Sexo

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Your mouth was made to suck my kiss!


Sus respiraciones erráticas como un eco eran lo único que se escuchaba en aquél piso de Universidad. El alumnado había corrido luego del cambio de hora hacia el segundo y primer piso, donde se estaba dando una muestra sobre mosaiquismo basado en los Mapuches. Frank había leído los carteles con extrema curiosidad ese día pero no había tiempo ahora, estaba intentando no sofocarse o perder la jodida respiración. Su costado seguía algo moreteado, doloroso, pero todo tipo de dolor era insignificante con la electricidad que sentía cada vez que Gerard lo tocaba. Podía pisarlo un jodido tren y su terapia sería tener sexo con Gerard.

Gerard estaba intentando hablar pero cada vez que su boca se separaba del cuello tatuado, las manos de Frank se colaban en sus pantalones obligándolo a quejarse siempre dentro del territorio de sus clavículas. No podía gritar y eso, según Frank era lo que hacía que su líbido reaccione con más rapidez.

Las piernas de Frank se habían encerrado en torno a la cintura de Gerard, presionando con sus talones para no caer, siendo sostenido por las finas manos apretando sus muslos y la ventana que para ese entonces ya estaba con su sudor, manchándo de humedad el opaco cristal.

-Frank.. - la voz del pelirrojo salió ronca, mientras con fiereza apretaba su entre pierna contra la del castaño, que jodidamente perdido intentaba cerrar su boca y mantener abiertos los ojos. - Es el almuerzo y la muestra..

-Y cómo te voy a comer.., hijo de puta. - gimió de manera sucia impulsándose fuerte contra la cadera de Gerard; atacando su boca entera con los dientes y gruñendo después cuando el pelirrojo se soltó de manera brusca para hablar.

-Tenemos media hora.

Frank lo miró más fijamente, media hora estaba perfecto. Mordiendo su labio inferior y colocando ambas manos en las mejillas calientes de Gerard, lo beso de nuevo, despacio, intentando guardar con su lengua, todo lo que sentía en ese maldito momento.

Su corazón latía rápido y apostaba las pelotas que Gerard estaba tan excitado o más que él. Y si no estaba enamorado ahora, no sabía qué carajo podía ser el amor de que tanto todos hablaban.

Otra vez, pegó un pequeño salto contra la cadera de Gerard haciéndolo gemir sonoramente y luego la mirada miel estaba enfocada en sus ojos de manera implorante. Frank accedió a la petición llevando sus propias manos hacia el cinturón de pelirrojo, desajustándolo en un hábil movimiento, y bajando la cremallera, dejó expuesto el fuerte y rosado sexo de Gerard, aún con sus pantalones y remera puestos. No podía arriesgarse a desvestirlo; si el pelirrojo era visto tenía mucho que perder, pensó Frank. El tipo estaba arriesgando sus bolas por él y lo mínimo que Frank podía hacer era cuidarlo.

-Dame un beso. Ya. - pidió con desesperación, mordiendo los finos labios que estaban rojos de tanto jodido maltrato, y lo siguiente que pudo saber es que Gerard estaba masturbándolo con una de sus manos, algo incómodo en la posición. Frank observó con pupilas dilatadas a Gerard mirando su propio sexo junto al suyo, siendo acariciado, el pelirrojo estaba con algo de sudor en su cuerpo algo imposibilitado en movimientos por el peso del castaño y Frank bajó una de sus piernas al suelo para facilitarle un poco el trabajo, la pierna que seguía en la cintura de Gerard iba a permanecer ahí porque de momento a otro, el muy hijo de puta lo estaba besando mientras tanteaba su entrada con la mano izquierda y con la derecha seguía masturbándolo lento pero con una fuerza que a Frank lo estaba volviendo loco.

-A la mierda. - gimió golpeando su cabeza contea la ventana emitiendo un chirriante sonido, y dejó salir un gemido aún más ahogado cuando sintió un escalofrío en su entrada haciendo temblar la pierna que soportaba su peso. Gerard estaba por entrar en él y lo único que Frank podía hacer era arrancar el cabello rojo con sus manos y besarlo con fuerza, cerrándo sus ojos.

El Arte del Modelo Vivo |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora