Capítulo 25

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Después de cenar y de ir a tomarnos algo fuimos a la habita yo y Raquel e hicimos lo normal. Hoy me he despertado y me he dado cuenta de que había que ir a clase, me duché rápido y me vestí avisé a Raquel y se fue a su habitación o no sé, en 10 minutos ya estaba yendo para clase, aún era pronto así que me senté en un baco y me dediqué a mirar el cielo, hacia un día caluroso así que supongo que iríamos a la piscina.

Estaba mirando las nubes y sentí a alguien a mi lado, giré la cabeza.

—Ahhh un monstruoooo —dije gritando.

—Ahhh un idiota —ya estaba ahí mi miss amabilidad.

—¿Qué tal estás orco? —me reía y ella hacía cara de enfadada.

—Bien ¿y tú, ciego? —Tenía el ceño fruncido.

—Estas enfadada, ¿segura? —asintió y le empecé a hacer cosquillas.

Reía como una loca y me pegaba puñetazos y patadas que algunas me dolían bastante.

—Para... Paraaaaa que lloro... —decía tumbada en el suelo retorciéndose de risa.

—Venga... Paro pero porque se me manchan los pantalones así —sonreí y la ayudé a levantarse.

Le tendí mi mano, ella la cogió con fuerza y se levantó del suelo, pero había hecho demasiada fuerza así que se estrelló contra mi pecho, me abrazó, no sé si por miedo o algo, pero me abrazaba fuerte.

—Eh agria que no te ha pasado nada —le dije tranquilizando la.

Al parecer mi voz le hizo reaccionar y me dejó de apretar como si se fuese a morir, entonces, me miró y yo a ella, tenía un mechón que no dejaba ver su cara, así que se lo retiré tras la oreja y ella cerró los ojos, con mi pulgar tocaba su mejilla sin parar de mirarla, ella abrió la boca y yo la miraba como si fuese la única persona del mundo, abrió sus ojos marrones que me miraban sin pestañear, antes de darnos cuenta ella tenía sus manos en mi pelo y yo en su cara, la distancia se hacia cada vez menor y nuestras respiraciones se paraban, estábamos tan cerca... Nuestros labios se estaban rozando, cuando...

Quédate, puede que te quiera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora