La Parte Conflictiva de Todo II

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Y mientras se acercaba, la sangre corría a velocidades inhumanas por sus venas. Ella tenía una pollera al cuerpo, jodidamente gris, marcando su figura y era acompañada por una camisa blanca. Era atractiva.. al menos por lo que su vista de espaldas le daba, y las manos de Gerard estaban demasiado bajas para su jodido gusto de mierda.. que eso era por la altura de los omóplatos.

Una vez llegando a su lado, intentó no matar a nadie. -¡Gerard! - levantó sus brazos en falsa, pero muy bien actuada sorpresa, llamando la atención de ambos, - Qué genial es verte de nuevo, ¡tanto tiempo!

Y la cara del pelirrojo separándose de esa mujer con pelo negro suelto, era impagable. Sus ojos mieles llenos en confusión,  por fin y vio el rostro de la pelinegra, tenía rasgos fuertes: sus ojos delineados y oscuros, su boca pintada de un rojo fuerte que luego vio en la mejilla izquierda de Gerard.

-Frank...

-Sí, hombre. - comenzó a decir sonriente pero clavando su mirada en Gerard y cuando vio el gesto de confusión de la mujer se presentó, - Soy Frank, - dirigió su mano hacia ella, que simpática y sonriente la estrechó. Llevaba tatuajes debajo de la camisa, por lo que pudo ver, tenía todo el jodido brazo derecho tatuado. Ella rápidamente miró su rostro, y el rapado solo sonrió. Al parecer no era lindo ir por ahí cagado a golpes. Punto menos para Frank.

-Lindsey, vieja amiga de Gerard. - saludó estrechando su mano, su voz era algo grave pero tenía algo atrayente que a Frank le costó aceptar. Al igual que le costó aceptar el término de "vieja amiga". Mierda que él conocía de "viejos amigos", y realmente le costaba digerir aquello. Y al parecer Gerard quería morir ahí mismo, eso fue suficiente para Frank, tampoco quería matarlo de incomodidad, o bueno, al menos no por ahora.

-Estoy llegando tarde al trabajo, - avisó señalando al edificio que era golpeado por el sol, los colores tierra en las paredes viéndose llenos de vida, ayudados por las pinturas que dentro del lugar resplandecían. Estaba por tirarse de lleno al edificio y dirigirse al tercer piso cuando la mujer habló de nuevo.

-Nos vamos a ver entonces. - su voz estaba llena de emoción y volteó a verla, con algo de genuina sorpresa.

-¿A sí? - preguntó Gerard, y Frank pudo escuchar su propia incredulidad en la voz del pelirrojo.

Lindsey pasó su vista por el edificio y luego quedó su vista en Frank, hablando con una sonrisa. - Conseguí una beca de estudiante, solo por unos meses.

-¡Entonces nos vamos a ver! -  intentó no golpear la sonrisa de Gerard y suspiró, sintiendo su sangre volver a correr fervientemente por sus venas. Ella sonrió y comenzó a hablar algo que realmente Frank no escuchó y como llegó a la conversación, sin explicaciones se fue, no sin antes pisar el pie derecho de Gerard con toda la fuerza que poseía. Escuchó el gemido del pelirrojo pero no se preocupó en pedir perdón, solo entró al edificio viendo el gran hall lleno de alumnado y se dirigió a las escaleras, subiéndolas de dos en dos.

Estaba hirviendo en su propia mierda, recién la conocía y ahora tenía que verla siempre. Sus manos viajaron hasta el comienzo de su remera de Black Flag y pronto la sacó, sosteniéndola en su mano. Podía apostar que la mitad del edificio vio mientras se desvestía subiendo las escaleras y para cuando llegó al despacho de Toro, sorpresa se llevó entrando allí desnudo completamente, con la ropa interior en su mano. Algunas curiosas miradas fueron hacia su rostro, supuso Frank, para nada atractivo. Golpes, más agresividad no son cosas bonitas de ver.., al menos él lo entendía así.

Una vez frente al espejo, dejó la ropa que llevaba en una de las feas sillas negras ejecutivas y con ayuda de sus propios pies sacó sus zapatillas sin esfuerzo alguno dejándolas al pie del espejo, sus pies desnudos golpeando el frío suelo de cerámica.

El Arte del Modelo Vivo |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora