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Sophie POV

6:00 a.m el cielo comenzaba a aclararse poco a poco, habían caído algunas gotas de lluvia pero eso no fue impedimento para que Josh y yo saliéramos a la calle a caminar.

—¿Aún no estás cansada? – preguntó Josh. Yo negué con mi cabeza en modo de respuesta, lo mire y él me observaba fijo con su alegre sonrisa en el rostro. –Es increíble todo esto, no pensé que esta noche estaría contigo caminando sin rumbo. - rió. - Se siente bien.

—Ya no exageres. – reí. – tampoco es para tanto.

—¿Por qué estás aquí ahora conmigo? Estos últimos días me evitabas el tiempo que podías.

Me detuve frente a él mirándolo directamente a los ojos. — ¿Aún crees que podríamos intentar algo? O ¿Ya te haz aburrido  de esperar?

Josh me miró con sorpresa durante unos largos segundos, sin responder nada, Josh me abrazo fuertemente.
—Claro que si, Sophie... y nunca me hubiese aburrido de esperarte... por ti yo esperaba tiempo completo.

Al oír aquello correspondí el agradable abrazo de Josh.

—Me alegra escuchar eso, Josh.

—Me alegra que estés conmigo ahora, Sophie.

Ambos nos miramos fijamente a los ojos perdiendo la noción del tiempo, Josh acariciaba mi rostro con su cálida mano. Lentamente comenzó a aproximarse a mis labios para besarme, nuestros labios encajaban perfectamente... solo somos él y yo, parados en medio de la calle.
—Te iré a dejar a casa, no quiero que tengas problemas. – murmuró. Solo sonreí y le di un pequeño beso en los labios. Josh entrelazo su mano con la mía y tomamos rumbo a mi casa.

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—¿Tu madre no se molestara si entro? – preguntó Josh nervioso lo cual lo hacía lucir tierno. –¿O tu padre?

—No te preocupes, Josh, nadie se molestara por tu presencia.

Buscaba las llaves de la casa en el bolsillo de mi chaqueta y cada vez comenzaba a preocuparme más al no encontrarlas.

—¿pasa algo? – rió Josh al ver mi desesperación.

—No encuentro las llaves. – Josh sonrío y llevo su mano al bolsillo de su pantalón.

—toma, me las diste anoche. 

Suspiré aliviada y abrí la puerta, al entrar estaba mi madre sentada en el sofá junto a la madre de Tyler rápidamente me detuve y detuve a Josh para que no entrará.

—¿Donde estabas? – preguntó mi madre seria.

—Fui a una fiesta nada más.

—Y ¿haz venido sola?

—No, no, Josh me acompañó. – respondí.

La madre de Tyler se levanto del sofá angustiada. —¿Y Tyler?

Encogí los hombros sin saber que responderle. — ¿No está en casa?

—¡No! No ha llegado, no contesta su celular, no sé nada de Tyler.

Bien, si, Tyler desaparece... pero desaparece sobrio. Al enterarme de que Tyler había desaparecido y posiblemente borracho me preocupe, mire a Josh preocupada, no quería dejarlo solo pero yo soy la única que sabe en dónde podría estar Tyler en este instante.

—Quédate aquí en casa, vuelvo pronto. – dije tomando su mano.

—¿No molestare a nadie? – él aún estaba inseguro, lo cual me quitaban las ganas de dejarlo solo.

—Claro que no, vuelvo luego.

Deprisa salí de casa maldiciendo a mis adentros a Tyler por desaparecer ebrio por suerte se donde podría estar tirado, "en el mismo llegar de siempre";  Es el lugar a donde siempre íbamos yo y Tyler desde pequeños a jugar, a escondernos de nuestras madres... y hasta ahora funciona como un escondite. Es un pequeño parque cerrado que ha permanecido desolado y abandonado  desde siempre, sin embargo el pasto aún sigue verde.

No demore mucho en llegar, traspase la reja del lugar, todo era silencioso lo único que se oía eran como crujían las hojas secas que pisaba con cada paso que daba. Caminaba lento mirando por todos lados y ahí estaba, sentado mirando hacia el horizonte acompañado de una botella de cerveza.

—¿Tyler? ¿aún respiras? – pregunte en tono de broma.

—¿Que haces aquí? – Tyler se escucho molesto y serio.

—Siempre he venido aquí, basura, eso no importa, tu madre está preocupada por ti.

—Ya iba de vuelta a casa, no tenías porque venir, Sophie.

—Oye...– me senté a su lado en el húmedo pasto. —¿Que pasa? Pensé que luego de esa fiesta estarías feliz pero te veo amargado.

—No pasa nada. – Tyler se levanto apenas del piso. –Me iré a casa.

Y ¿a este que? Miles de dudas se me vinieron a la cabeza sobre la amargura de Tyler, quizás no le resultó algo con una chica, o quizás nuevamente volvió a pelar con alguien, deje esas miles de dudas y me levante del piso para seguir a Tyler.

—¡Espérame, maldito! – grité, me ignoró por completo, corrí con gran cansancio hacia él y le tome el hombro para que se detuviera. —Hey, ¿Que pasa? Tú no eres así.

—Ya te dije, Sophie, no pasa nada. – tomó un sorbo de cerveza y tiro la botella lejos.

—Si te pasa algo, te conozco. –Tyler volteo y siguió caminado. –¿Me ignoras durante todo el camino?

Nuevamente me ignoro, rodee los ojos molesta ante esa actitud de Tyler.

—Por lo menos dime si te gusto esa fiesta.

—Si, me gusto, hasta que... bueno, eso no importa, ¿como te fue con Josh? – preguntó Ty indiferente. –¿Ya te llevo a la cama? – rió sarcástico.

Le di un fuerte golpe en el hombro. —¡No! No todos los hombres piensan como tú.

Tyler nuevamente se quedo en silencio sin decir nada hasta llegar a casa. Al llegar le insistí repetidas veces para que fuera hasta mi casa porque su madre estaría ahí esperándolo él se negaba una y otra vez pero cedió a tantas insistencias.

—Escúchame maldita loca... – me tomo de mis hombros mirándome fijamente. – si mi madre me golpea será todo tu culpa.

Solo reí, pero Tyler aún permanecía mirándome fijo logrando intimidarme.

—Está bien... será mi culpa.

Tyler me abrazo repentinamente y me soltó. –Ya abre esa puerta, y me darás de desayunar ¿me escuchaste loca?

Lo mire con el ceño fruncido, ¿que fue todo eso? Estas son pruebas de que Tyler si esta loco de verdad.
Apenas abrí la puerta Tyler entro primero y luego entre yo.

—¡Hijo! Apareciste. – la madre de Ty corrió hasta él libre de preocupación y lo abrazo. Luego me abrazo a mi por haber encontrado a su hijo.

—Ven Ty. – exclamó mi madre. – siéntate con nosotros a tomar desayuno.

Sin embargo Tyler aún estaba parado en el mismo lugar cuando entro.
—Hey, reacciona. – murmuré.

—¿Que hace ese imbecil aquí? ¿¡que hace el imbecil de Josh aqui!?

Please, don't. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora