Capítulo 54

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Abrí los ojos y vi una sombra que se me acercaba, supuse que era Ana, y me incorporé apoyando mi espalda en el árbol, me frote los ojos. Puse mi vista en ella hasta que estaba de pie delante mía mirándome.

-Que haces aquí David?-Dijo con una voz de enfadada.

-Que haces tú aquí Ana?-La miré.

-Encontrarte eso hago, tu hermana me ha llamado preocupada por ti, me dijo que no sabía nada desde que fuiste a clase a hablar conmigo, supuse que querías estar solo.

-Muy bien Sherlock.-Le sonrei irónicamente.

-Uff... no te aguanto.

-Pues vete.

-Solo estoy aquí por tu hermana.

-Pues ve con ella.

-Ella quiere que te lleve allí, así que levantate y llevame, que he venido en taxi.

-Te va a tocar quedarte a dormir aquí pues.

-Ni lo sueñes, levanta vamos.

-No.

-Sí.

-Sienta te, vamos.

-No voy hacer lo que quieras.

-Ana, quiero hablar algunas cosas.

-Bueno...-Se sienta delante mía y me mira.-Dime.

-No quiero estar peleado contigo, eres una gran amiga, y no quiero perderte.-Le cogí de las dos manos y la miré directo a los ojos.-Siento lo que te dije el otro día, no eres como todas, ni te quiero para eso ni nada enserio, estaba enfadado por lo que dijiste que sólo éramos amigos, creía que éramos algo más, perdón.

-No pasa nada David, te perdono.

-Podemos ser amigos?

-Sí.-Dijo sonriendo.

-Gracias.-Me levanté y la ayude a levantarse, sin soltarla de la mano.-Cumpliré tu deseo porque me has perdonado eh.-La abracé fuerte.

Al cabo de un rato seguía abrazándola, cerré los ojos para notar su cuerpo entre el mío. Podía notar como latía su corazón, iba muy rápido, demasiado quizás, porque estaría incómoda en mis brazos, así que muy a mi pesar fui aflojando mis brazos a su alrededor y alejándome de ella. La miré a los ojos y le dediqué mi sonrisa más tierna.

La cogí de la mano, y cogí mi chaqueta, y se la puse por los hombros, ella acarició mi mano y eso hizo que por todo mi cuerpo corriera un escalofrío. No entendía esa sensación, sería que hacía frío.

-Gracias...-Dijo dedicándome una sonrisa de lo más apetecible.

-Shh, no se dan, no quiero que pases frío.-Dije de lo más tranquilo cuando mi corazón iba a explotar ante su mirada tan irresistible.

Se abrazó a la chaqueta y yo a ella. No sé qué nos pasaba, nos gustaba estar cerca, abrazados, sabiendo que el otro estaba a nuestro lado. La abracé fuerte desde atrás y puse mi cabeza en su hombro.

-Vamos a mirar las estrellas y la luna están preciosas como tú.-Dije muy cerca de su oído.

No dijo nada, creo que sonrió, fuimos andando hasta el lago, sin separarnos, y estuvimos viendo el cielo por un rato largo, ninguno decía nada. Sentí un impulso de besarla como nunca lo había sentido. Le di un tierno beso pero algo corto en la mejilla, ella acarició mis manos entrelazadas, posadas en su cintura.

-Oye...Lo siento...-Me temblaba la voz, no estaba seguro, ya había cometido más de un error con ella, no quería cometer otro.

-El que sientes? Ya te he perdonado David.-Dijo girándose y mirándome a los ojos, acariciando con cariño y sin prisas mi cara.

-Esto.-Dije cogiéndola de su suave cara y dándole mi más sincero beso.

Fundí todas mis ganas de ella en un beso, en uno que no quería que acabase, notaba sus manos en mi pelo el cual acariciaba con cuidado, mientras yo, con mis pulgares rozaba tímidamente sus mejillas. Tenía cerrados los ojos, y creo que ella también, lo que hacía que todas mis sensaciones, desconocidas hasta el momento, crecieran y fueran maravillosas, cosas que ni sabía que sentía. Sólo pedía que no se alejara de mí, que no se fuera, que se quedase, que se quedase conmigo, junto a mí, aquí, dándome el beso que tanto esperaba, dándole el beso que tanto anhelaba.

Se separó de mí, respirando con dificultad, al igual que yo. Sólo pude mirarla y sonreír, ella cogió mis temblorosas manos y me miró con dulzura al igual que yo.

-Quieres que nos vayamos Ana?

-Sí, tengo algo de frío.

-Ven te abrazo.-Sonreí y fuimos abrazados hasta la moto.

Nos subimos, ella me agarraba fuerte de la cintura, yo sonreía como un tonto y nos dirigimos al campus. Llegamos, me baje y la ayude a bajar, fuimos en silencio hasta su habitación.

-Buenas noches Ana.-Sonrei mientras ella entraba.

-Buenas noches David.-Se acercó a mí y me dio un beso corto, pero lleno de sentimientos.

Me sonrió y entró a su cuarto, sonrei hasta llegar a mi cuarto, entre y en mi cama estaba mi hermana, me tumbe con ella y la abracé. Todo estaba bien, era feliz.

Quédate, puede que te quiera.Where stories live. Discover now