me observa de pies a cabeza. Miro hacia otro lado y estrecho su mano también. Me incómoda un poco, pero Max lo nota y me siento más relajada.

Beth trae la bandeja con todo lo necesario para tomar el té. Max quiere largarse de aquí y yo también, pero eso sería completamente descortés.
Estoy sentada en uno de los sillones junto a Max, y Connor y Tess frente a nosotros. Ese sujeto me mira de vez en cuando y desvío la mirada lo más rápido que puedo.
-¿En qué trabajas Kya? -pregunta Tess cuando termina de beber su primer sorbo.
Estiro mi brazo y tomo una taza ya lista para Max y otra para mí.
-Trabajo en la empresa de mi padre. Estoy a cargo del piso seis. Contabilidad y algo de Arquitectura también.
Ella sonríe ampliamente y pone una cara que debo admitir que es realmente estúpida.
-Oh... ¡Fue así como se enamoraron! ¿Verdad?
Mira a Max y luego a mi, esperando que alguien responda. Sólo niego levemente con la cabeza y trato de decirle de alguna manera que no haga más preguntas.
-No, Tess. No fue así, para nada -responde Max de muy mala manera, pero ella no parece comprender.
-¿Y entonces cómo fue?
-Cariño... -Connor la abraza y nos sonríe-. Deja de ser tan curiosa, los estás incómodando.
Los minutos pasan, la conversación me resulta de lo más invasiva, Tess no deja de hacer preguntas y a cada una de ellas oigo como Max suspira a mi lado. Él no quería venir, ahora estoy segura de ello, pero... ¿Por qué lo hizo? Es algo que no logro entender.
Beth se lleva todo a la cocina y Tess y Connor se van a su habitación, finalmente. Max no ha dejado de soltar suspiros, lo noto tenso, algo alterado y más frío que nunca.
-¿Qué sucede? -pregunto en un susurro. Tomo su cara entre mis manos aunque él no quiera que lo haga, y lo obligo a mirarme.
-Nada. Tess es una entrometida, no quiero que le respondas nada.
Frunzo el ceño... No logro entender.
-¿De qué hablas?
-Mi hermana es una víbora, todo lo que has visto es actuación. A ella no le importas y lo único que quiere es sacar la mayor información posible.
Estoy un poco sorprendida al oírlo hablar así y admito que quiero hacerle miles de preguntas, pero prometí que no lo haría. 
El silencio nos invade, pero él me conoce y sabe que quiero más.
-Tess se casó con el primer idiota que se le cruzó por delante y lo hizo sólo para que la mantenga. Es chismosa y entrometida. Y su esposo es un tipo mil veces peor.
-Connor me estaba mirando extraño -confieso por lo bajo. Sé que él va a regañarme y no quiero que lo haga-. Pero no te enfades conmigo, no es mi culpa.
Ahora es Max él que toma mi cara entre sus manos y hace que lo mire, acaricia mi mejilla lentamente y después mi pelo.
-Lo sé, lo sé... No es tu culpa, pero ese tipo es un imbécil y ella una bruja. Quiero que te alejes de ambos.
-Si, pero...
-Me refiero a que no estés en la misma habitación si no estoy, no respondas sus preguntas y si quieres hacerlo, responde con algo que no sea verdad.
-¿Por qué?
-Porque de verdad son malas personas, Kya.
-¿Y entonces por qué estamos aquí?
Max pasa una mano por su pelo, pero no se ve tan alterado como antes. Sé que odia dar explicaciones, pero algo que he valorado siempre, es que tarde o temprano me las da, por más que no deba hacerlo, por más que esté molesto o por más que no tenga nada que ver conmigo.
-Mi padre se ofreció a ayudar en la deuda, y voy a aceptarlo solamente porque es mi padre.
Oír esto me decepciona y me rompe el corazón.
-Y yo soy tu novia.
Max cierra los ojos por un momento.
-Kya, no volvamos a eso, por favor. Yo jamás aceptaría tu dinero. Ya te lo dije.
-Pero...
-Kya.
-¿Y vienes aquí sólo por el dinero o porque de verdad querías que me conocieran?
Max está desesperado por dentro, pero ahora no me importa. Haré todas las preguntas que sean necesarias.
Él me acaricia una vez más.
-No quiero que los conozcas, no valen la pena, pero te traje porque sé qué esperabas este momento. Es solo una presentación, pero no me importa involucrarnos en nuestra vida. ¿Entiendes?
"Nuestra vida", acaba de decir eso y estoy a punto de desmayarme.
-Me estás confundiendo mucho.
-Mi familia no derrama amor como la tuya, Kya. Es diferente.
Cuando voy a hacer otra pregunta, se oyen los tacones de Tess en las escaleras y Max me calla con un beso.
Segundos después otro coche se estaciona en la entrada.
-¡Oh, es Hans! ¡Llevo meses sin verlo!
-¿Quien es Hans? -pregunto de inmediato y muy por lo bajo, mientras que Tess corre hacia la puerta.
-Hans es mi padre.
Frunzo el ceño y lo miro.
-¿Y por qué le dice Hans?
-Es una larga historia, te lo explicaré luego.

El padre de Max es agradable, y Tess también, aún no puedo creer que sea así como Max la describe, estoy empezando a creer que él es quien exagera toda la situación.
El señor Pearson nos invita al comedor a la hora del almuerzo y conduce la charla por los temas que a él le interesan. Max está a mi lado en silencio, soy yo la que responder de algunas preguntas, pero lo hago la mitad con la verdad y la otra mitad con mentiras.
Sí el me lo dijo, debe ser por algo. ¿Y la madre de Max? ¿Por qué no está aquí?
-¿Cuantas personas vendrán esta noche, Hans? -pregunta Tess, y yo doy un leve brinco en mi lugar. ¿Esta noche? Creí que era mañana.
-Tu madre ha invitado a todo el club, y algunos familiares. Son casi sesenta personas.
-Oh, pero está bien. Hay mucho espacio en la casa.
Ahora soy yo la que debe entrometerse, me siento en confianza y no me importa si Max se va a molestar, necesito preguntar.
-¿Y la señora Pearson?
El padre de Max me sonríe.
-Llegará en la tarde, tesoro. Tiene mucho que hacer con los preparativos.
Asiento, y vuelvo a comer. Max me mira de reojo, pero no dice nada en todo el tenso e incómodo almuerzo.
Es extraño estar aquí, no creo que sean malas personas como dice Max, pero todo es tan forzado, tan tenso, tan extraño...

KYA 2 - Deborah Hirt ©Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt