Quédate, puede que te quiera.

Capítulo 6

Vi a Raquel, iba sola, estaba tan guapa como hace 4 horas, fui hacia ella y la salude.

—Ey Raquel.

—Hola David —Dijo sonriendo.

—¿Qué haces por aquí? ¿No tienes que hacer de juez para la prueba de animadoras? —Dije andando a su paso.

—Sí, por eso voy a mi habitación a cambiarme y coger una cosas.

—Ah guay me alegro bueno suerte.

—Oye podrías ayudarme a coger las cosas, pesan un poco y no me vendría nada mal tu ayuda —Dijo con una leve sonrisa.

—Vale, pero me tengo que cambiar para ir a la prueba de fútbol que es hoy también así que tendremos que pasar por mi habitación antes o después.

—Tranquilo, tengo en mi habitación la equipación del año pasado de fútbol te la puedes poner, yo me pongo una para dormir otra la tengo guardada por si acaso alguno más se une al equipo.

—Vale, me parece bien nena.

—Mm... ¿Sabes que me encanta que me digan nena? —Me miró de arriba abajo y parecía gustarle lo que veía.

—A mí me gusta decirlo —Me reía.

Ella suspiró y sonrió, se que esperaba otra reacción por mi parte, pero me hago un poco de rogar.

Llegamos a su cuarto, estuvimos hablando sobre planes de futuro, la verdad, parecía una chica inteligente y madura con las ideas muy claras y me gustaba hablar y estar con ella.
Se metió en el baño para cambiarse y salió con la falda muy cortita y yo me la comía con la mirada, para que mentir, le quedaba muy bien, se le ajustaba al cuerpo haciendo que su figura fuese aún más perfecta de lo que era.

Sabía que estaba buena y que me gustaba mucho, así que me hacía sufrir un poco, sabía como tentar y hacer que la desearan.
Me miró y sonreía satisfecha al ver que me gustaba.

—¿Voy bien? —Dijo con voz de niña buena.

—Sí, ya lo sabes de sobra que vas muy guapa y con ese conjunto, que se te pega mucho al cuerpo estas muy buena —Dije mirándola fijamente a los ojos y mordiéndome los labios.

—¿Quieres tu ropa?

—Sí, por favor, tengo calor con esta —La miré y sonreía.

—Se te nota un poquito —Dijo sonriendo.

Me sacó la equipación y yo me quité la camisa delante suya.

—¿Segura que es de mí talla? Estoy fuerte eh que soy Hulk —Dije tensando los músculos para parecer más fuerte y riendo me.

Ella se me acercó se mordía el labio, podía ver en sus ojos que prefería morder el mío y que deseaba tocar mi cuerpo.
Me cogió de la nuca, yo la cogí de la cintura y notaba como la temperatura subía, y nos encantaba estar cada vez más cerca. Me miraba los labios, yo miraba los suyos, la cogí del culo y la levanté un poco para poder besarla, y fundí nuestros labios en uno...