37 | La ansiedad

74K 10K 9.8K
                                    

Nota autora: os pido por favor que evitéis dejar comparaciones con otros libros en comentarios :( Escribí Un amigo gratis hace mucho, me llevó tiempo y esfuerzo y preferiría que se comentaran cosas solo referente a esta novela. Por favor :( Ver comparaciones desanima mucho. Gracias <3


37 | La ansiedad

NASH


El eco de mis pisadas fue lo único que se escuchó después de que la puerta del hospital se cerrase a mis espaldas. Era un lugar sorprendentemente silencioso, y mi respiración acelerada resonaba por el pasillo.

Mientras avanzaba a toda prisa hacia recepción, traté —en vano— de tranquilizarme. Cuando, hacía unos minutos, había llamado a Mike para que viniese corriendo a recogerme al café Daiana, había estado a punto de sufrir un ataque de ansiedad. Creía que, al llegar allí, al lugar en donde estaba Eleonor, conseguiría calmarme. Pero no. El corazón seguía latiéndome tan rápido como antes.

O incluso más.

Estaba asustado. Tanto, que apenas podía pensar. Lo único que quería hacer era verla. Me moría de ganas de entrar en su habitación, abrazarla y decirle que nunca iba a volver a dejarla salir sola a la calle. Que, a partir de ahora, no cruzaría ninguna carretera sin alguien a su lado. O no. También podría guardar silencio. Me daba igual.

Lo que fuera, pero con ella. Necesitaba estar con ella.

Sin embargo, ahora que estaba a diez pasos escasos del mostrador de recepción, no era capaz de acercarme a preguntar dónde se encontraba. O cómo. Lo que más me asustaba era esto último. Por eso me había quedado parado en medio del pasillo, respirando entrecortadamente y reteniendo las ganas de llorar.

Sabía que tenía que ir junto a la recepcionista, decirle el nombre completo de Eleonor y correr hacia su habitación. Era consciente de que Devon no estaba bromeando; no me quedaba tiempo. Y de que, si Olivia lloraba, tenía que ser por alguna razón.

Algo estaba pasando. Algo muy, pero muy malo.

Esa era la razón por la que no quería llegar a su cuarto: sospechaba que algo podía estar ocurriendo. Y tenía miedo.

¿Tiempo a qué?

No me hacía falta responder a esa pregunta. Ya sabía lo que significaba.

—Vamos, Nash. Tenemos que darnos prisa —me dijo Mike, nada más llegar a mi lado. Yo me limité a mirarlo mientras intentaba controlar mi corazón, que parecía querer salírseme del pecho. No contesté—. Nash, venga.

Me cogió de la muñeca y tiró de mí hasta que llegamos al mostrador. Con cada paso que dábamos, todo parecía ir a más velocidad. Vi a cámara rápida cómo la mujer levantaba la cabeza para mirarnos, escuché de forma distorsionada cómo mi mejor amigo le preguntaba por Eleonor Taylor, y se me paró el mundo cuando la oí contestar.

—Planta tres, pasillo diez. Habitación número trescientos dieciséis. Podéis coger el ascensor si queréis, está a mano derecha.

—Está bien. Gracias.

Al final terminamos yendo por las escaleras. Mike estuvo tirando de mí durante todo el camino, como si creyese que, si me soltaba, saldría corriendo. A juzgar por la rapidez de sus movimientos, deduje que estaba nervioso. De hecho, apostaba a que su corazón latía a la misma velocidad que el mío.

Pero, claro, no era lo mismo.

Yo estaba asustado, él no. Yo tenía miedo de llegar a la habitación, él no. Yo quería con todo mi corazón a la persona que estaba dentro de ese cuarto. Él no.

Un amigo gratis | EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora