The Election of the Prince [Taehyung] ; EN PAUSA

Capítulo 1.

Joshua y yo nos miramos con alivió. Él ya tenía un pie fuera de la ventana.

Fui a la entrada y la recibí. Sun Won nunca me ha parecido una señora, tenía un aspecto muy joven a pesar de estar ya casada y con dos niños, además de ser la coordinadora del servicio del príncipe.

— Hola cariño —besó mi mejilla. Me abrazó y me miró un buen rato. Tenía una sonrisa que temblaba.

— ¿Qué pasa? —reí confundida.

—Lo siento, es que estoy muy emocionada —se echó a reír mientras recargó su frente en mi hombro. Volteé y miré a Joshua quien ya estaba dentro de la casa apoyado en una silla en el fondo con la misma expresión que la mía.

— Digame que sucede —la tomé de los hombros para separarla de mí. ¿Sería algún chisme?

Me miró un rato más y por fin habló.

— Es hora. Empaca tus cosas, vivirás en el palacio, ¡serás la moza del príncipe Taehyung!

Mi boca se abrió más y más. Por alguna razón creí que los ojos se me iban a salir de sus cuencas. No estaba emocionada, ni un poco. Estaba completamente asustada.

— ¿Qué? —dijimos Joshua y yo al unísono.

— ¡Que cosa más fantástica! —gritó la señora Sun Won mientras volvía a abrazarme.

— Espere, espere, ¿de dónde a sacado eso? —la alejé de nuevo para mirarla al rostro.

— La señora Judith me a mandado aquí a decírtelo y llevarte al palacio, ella aún tiene mucho trabajo —se adentro a la casa tomandome del brazo—. Coge una maleta y llevate lo indispensable, después mandaré a mis muchachos para llevarse lo demás, ¡No puedo creer que serás su moza! —chillaba con emoción mientras nos adentrábamos en las habitaciones.

— Señora Sun Won, ¿está segura de que mi abuela le dijo eso? ¿es en serio que a ese puesto se refería? —pregunté mientras ella lanzaba mi ropa a la cama.

— ¿Y por qué la prisa de llevársela? ¿No puede ser mañana? Al menos para que pueda preparase adecuadamente —dijo Joshua al entrar a la habitación.

La señora Sun Won se giró reflejando indignación en su rostro.

— ¿Quieres hacer esperar al príncipe? —dijo.

Ella esperó una contestación de nuestra parte, aunque creo que en realidad sólo quería que nos grabáramos bien esa letal pregunta.

Se giró y siguió arrojando mi ropa. Joshua y yo nos miramos con resignación, preocupación e ignorancia ante tales hechos.

Al final terminé ayudando a la señora Sun Won a guardar mi ropa en la maleta. Los tres salimos de casa rumbo a la entrada del palacio.

No me quería poner a pensar en nada respecto a ello. No quería ponerme a analizar los pros y los contras de todo eso. Mi abuela me a dicho que debo aprender a no torturar mi mente, no darle vueltas y vueltas a algo que ya es un hecho, a algo que no puedo cambiar, y seguro que esto no se puede cambiar. Claro que no se puede cambiar. Me a dicho que lo mejor que puedes hacer es respirar profundo y enfrentarte a tu realidad. No ser cobarde, porque ya no tienes tiempo para serlo.

Subimos las anchas escaleras y nos topamos con la gran puerta principal. Siete guardias la custodiaban, sin contar todos los que nos encontramos en el camino. En cuanto reconocían a la señora Sun Won apartaban su mirada de nosotros.

— Joshua, tú sabes que no puedes acompañarnos más —le dijo la señora mientras adoptaba la postura más firme para su trabajo.

Joshua torció su boca y miró al suelo.