Capítulo 57

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Corrí hasta mi habitación, me duché y me arreglé, no iba a estar mal por ninguna chica. Dicho esto llamé a Raquel, me dijo en la fiesta que estaba y fui.

Llegué y la vi, me veía enfadado, no me preguntó sabía que ahora no quería hablar, sólo disfrutar como siempre.

-Ya era hora de verte.-Dijo abrazando me fuerte.-Estate bien, hoy vamos a pasarlo bien.-Dijo guiñando me el ojo.-Esta Nathan, ya le dicho que venías y se ha puesto contento, pero ha dicho que vas a tener que recuperar las fiestas pérdidas.

-Vale, vamos.-Dije seco.

-Relaja te, te cuido yo pequeño.-Me dio un pico.

-Eso no me relaja nena.-Sonreí.

-También tienes razón, tranquilo no te violaré, eso te tranquiliza?

-Mmm... eso no me importaría.-Le sonreí y le mordí el labio.-Vamos, quiero empezar ya a divertirme.

Fuimos dentro, la música sonaba alto como era de esperar ya que desde fuera se oía bastante. Vimos a Nathan en la barra con dos tiras de chupitos, de muchos.

-Hermaanooo.-Dijo al verme.

-Yee, que pasa?

-Bien, ya sabes lo que toca, ronda de chupitos, tres, espero que las ganes he apostado por ti eh.

-Venga, traeme a los perdedores, empecemos.-Miraba la tira de vasitos y parecía infinita, pero iba a ganar.

El primero era un chico del equipo, al que gané con bastante diferencia, supongo que porque él ya iba algo bebido.El segundo era amigo de Nathan, le gané también, pero me ardía la garganta, no sabía si iba aguantar una ronda más.

-Dejalo descansar que ya va algo mal el pobre.-Oí a Raquel y lo agradecí.

-Pues sino bebe los 10 chupitos últimos tendrá que hacer otra cosa.-Dijo Nathan.

-Puedo seguir.-Dije cerrando los ojos, porque empezaba a sentirme mareado.

-Hay juegos más divertidos.-Oí a Nathan ahora.

-Mmm... no, dejame lo a mí un rato, luego si aguanta será todo tuyo.-Hablo Raquel.

-Trato en una hora aquí, sino bebe se tomará otra cosa, pero él hoy se olvida hasta de su nombre.

Raquel, creo, me cogió del brazo y me dirigió a la parte de arriba de la Hermandad, entramos en una habitación y me tumbó en la cama.

-Tranquilo, no vamos hacer nada, sólo duerme un poco.

-Eh? No entiendo nada.-Estaba confundido.

-Sé que estás con una chica y seguro estás cabreado por algo que te ha pasado con ella.

Recordé porqué estaba ahí, mi rabia creció, sólo quería que desapareciera, me levanté y fui a Raquel y la besé con ganas.

-David... no soy ella, no quieres hacerle daño...

-Sé que no lo eres, por eso te beso.-Dije serio, no estaba para hablar.

-David...

La besaba, no quería parar de besarla, la cogí y la llevé a la cama, me puse encima de ella, me quité la camisa mientras la besaba, sus besos me volvían loco.

-David, la quieres...

Paré de besarla y me separé de ella, agitado la miraba, no sabía porque se resistía a mí.

-Por qué dices eso? Yo no quiero a nadie que no sea yo.-Dije cabreado.

-Porque sólo puedes estar así de mal si la quieres.

-No la quiero, ahora vamos hacerlo o no?

-Eres idiota? No soy un juguete.

-Nunca lo has sido, pero esto es lo que tú y yo somos, no? Lo hacemos cuando queremos y luego amigos.

-Eres un imbécil no se como me puedes gustar, me gustaba el David sensible no esté.-Me pegaba en el pecho.

Cerré los ojos y la besé, no pensaba en nada, sólo quería dejarme llevar, quería pedirle perdón por ser un idiota como ella decía.

-Deja que te pida perdón a mi manera, por favor, no eres un juguete para mí, ten lo claro, me importas.

La acariciaba con delicadeza sin cometer un error que podría acabar con todo, besaba cada poro de su piel mientras ella con los ojos cerrados sólo trataba de disfrutar de mí como yo de ella, poco a poco fui recorriendo todo su precioso cuerpo y haciéndole saber que me gustaba tanto como a ella o más, hasta que al final nos fundimos en uno. Estaba cansado como ella, me acosté a su lado, ella me acariciaba el pecho y nos mirábamos sin decir nada.

Al cabo de un rato alguien tocó la puerta y la abrió.

-Venga David, que no ha acabado tu castigo.-Dijo Nathan.-Y viste te venga, pegaros una ducha oléis a sexo.-Se rió y se fue.

Nos duchamos rápido en el baño de la habitación y nos vestimos.

-Estas bien pequeña?-Le acaricié el pelo y le besé en la frente.

-Sí tranquilo.-Sonrío y nos cogimos de las manos.

Salimos de allí, bajamos, estaba un poco mejor que la última vez. Estuvimos bebiendo más, bailando, gritando, disfrutando, no me importaba nada ya, veíamos la luz del Sol y la gente se iba a sus casas o se quedaba por el suelo a dormir. Le pedí a Nathan la llave de una habitación y me fui con Raquel a dormir juntos.

Mi móvil vibraba, me desperté, miré el nombre, y le colgué. Me mandó un mensaje.

"Dónde estás? Tenemos que hablar."

Quédate, puede que te quiera.Where stories live. Discover now