Tocando sus labios suavemente, gemí al sentir la _____ familiaridad de su beso. Despacio y me aparté y la miré una vez a los ojos, antes de inclinarme de nuevo, tomando su labio con los míos. Suspiró y su aliento chocó contra mi cara, trayéndome su aroma y sabor a chocolate. Sonreí contra sus labios mientras recordaba su hábito de comer besos de Hershey cuando estaba nerviosa. Abrió los labios y gimió cuando mi lengua entró en su boca, acariciando la suya. Mis manos agarraron su cuello y su pelo, y ladeé su cabeza, dándome otro ángulo para mi beso. Lo que había empezado como algo suave, ahora se había convertido en urgencia, saboreando y provocándola, sintiendo como sentir sus labios contra los míos me consumía.

Se cerró una puerta al final del pasillo y me di cuenta de que estábamos fuera de mi apartamento. Sin ganas, me aparté, todavía tocando su nariz con la mía-“Tenemos que entrar dentro o te lo haré aquí mismo, en este pasillo.”-Sus labios dibujaron una sonrisa contra los míos.

-“No creo que me importara.”-Gemí y me obligué a mí mismo a alargar la distancia entre nosotros, acariciando su brazo con mis dedos suavemente, y cogiendo su mano.

-“Vamos, provocadora, deja que te dé de comer.”-Guiñé un ojo y su sonrisa se amplió mientras entrábamos en mi apartamento. Cerré la puerta y esperé expectante mientras sus ojos bailaban por todo el espacio. Estuvo callada por un momento, y deseé saber que estaba pensando.

-“Esto es precioso, Zayn.”-Observé como caminaba por mi casa y me sorprendí por lo bien que me sentaba eso. Sus ojos se detuvieron en las ventanas que iban desde el suelo al techo mientras caminaba, acariciando los respaldos de las sillas del comedor mientras pasaba por su lado. Se paró enfrente del gran panel de cristal y suspiró-“Vaya. Esto es increíble.”-El sol se estaba poniendo y las luces de la ciudad envolvía la sala, colándose a través del cristal que abarcaba la pared. Caminé despacio hacia ella, y un destello de culpa me inundó al recordar nuestro primer encuentro.


Me quedé a su lado e incapaz de resistirme, agarré su barbilla y giré su cara hacia mí, inclinándome para volver a darle un suave beso en los labios-“Te he dicho ya lo preciosa que estás?”-Sonrió y besó mi mano antes de responder.

-“Sí, y gracias. Tú…”-se detuvo y sus ojos analizaron mi cuerpo de arriba abajo-“…tampoco estás nada mal.”-Me reí en alto y cogí su mano.

-“Gracias.”-contesté-“Voy a hacerte un tour.”-Le enseñé el apartamento, disfrutando de sus reacciones con cada habitación. Cuando estábamos en la puerta de mi habitación, murmuré-“Esta es mi habitación.”-dije despacio, imaginándomela en mi cama. Nuestros ojos se encontraron ante la mutua anticipación de lo que iba a pasar esta noche. Suprimí la necesidad de abrazarla y en su lugar apreté su mano, moviéndonos hacia la cocina-“Vamos, voy a comprobar la cena.”

Yo iba delante y sus ojos se abrieron, examinando la habitación. Me encantaba cocinar y no había escatimado en gastos al diseñar la cocina; estaba llena de gabinetes de madera de cerezo pintados de marrón cálido. El suelo estaba cubierto de tablones anchos de madera y la iluminación suave se reflejaba en el pulido de los electrodomésticos de acero inoxidable. Las encimeras de granito eran profundas y observé con gran atención como pasaba su mano por la superficie lisa.

-“Es perfecta”.-suspiró, y sus ojos me miraron a través de la isla central-“Exactamente como me la había imaginado.”-Estaba cortando las verduras cuando me detuve al escuchar sus palabras.

-“Te habías imaginado mi apartamento?”-le pregunté, incapaz de esconder la sorpresa en mi voz.

Asintió sin dejar de mirarme-“Una y otra vez.”-Su afirmación llenó el aire y mi corazón se aceleró.

Sex en la oficinaWhere stories live. Discover now