Capítulo 22.

2.1K 161 15
                                    

Tragué saliva al oir lo que Isaac dijo.

-Ahora ya estoy mejor. -Dijo para tranquilizarme, pero yo simplemente no podía, necesitaba saber que había ocurrido en su sueño.

-¿Qué ocurría?

-Te parecerá raro, tal vez incómodo. -Aclaró, yo negué con la cabeza, no porque no fuera posible sino porque me daba igual. Isaac me miró un segundo y se recolocó en la cama antes de continuar-. Teniendo en cuanta la situación actual debería haberme dado cuenta de que era un sueño pero en ese momento... Era como si no quisiera despertarme. Entrabas en mi habitación, llevabas un vestido largo, ajustado, de color negro y el pelo trenzado y luego me besabas, supongo que ese fue el momento en el que me di cuenta de que no era real, pero me sentía muy bien y no quería volver. Lo siento Iris, tenía que haber parado, pero todo era tan... Perfecto, no era una sensación humana, me sentía como en otro planeta, luego esa sensación se convirtió en un dolor intenso y me desperté sudando, peor de lo que estoy ahora.

Vale. Era raro e incómodo, pero a la vez tenía que ver conmigo por lo que no podía mirar hacia otro lado.

-Yo me siento muy bien esta mañana, si te hubiera absorvido energía tendría sentido, el súcubo se siente mejor y la víctima peor. Pero... No me acuerdo de nada, esta noche no he soñado con nada, no que yo sepa, y me acordaría de algo como esto ¿no?

Isaac asintió no muy seguro y me miró de nuevo pensativo.

-Tal vez no eras consciente.

Tenía sentido, pero quien sabe.

-Puede ser... -Admití. Me pasé las manos por el pelo cansada de no entender, quería respuestas y las quería ahora.

-Está bien. -Me animó Isaac.

-No, no está bien, y voy a llegar al fondo de esto.

-Ayer me colgaste muy repentinamente. ¿Está todo bien?

Sí, tan solo me uní a una secta satánica. No podía contarselo, no aun, acabaría haciendolo en algún momento, tendría que hacerlo, pero ese momento no había llegado todavía.

-Sí. Solo me acordé de una cosa. -Mentí.

Isaac asintió, parecía dolido, más bien resignado a aceptar lo que le dije, probablemente sabía que le estaba mintiendo por las señales químicas de mi organismo, simplemente no podía mirarle a los ojos, no me parecía bien mentirle.

-Yo... Yo tengo que irme. -Le dije-. Lo siento, adios. Espero que te mejores.

-Adiós. -Dijo antes de que cerrara.

Caminé por los pasillos dandole vueltas a la cabeza, no podía decirselo ahora, pero no podía mirarle a los ojos y no contarselo, podría sacarme toda la información con solo una mirada así que irme era lo mejor, encontraría respuestas, y se lo contaría.

••••

La mañana pasó rápido, parecía que a penas hacía unos minutos que había salido del hospital.

Después de bajar del autobús en la entrada de la reserva tuve que ingeniarmelas para encontrar una vía para llegar a La Cabaña. Aunque fuera de noche, ayer me había quedado con la mayor parte del camino y creía saber por donde ir pero aun así tardé quince minutos en dar con el lugar.

Abrí la puerta y bajé al subterraneo, roconocí el olor a lavanda que había respirado la noche anterior. Simplemente me encaminé por los corredores hasta la sala de mármol. Catelyn, Blanca y Leilah estaban esperandome en la fuente, lo que resultaba curioso porque ni si quiera habíamos acordado una hora.

Sinners. 《Isaac Lahey》[1]Where stories live. Discover now