"¿Zayn?" Preguntó para asegurarse que el destinatario fuera el que deseaba.

"Da...¿Danielle?" Se escuchó del otro lado una voz ronca, que parecía acabar de despertarse. Y bueno, era justo así como lo estaba.

"Sí, soy yo Zayn. Por favor escúchame atentamente: Estás, bueno, estamos, en peligro" Aclaró mientras golpeaba la madera de la mesada de su cocina en forma de nerviosismo.

"¿Peligro? ¿De qué hablas?"  El moreno no entendía, y era obvio, desde que habían salido del 'infierno de Max' el peligro ya no existía en sus vidas....

<FLASHBACK>

La puerta se abrió de dos en dos, indicando que alguien había entrado. Era demasiado temprano para que alguien se presentara en la casa de Max, ocho de la tarde, por lo que parecía ser una urgencia. Algunas bailarinas pornos y strippers ya se encontraban en el lugar alistándose para su "show" de esta noche, el recién llegado solo observo la escena y sin mucho más que hacer se dirigió hasta la 'oficina' de Max. 

Tocó la puerta con inseguridad, su mano estaba temblando. Luego de tanto tiempo regresaba allí, perfectamente hubiera escapado como lo hizo con Harry y no hubiera vuelto nunva. Pero ya tenía el dinero, los cinco mil dólares para nada merecidos estaban en sus manos, para deshacerse de todo lo sucedido. No quería tener que ver nada con los trabajadores y clientes de allí, nunca más. Así que se decidió, sabía que tal vez no era buena idea, les podrían suplicar más, pero para eso se encargó de tener más de la plata que debía. No quería pasar ni un minuto más en la casa de Max, quería desaparecer y haber deseado que ese lugar nunca se le hubiera cruzado por la cabeza. Sin más que pensar, la puerta se abrió. Uno de los 'guardaespaldas' o mejor dicho 'niños con tamaños de gigantes' lo atendió mostrándole una seña para que pasara. El muchacho obedeció y se acercó al escritorio de Max, sin poder sacarse de la cabeza la escena casi-de muerte, que vivió la última vez que vio en ese lugar. 

"Hey...Negro" Exclamó con su seria expresión de 'chico modesto' y una de sus cejas arqueadas. "Pensé que te vería muerto...Pero aquí estás, y viniste por cuenta propia. Supongo que tendrás la plata ¿Verdad?" Preguntó, era hora. Le dio todo el dinero. Max comenzó a contar billete por billete verificando que esto no fuera una juega de mala mano "5100 dólares, ni uno más ni uno menos... ¿100 dólares de regalo? Wow, que consideración Malik" Aclamó sonriendo y prendiendo uno de sus tantos cigarrillos para meterlos a su boca. 

"Ya ¿Puedo irme?" Preguntó Zayn con más miedo que el de antes, pero tratando de que no se notará. 

Max dejó salir de su boca una gran nube de humo y depositó el cigarrillo en uno de sus tantos ceniceros "¿No se te apetece algún trago? Ya tenemos barra y oh... Llegaron nuevas dosis de droga. Además ¿Viste lo de afuera? Nuevas modelos y bailarinas. ¡Hasta strippers! Lo que te perdiste amigo..." Suspiró "Y cómo olvidarlo, en unos minutos llegan las prostitutas" Sonrió con una sonrisa de mal gusto. El moreno sólo se negó.

"No, gracias" Con esa frase dio la vuelta y salió de la maldita 'oficina' del desgraciado dueño de la casa. Era libre. Finalmente y como siempre quiso. Se había desecho del infierno en el que se metió por error. Estaba feliz, más que nunca, con ganas de saltar y despegar lágrimas por sus ojos. Ahora volvería con su querida familia, se mudarían gracias a la plata que le quedó del banco, lejos de allí, para poder vivir libres, sin inconvenientes ni problemas que pudieran afectar a sus padres o hermanas. 

Giró la perilla de la puerta para irse con una sonrisa plantada en su rostro, pero no se encontró con algo que pudiera pasar así por así.

"Las pagarás, y caro ¿Escuchaste?" Sacudió con fuerza el antebrazo de la chica dejando una marca colorada en él.

Saliendo de la depresión [Larry Stylinson-Niam Horayne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora