- Igualmente Dr. Meder. – Dijo sonriendo falsamente Nathan.

- Un lugar estupendo. – Contempló Lauren mientras con su vaso de whisky hacia un gesto.

Damon Meder le sonrió para luego detallar su cuerpo bajo el vestido color negro de diseñador que estaba usando aquella noche, sintió nauseas al ver cómo el hombre devoraba sus piernas con sólo los ojos.

- Si me disculpa Dr. Meder, quisiera hablar con usted sobre el convenio que tenemos sobre exclusividad de horarios para usar los quirófanos. – Habló ligeramente Nathan.

- Oh... ¿Le parece una situación adecuada? – Ladeó la cabeza el hombre.

- Totalmente. – Rió irónicamente el pelirrojo.

La cirujana le sonrió a su mejor amigo, para luego abandonar la situación. Caminando por el salón detalló a varios médicos y cirujanos que solía de vez en cuando toparse por los pasillos de las clínicas en las cuales ella operaba.

Se vió interrumpida en su observaciones frente a aquella mujer que le regala una sonrisa, Normani Kordei, la ginecóloga que había conocido cuando ésta había usado de urgencia uno de los quirófanos que ella había agendado con meses de anticipación. Aquel día su temperamento había salido a relucir y la pobre chica le había visto con real pánico cuando la ojiverde salió gritando enojada desde la zona de pabellón porque su cirugía había sido cancelada.

- Dra. Kordei. – Saludó con una mano.

- Dra. Jauregui, no me la imaginaba aquí. – Dijo sinceramente.

- ¿No? ¿Por qué?... ¿Le parece que mi temperamento no soportaría un evento social? – Preguntó con sarcasmo.

Normani sonrió negando la cabeza mientras se arreglaba su melena de cabellos oscuros.

- No me mal interprete... Por cierto, mi nombre es Normani. – Dijo volviendo a presentarse.

- Lauren. – Murmuró la cirujana.

- Espero que no me odie por lo del otro día, realmente fue una urgencia... Y deseo que aquella mujer que esperaba que su nariz luciera como la de Michael Jackson pudiera soportarlo.

Los ojos de Lauren brillaron frente a lo mordaz del comentario de la morena, y una leve sonrisa se dibujó en su rostro.

- Nada de rencores Dra. Kordei. – Afirmó con la cabeza.

- Es bueno saberlo.

La ginecóloga mantuvo un incómodo silencio que sólo duró unos segundos hasta que alguien por la espalda llegara efusivamente a saludar. Lauren pudo detallar a la mujer que llevaba el cabello con un tinte rubio, un cuerpo curvilíneo y una sonrisa dibujada en el rostro.

- ¡Dinah! ¿Ya es hora? – Dijo alegremente Normani.

- Oh claro que sí... - Respondió para luego quedar en silencio mirando a Lauren.

- Lauren, ella es Dinah Jane Hansen, ginecóloga también y mi socia.

La cirujana afirmó en silencio mientras le tendía una mano a Dinah, la cual le respondió animadamente el saludo.

- Lauren Jauregui, cirugía plástica. – Saludó en un tono neutral.

La mujer le devolvió una sonrisa para luego dejar todas sus atenciones en Normani.

- Bueno Lauren, debemos abandonar la fiesta, una de nuestras mejores amigas nos espera en el aeropuerto.

- ¡Hace tres años que no le vemos! Estamos tan felices, entenderás... - Dijo Dinah haciendo un gesto con las manos.

Vaya par, pensó Lauren. La gente de ginecología siempre parecía tan feliz, tan alegre, trabajar todos los días rodeadas de mujeres embarazadas sonaba una locura, pero la cirujana sólo respondió con una sonrisa para disfrazar su falta de interés.

- Mila, nuestra amiga, es pediatra, ha vuelto desde Uganda donde estuvo con Médicos sin fronteras durante un par de años... - Completó la información Normani.

Elevó las cejas bajo una leve sorpresa, pero luego al recordar la palabra pediatra su ceño se frunció. Lauren siempre había pensado que todos aquellos médicos que se iban a misiones tan sacrificadas y peligrosas sólo podían estar sencillamente locos, algo andaría mal con su capacidad de tomar decisiones y aún pese a los años no lograba entenderlo. La cirujana era una escéptica.

En fin, la ojiverde hacía muchos años que había perdido la vocación de salvar vidas, para ella ahora todo era estético, por aquello mismo, solía admirar durante horas los resultados de sus operaciones y considerar aquellos cuerpos y rostros como obras de arte.

- Que tengan una buena noche. – Se despidió Lauren. 



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Nos volvemos a leer, espero que disfruten de una nueva historia que espero les haga sentir mil emociones.

Aquí vamos :)

Mi mejor medicina. (CAMREN)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora