Una Amiga

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Después de ser despertada a las ocho de la mañana, y de que Sara y Leah se encargaran de alistarme para el desayuno, me encuentro bajando las escaleras camino al comedor. Llevo puesto un vestido color negro que me llega a las rodillas. Es de tirantes anchos y cuello cerrado. La falda tiene unos pliegues sencillos que lo hacen ver un poco menos formal. Como adorno mis doncellas le han colocado un delgado cinturón del mismo color. El calzado que han elegido han sido unos tacones de charol negro con un tacón de unos cuatro o cinco centímetros. Me han recogido el cabello en una trenza francesa sencilla y como maquillaje simplemente me han puesto un poco de brillo de labios.

Al llegar a la puerta del comedor aún cerrada, escucho unos leves susurros del otro lado. Me quedo ahí un rato para ver si logro captar algo, pero al no entender nada, abro la puerta y entro al comedor. Me encuentro con mis hermanos sentados a la mesa tomando el desayuno. No hay rastro de mi abulea o de mis padres.

-Buenos días- saludo a mis hermanos con una leve sonrisa.

-Buenos días nena- responde Aiden.

-Buenos días enana- saluda Eric depués de Aiden.

Ellos me dicen así desde que tengo memoria, pero sólo cuándo no hay nadie más que nosotros ya que se consideraría una falta de respeto hacia mí. Incluso viniendo de mis hermanos. Todos deben dirigirse hacia mí como "Señorita". Me parece una tontería, sobretodo la parte en que ni siquiera mi familia pueda llamarme de otra manera, pero me he acostumbrado. A parte me gusta poder compartir este secreto con ellos.

Tomo asiento frente a ellos, donde un plato lleno de comida me espera. Entonces recuerdo los susurros que escuché y me pregunto de que estarían hablando para tener que susurrar. Sé que si les pregunto se harán los locos o me llamarán la atención por entrometida, así que me olvido de eso y doy un bocado al desayuno.

Para cuando los tres dejamos los platos vacíos son las diez con quince minutos. El día se ve hermoso y soleado desde la ventana del comedor, por lo que decido dar un paseo por el jardín lo que me queda de tiempo libre.

Una vez que recogen mi plato me pongo de pie, me despido de mis hermanos y salgo al jardín. Llego a un hermoso árbol frondoso y me siento en el suelo con su sombra cubriéndome del sol. Me quedo observando el lago que tengo en frente y con el tiempo me quedo dormida.

-Señorita- Escucho a lo lejos. Abro mis ojos lentamente y observo al guardia que me observa de pie.

-¿Sí?- Pregunto aún sintiéndome pesada y torpe por el sueño.

-Me han mandado a buscarla para pedirle que se vaya a arreglar para el evento del día de hoy.- Me dice con una reverencia mostrando su respeto.

-Gracias, voy enseguida- Contesto con una sonrisa.

Al llegar a mi habitación mis doncellas me esperan en el vestidor listas para poner manos a la obra y alistarme. Lo primero que hacen es quitarme el vestido que usé para el desayuno. Después se encargan del maquillaje, que consiste en delineador y rímel para resaltar los ojos y un poco brillo de labios con un toqué de labial color carne.

Pasan al peinado, un recogido de lado despeinado y con unos mechones sueltos a ambos lados de mi rostro.

El vestido que me pusieron es hermoso y sencillo. De color negro, claro está.

Una vez que estoy lista, me dirijo a las puertas que dan a la parte de atrás del castillo, donde la familia se va reunir para salir a saludar al pueblo una vez que abran las puertas. El evento se llevará a cabo en el jardín, donde han colocado tres carpas. En la central vamos a estar mi familia y yo, sentados en los tronos que le corresponden a cada quien. En las tres carpas va a haber sillas y mesas con bocadillos para el pueblo. Todos los presentes van a pasar uno por uno o por familias para hablar con la familia real o con el miembro de la familia con quien deseen platicar un poco. Todo esto lo hacemos para demostrar al pueblo nuestro apoyo.

Princesa por siempreWhere stories live. Discover now