Capítulo 36

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Me levante y sentía una fuerte presión en mi pecho, solo no quería que fuese una persona, me daba igual fuera quien fuera, pero ella no.

Abrí la puerta y para mi tranquilidad era Dami, suspiré y lo mire.

—Dime ¿qué quieres Dami? ¿Ha pasado algo con Melina? —lo miré esperando una respuesta.

—No tranquilo he venido por unas cosas, y me voy te dejaré solo.

—No estoy solo —abro más la puerta para que vea quien esta dentro.

Se sorprendió al ver a Andrea allí, el sabia que me había hecho daño y no poco, el estuvo esos días a mi lado.

Dami, como era bueno y tenía mucha educación decidió pasar, saludarla dándole dos besos ya que antes se conocían muy bien, porque Andrea y yo siempre estábamos juntos así que Dami muchas veces venía con nosotros, pero al saber lo que ella me hizo, al saber de la estúpida apuesta, él dejó de tener relación con ella, yo no influí en nada, a mi me daba igual, la verdad. No me importaba que fueran amigos, me gustaba que mi novia y mi mejor amigo se lleven bien, que hablen y que él se entere de cosas de ella que me puedan servir o no sé, pero antes éramos inseparables, y ahora... Nada no queda nada de aquella relación.

—Hola Damian —le sonríe.

—Hola Andrea —me mira. —¿Qué hace ella aquí? ¿Te recuerdo lo mal que lo pasaste por la puta falsa esta? Joder que se vaya o la echo yo vamos.

—Tranquilizate, ya sabes que estoy con alguien y no la pienso decepcionar.

—¿Con quien estas? —pregunta Andrea.

—Con una chica que te da mil vueltas así que vete David no es va a volver con una mentirosa como tu —dijo Damian más que enfadado.

—Relajate Dami por favor... —miraba a Dami sin saber que hacer.

—Me voy mejor, no quiero que lo pases mal por mi David hablamos otro día, adiós... —me acarició la mejilla y posó en ella un cálido beso.

—Adiós —dijimos fríos yo y Dami a la vez.

Salió de mi habitación, nos quedamos yo y Dami solos, le miraba, en sus ojos se veía mucha ira, él la odiaba, veía como día tras día me iba hundiendo aún más por su culpa, así que ni podía verla.

—Damian solo quería hablar, le di esa oportunidad solo.

—Vale David, como mandes a la mierda a Ana por esta, juro no hablarte, no conozco a Ana aun personalmente, pero lo que has hablado de ella esta bien así que no la cambies por nadie.

—No la cambiaré, quiero seguir conociéndola.

—Mejor tete, pero me la vas a presentar y le vas a contar lo que hoy ha pasado y si aún así te quiere seguir soportando, la tendré que conocer para darle el pesamen.

—Eh que no soy mal niño —le pegué una colleja.

—Es difícil aguantarte eh —ríe.

—¿A que no te la presento?

—¿A que te pego por idiota?

—Bueno... La llamo a ver si quiere.

—Llamalá ya venga delante mía.

Cogí el teléfono y la llamé con la esperanza que no lo cogiera, pero lo cogió.

—¿Si? —dijo con una voz de dormida, era normal, era la una de la mañana.

—Perdona, ¿te he despertado? —estaba claro que sí.

—Hombre, tu que crees es la una... —estaba tan dulce su enfado.

—Lo siento pequeña no pensé...

—Nunca piensa, lo sé, pero mañana llevas una colleja eh.

—Vale, lo que sea con tal de que me perdones, pero oye te llamaba para decirte que tenemos que hablar de una cosa, vale?

—Vale, ¿algo más? Tengo sueño...

—Lo sé, y lo siento, pero sí tengo algo más.

—Venga David...

—Mi amigo quiere conocerte, le he hablado de ti y eso... ¿Quieres...? —estaba dudando si iba a decir que no o que sí, pero creía que iba a decir que no.

—Vale venga a ver que me cuenta de tí para picarte.

—Oye... JUM —esperaba una respuesta.

—... —nada de nada, estaría dormida.

Oía su respiración, me daban ganas de abrazarla, quería estar mirando sus ojos por las mañanas y las noches, pero no se podía, así que colgué y nos fuimos a dormir.

Quédate, puede que te quiera.Where stories live. Discover now