Capítulo 29

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El aliento se me atrapó en la garganta y lo miré a los ojos. Esto no podía estar pasando. Otra ronda de golpes hizo que saltara en cuanto el puño de Adrián golpeó la puerta del apartamento.

-“Zayn, sé que estás ahí. Escucho tu teléfono sonando. No me voy a ir hastaque abras esta puerta.”

Me encogí por el pánico reflejado en la expresión de Zayn. Cómo podía ser que tan solo unas horas atrás, todo era perfecto? El miedo creció en mí, obstruyendo mi pecho. Me di cuenta de que necesitaba más tiempo. Sabía que la gente se enteraría de todo esto. Siempre supe que de alguna manera este día llegaría, pero era más una vaga idea en un futuro lejano. Todavía no estaba preparada.

-“Lo dice en serio.”-La voz de Zayn me trajo de vuelta y lo miré a los ojos. La tensión de su cuerpo era evidente ya que sus dedos apretaban dolorosamente mi cadera. Parecía aterrorizado. Cogí su cara entre mis manos y me incliné, presionando mis labios con los suyos. Sus ojos se cerraron, relajándose ligeramente.

-“Estaré bien. Me meteré en tu habitación y esperaré mientras hablas con él. Vale?”

-“Pero _____, yo no…”

Lo corté antes de que pudiera terminar-“Está bien, Zayn. De verdad.”-Se quedó en silencio por un momento mientras yo observaba todas las diferentes emociones que cruzaban su cara. Con un suspiro de resignación, asintió y me bajó de su regazo. Me di la vuelta y unos cálidos dedos sobre mi hombro me detuvieron, mientras me arrimaba hacia él.

Agachó la cabeza y su boca colisionó contra la mía. Su beso era hambriento, lleno de la desesperación que los dos sentíamos. Los aporreos persistentes de Adrián volvieron a sonar, al igual que el móvil de Zayn sobre la mesa, mientras yo me perdía en él. Me elevé sobre los dedos de mis pies, e intenté mantenerme cerca, necesitando calmar el miedo que crecía en mi pecho. Sus brazos fuertes me rodearon con fuerza, y sentí que me elevaba ligeramente del suelo.

Su beso cambió despacio a algo más controlado. Presionó sus labios contra los míos antes de volver al suelo, poniendo mis pies de nuevo en las frías baldosas de madera. Sus ojos permanecían cerrados mientras ponía su frente contra la mía.

-“Te acuerdas de lo que me preguntaste anoche?”-Sabía a qué se refería: mantener esto entre nosotros.

-“Si”-susurré despacio.

-“Lo prometo. Mi respuesta es sí, tanto tiempo como tú quieras. Solo recuerda esto.”-La culpabilidad golpeó mi estómago, y me pregunté si estaba haciendo esto solo por mí.

-“No entien…”-Comencé a decir, pero otra ronda de golpes en la puerta me cortó, con la voz de Adrián sonando más cabreada.

-“Te lo juro por Dios, Zayn. Puedo escuchar tu maldito teléfono, y ni siquiera vas al baño sin esa cosa.”

Di un paso hacia atrás mientras asentía y me dirigí a su habitación, cerrando la puerta detrás de mí. Mi respiración estaba acelerada y parecía amplificada por el silencio de la habitación. Presioné mi oreja contra la puerta y cerré los ojos para escuchar. Lo escuché moverse, seguido por el sonido metálico del cerrojo abriéndose, y aguanté el aliento en cuanto se abrió la puerta. Silencio. Por qué había silencio?

-“Qué cara.jo quieres, Adrián? Es domingo por la mañana.”-El tono de Zayn era suave pero también llevaba rabia mientras se dirigía a su hermano.

-“No uses esa mier.da de tono conmigo. Te crees que no me he dado cuenta de que estás evitándome?”

-“No sé de qué me estás hablando, Adrián.”-Escuché algo de movimiento, pero no sabía de donde venía.

Sex en la oficinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora