Derek se quedó unos segundos apoyado en el lavabo, mirándose al espejo y reuniendo fuerzas para lo que iba a hacer. Sabía lo que dolía el acónito, y le daba miedo tomar la pastilla y los efectos que ésta le haría, pero sentía los nervios de Stiles, notaba sus ganas, y él también quería sentirlo en toda su plenitud.


Sacó del bolsillo delantero de la chupa la cajita donde llevaba un supresor y una píldora. Las puso en su mano, cerró los ojos y se las metió en la boca, tragando como si le costara la vida hacerlo.

Se mantuvo de esa guisa un momento, y luego notó el bajón. Como que le costaba más mantenerse de pie. Había perdido momentáneamente a su parte animal, con lo que todo lo que él era -porque así se lo había explicado Deaton- se resumía a su parte humana, a su torpe y atontada parte humana.


Le costó erguirse, y aún más enfocar con sus ojos humanos, los que nunca utilizaba ya que su visión como lobo no tenía ningún defecto. Miró su reflejo, y casi no se reconoció. Estaba pálido, con la mandíbula apretada, con lo que tomó aire e intentó aparentar normalidad.

Pudo caminar con normalidad, y abrió la puerta del baño, caminando hacia Stiles. Parecía que fuera drogado, pero al fin y al cabo, así era. Lo que se había tomado era una droga contra el lobo.


—¿Estás bien? —preguntó Stiles con extrañeza, al verlo un poco diferente.

—Mejor que nunca —mintió Derek, y lo besó con fuerza, deseando con todas sus ganas estar de una vez en la cama, y que no tuvieran que sostenerlo sus piernas corrientes.


Besaba con hambre a Stiles, como si fuera un festín después de meses sin comer nada más que arroz, y sus manos lo recorrían entero, deseosas de pasar por todos los rincones del castaño.

Stiles se colocó sobre él a horcajadas, dejándolo con la espalda en el colchón y haciendo que cerrara los ojos por los besos en su cuello, notando cómo estos bajaban mientras que las manos del otro lo hacían hacia el límite de su camiseta.


Se la arrebató, y Stiles pudo cumplir su deseo de recorrer el cuerpo del moreno con la lengua, arrancándole gemidos y haciendo que el bulto en la entrepierna de Derek creciera entre el roce de las manos del castaño y las sensaciones que le estaba provocando.

Le desabrochó el cinturón, quitándole el botón y la cremallera de los pantalones y bajándoselos para ver el miembro encerrado en la ropa interior de Derek. Besó con delicadeza por encima de la tela y sonrió, bajándole los bóxers.


—¿Tanto misterio para esto? —preguntó burlón Stiles—. Ya sabía que era enorme, no aguanto que me la hayas ocultado.


Se la metió en la boca con ganas, haciendo que Derek se retorciera sobre sí mismo, ahogando un rugido que intentaba salir de sus labios. No sólo estaba él disfrutando, sino que a su misma vez su lobo estaba sufriendo, porque era Stiles, y Stiles era lo que causaba aquello a su parte animal.

Lo apartó como pudo, tendiéndolo en la cama, y desvistiéndole, perdido en su mente que seguía librando la batalla de humano contra bestia, pero el animal llevaba las de perder.


Lo tenía magníficamente desnudo ante él, respirando entrecortadamente por la fogosidad de Derek, y cogió el lubricante que había colocado en la mesilla de noche, abriéndolo y dándoselo al moreno, que se apresuró a prepararlo antes de perder completamente el norte.

No fue una buena preparación, aún le dolía, pero ambos estaban deseando sentirse de una vez. Derek empujó en la entrada de Stiles, que intentaba mantener el tipo ante aquella intrusión, y un pequeño quejido nació de sus labios cuando la cabeza del pene logró entrar.

Apretó los dientes mientras lo sentía deslizarse en su interior, y suspiró con alivio cuando dejó de moverla y la sintió entera en su interior.


—¿Estás bien? —preguntó Derek ante la expresión de Stiles.

—Mejor que nunca —repitió diciendo las palabras que su novio había empleado antes.


Derek comenzó a moverse con cuidado, haciendo que Stiles se quejara lastimosamente, pero luego pudo dejar de soltar aquellos sonidos y cambiarlos por algunos más placenteros para ambos.

Sentía placer, por supuesto, pero era como si su placer estuviera en standby, que lo sintiera a través de una capa que le impedía disfrutar plenamente. Pero los gemidos de Stiles eran su mejor medicina, y el hecho de verlo masturbarse y posteriormente corriéndose por sus certeras estocadas hizo que él no necesitara más para dejarse ir.


Se quedó lacio, débil, dejándose caer sobre el cuerpo de Stiles, que intentaba recuperar el aliento, y se quejó por el peso de Derek sobre él.

Al ver que no respondía, lo apartó como pudo, haciendo que saliera de él, y lo miró. Tenía los ojos cerrados y la boca entreabierta. Se asustó, porque no era una reacción normal desmayarse tras haber echado un polvo.


Al asegurarse que estaba vivo y que en lugar de desmayado -si hubiera sido eso se hubiera despertado después de llamarlo a gritos- estaba dormido, se aseó un poco y se metió en la cama junto a Derek.

Éste había caído exhausto por el sobreesfuerzo del veneno en su interior y su posterior rechazo a la parte animal, y no había podido más y su cuerpo había decidido desconectar por completo.


Al menos podía estar tranquilo.

No había anudado a Stiles.

Wolf out [m-preg]Where stories live. Discover now