Capítulo 27

73 16 1
                                    

—Cuando termine los estudios, voy a saber hackear de todo y te demostraré mis inmensos dotes. —Moira pone una mano sobre su boca en un desesperado intento por no reír.
—Ya, pero por ahora sigues siendo el que peores fotos saca y eso no te lo cambia ni un título especializado. —Ladra Becca.
Suelto una risita y la enfoco a través de mis pestañas.

—¡Habló la fotógrafa profesional!
—Exclama el rubio, actuando de forma infantil.
Drew observa la escena desde unos pasos más allá de la calle.
—Debemos dejar de hacer caso a Moira, sus ideas son una mierda. —Comenta la morena, dándose cuenta de lo que estoy mirando.
—Si, pero ahora se trata de salvar el trasero. No puedo tener una foto con él, sería una prueba visual de que nos conocemos.
—Oigo tragar saliva a mi amiga.

—La foto la harás tú, ahora ve a por él. —Cabecea en dirección al castaño y asiento.
Doy tres pasos y ya estoy junto a él.
Paso mi brazo alrededor de sus hombros y le miro, instándole a que sonría.
Su expresión se mantiene seria. No va a tragar a Matthew por más que intentemos "juntarles".
—No te auto-excluyas. —Exijo.

Me mira durante unos instantes y resopla.
—Mis amigos son una panda de locos. No me dejes sola. —Ruego. Alza ambas cejas y niega. Chasqueo la lengua.
Que hombre más difícil.
—Si fueras prostituta, tendría que llevarte a veinte citas antes. —Suelto, como último recurso.
Una pequeña sonrisa nace de sus labios y trata de ocultarla.

Me separo de él y aplaudo sin crear sonido.
—Misión cumplida. No me niegues que no has sonreído.
—Pone los ojos en blanco y me mira.
—Eres una completa imbécil. Me es demasiado difícil resistirme a tus encantos. —Admite y sonríe.
—Mis encantos son demasiado evidentes como para que intentes negarte a ellos.

Sus ojos se desvían de los míos y bajan.
—Y que lo digas. —¿a dónde está mirando?
Ah, sí.
Pero será degenerado, cabrón y ninfómano.
Abro la boca tanto como puedo y luego la cierro, apretando los labios.
—¡Pero serás asalta cunas!
—Vocifero, golpeando su brazo.
Intenta tapar su sonrisa pero no puede hacerlo y da un paso atrás para que no pueda seguir pegándole.

—¡Pero si sólo nos llevamos dos años! —Bufa.
—¡Da igual! yo soy muy infantil y todavía duermo en una cuna.
—Me cruzo de brazos y hago pucheros.
—¿Duermes en una cuna?
—Cuestiona con la voz manchada por la diversión. Se para en seco y arruga toda la cara. —Menuda imagen.
Río a carcajada limpia antes de que nuestros ojos se encuentren de nuevo.

—Cuando queráis nos vamos, ¿eh? —Me doy la vuelta y Becca nos está mirando.
—Menuda caga momentos eres. —Le sisa Moira al lado.
—Ni caga momentos ni hostias. ¡Tú! sepárate de ella. —Corre hacia mi y entrelaza nuestros brazos. Empezamos a caminar no sin que antes le dé una mirada asesina a Drew.
—Becca que insegura eres. No te la voy a robar. —Le guiña un ojo y yo chasqueo la lengua.

—Pero me la podrías secuestrar. —Lloriquea agarrando más mi brazo.
—No cuenta como secuestro si ella quiere. —Le recuerda. Miro hacia los rubios y éstos, tan sólo caminan y nos dan alguna mirada fugaz.
—O embarazar. —Dios, Becca. Cállate de una vez.
—No te preocupes. Usaremos protección, ¿verdad, Jane? —Le doy un vistazo con incredulidad y entre cierro los ojos.
—¡Drew! —Le riño.

Y así es como hemos pasado, directamente, de que el castaño estuviera excluido a que sea el tema principal de conversación.
Paseamos dando un rodeo hasta ir dejando miembros por cada casa que nos cruzamos en el camino.
Llegamos a la casa de Becca, la pelinegra se postra frente a la puerta y nos observa.
—Te llamo luego. —La informo. Sus ojos mieles se hacen más pequeños cuando sonríe.

Moira está a su lado, mira de una a otra, alternando.
—Ya sólo quedamos 3. —Pone ambas manos en su cintura y tira de las comisuras de sus labios.
—2. —Susurra la pelinegra en mi dirección, justo antes de tomar el brazo de la rubia y lanzarla detrás de ella. Me guiña un ojo y cierra la puerta con fuerza.
Lanzo una carcajada y dejo de mirar hacia la puerta.

Dulce venganzaNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ