Capítulo 31

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Mi cuerpo se estrelló contra el suelo con un fuerte estruendo.

—Me ha extrañado que me pidieras un entrenamiento particular. —Theon sonrió de lado y se apartó de mi.

—Necesitaba practicar, y tu eres el más fuerte ¿No? —Pregunté enarcando una ceja.

—Leilah es mas fuerte que yo. —Reconoció, lo que me dejó sorprendida, por primera vez había sido algo modesto.

—Leilah no me gusta, tú tampoco, pero es más peligrosa ella que tú. —Expliqué mirandole seriamente. Theon me devolvió la mirada antes de beber un trago de agua y encogerse de hombros.

—Entonces eres una cobarde.

—Soy precabida. —Le corregí y me volví a colocar en posición de ataque.

—Te veo muy implicada en la lucha, te preparas más que nadie, y conociendote, es raro.

—No me conoces.

—Se lo que piensas de "nuestra causa" —Dijo haciendo las comillas con los dedos—. Solo sobrevivimos. Es extraño que parezcas tan dispuesta a ir a por ellos, ¿se han metido con el chucho y quieres darles una lección?

—La orden del Año Cero son una panda de locos y fanáticos. No son una amenaza.

—Entonces contra quien vas a luchar Iris.

Le miré en silencio y me encogí de hombros.

—Contra quien sea necesario.

—¿Y tiene que ser hoy? Los moratones no combinarán muy bien con el vestido de la ceremonia.

Yo puse los ojos en blanco y lancé una patada baja que logró esquivar, lo que no pudo evitar fue un codazo en el pecho que le hizo tambalearse.

—Nos vemos a las nueve. —Me despedí antes de salir.

Al llegar a mi casa, tuve una agradable comida con mi padre, al menos así debía serlo, tenía la sensación de que sería la última.

Tras comer me duche e intenté matar el tiempo dibujando, pero simplemente nada me salía, estaba helada y no tenía el pulso firme, no dejaba borrar el papel y las marcas negras se acumulaban, ni si quiera sabía que dibujar.

Miré por la ventana y divisé a unos niños pequeños, vestidos de brujas y fantasmas llamando a las casas del vencindario pidiendo caramelos, la gran mayoría habían decorado la entrada con calabazas o tumbas falsas, nuestra casa era una de las unicas que no tenía ninguna decoración.

Pero yo volví al dibujo, simplemente empecé a hacer lineas sin pensar, muy bien en el resultado final, pero acabó siendo un búho, con unas manchas extrañas en el plumaje, su mirada era inquitante, parecía que sus ojos te seguían desde donde estuvieses, al final acabé por cerrar el cuaderno ya que simplemente me causaba escalofríos. Y lo peor es que eran las cinco de la tarde, no tenía ni idea de que hacer y aun quedaban tres horas para ir a la cabaña.

Al poco rato el movil vibró varias veces en la mesilla, estiré el brazo desde ls cama y  comprobé que los mensajes eran de Rachel.

"Hoy es halloween"
"Recuerda que tenemos fiesta"
"Te habrás preparado un disfraz..."

Me pasé la mano por el pelo cansada, estaba harta de tener que mentir, quería que todo pasara una maldita vez, solo una vez más, me repetí mentalmente con la esperanza de que así fuera.

"Mi padre ha reservado un restaurante muy caro, y nos vamos a cenar, lo siento, no podré ir" —Me excusé.

Rachel no tardó en mandar una respuesta.

Sinners. 《Isaac Lahey》[1]Where stories live. Discover now