Capítulo 16.

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-Nada. -Lydia cerró el bestiario y se acarició la frente cansada, eran las cinco de la tarde, llevabamos desde por la mañana encerradas en la clínica, y seguíamos sin averiguar nada.

-Lo de sirena es una opción. -Intenté animar-. No he notado nada pero a lo mejor... Quien sabe.

-Improbable. -Negó con la cabeza.

-Llevais todo el día aquí. -Dijo Scott que había llegado con Isaac y Liam hacía un rato-. Lydia casi no has dormido. Vete a casa, come algo y descansa.

Ella se quedó pensativa antes de asentír y levantarse. Me despedí de ella con una sonrisa antes de que cruzara la puerta y me quedé sentada en la silla, apollé mis brazos en la mesa y dejé caer la cabeza sobre ellos. Me quedé unos segundos con los ojos cerrados hasta que noté la mano de alguien posarse sobre mi hombro.

-Tú también deberías ir a casa Iris. Yo te llevo.

-Liam y yo nos quedamos en la clínica, hasta que vuelvan Stiles, Malia, Kira y Deaton. Si averiguan algo os avisaremos, no os preocupeis. -Sonrió Scott. Isaac y yo nos despedimos, él cogió mi chaqueta, y abrió la puerta de la clínica. Caminamos hacía el coche, mientras Isaac guardaba mi chaqueta en el maletero yo me senté en el asiento del copiloto y me abroché el cinturón.

Condujo hasta mi casa y me acompañó al interior. Nada más abrir la puerta oi el teléfono sonando, así que corrí a descolgar, en el mejor de los casos sería mi padre, aunque si era el resto diciendo que había algo en el bestiario sobre mi tampoco importaría.

Tiré del teléfono con fuerza y me lo acerqué en la oreja.

-Iris. -La voz de mi padre me nombró desde el otro lado de la linea. Te he llamado varias veces, estaba preocupado ¿Estás bien?

-Sí... Yo solo... Yo... -Sollocé-. Te hecho de menos.

Y entonces lo solté todo, todo el rato lo único que había necesitado había sido liberarme de todo, en un día todo había cambiado, y me lo había estado callando y simplemente necesitaba soltarlo.

-Cielo yo también te echo de menos, pero ya te has quedado sola más veces. ¿Ha pasado algo?

Demasiado.

-No, todo... Todo como siempre. -Me reí un poco, sabía que mi padre estaba preocupada-. No se, supongo que me habré puesto nostálgica o algo así.

-Oye si no quieres estar sola ya sabes que te puedes quedar en casa de Karen. Tienes la dirección en la nevera, fue ella misma quien lo propuso así que no le será molestia. Oye solo era eso, tengo que dejarte, aquí es tarde sabes. -

Yo sonreí y me limpié las lágrimas.

-Adiós. -Dije-. Te quiero papá.

-Yo también te quiero.

Colgué el teléfono, me lavé la cara y volví al salón, al entrar me encontré con Isaac sentado en el sofá, con la cabeza apoyada en el respaldo y los ojos cerrados. Cuando crucé la puerta me miró.

-Deberías ir a dormir. -Dijo-. Me quedaré por aquí por si necesitas algo.

Yo negué con la cabeza.

-Eres tú el que tiene que dormir. Esta noche has estado despierto. ¿Dormiste la anterior?

Él no dijo nada, pero sus ojos estaban cansados, sabía la respuesta y no estaba de acuerdo con que tuviera que poner en riesgo su salud para estar pendiente de mi seguridad. Yo me crucé de brazos y le miré seria.

-Tienes que dormir.

-Y si vienen a por ti. No sabemos lo que eres, no sabemos lo que quieren de ti.

Sinners. 《Isaac Lahey》[1]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin