Capítulo 39: Morirá

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Narrador omnisciente

— Me ha parecido ver a tu novio en el aparcamiento -dijo el moreno. 

— Sí, me ha traído. Le he dicho que se fuera pero dice que quiere quedarse por si le necesito. Quería entrar pero no le he dejado, aquí hay mucha gente. 

— ¿Os va bien?

— No lo sé, ya no sé nada. Esta mañana mi mayor preocupación era si iba a entrar en Oxford, y ahora una de mis mejores amigas está en un quirófano y no sabemos qué va a pasar con ella. 

— Se franca, ¿crees que se morirá?

— No tengo ni idea. Le ha envestido un coche de lleno, oigo eso y bastante milagro me parece que siga viva. Lo que quiero es que cojan al conductor o mejor, que tenga un accidente y se mate.

— No digas eso, desear el mal a alguien no hace ningún bien. 

— ¿En serio? Tu mejor amiga está debatiéndose entre la vida y la muerte, ¿y no quieres que le pase algo al conductor?

— Lo único que quiero es que Katy viva, es lo único. 

La rubia miró a su amigo y después echó la cabeza hacia atrás. No podían hacer nada hasta que la operación acabara y luego estaría en urgencias así que no iban a poder verla hasta que saliese de estado crítico; si es que salía. 

La joven sintió una vibración en su pantalón; le acababa de llegar un email. Lo abrió rápidamente al ver de dónde provenía y leyó rápidamente el mensaje. 

  — Raúl, es de Oxford -le enseñó el email y este lo leyó sin expresión alguna en su rostro. 

— Pues ya sabes, tienes que hablar con él. Supongo que seguirá en el aparcamiento. 

La rubia no podía creerse que aquel era Raúl, su amigo de toda la vida. Jamás lo había visto así de apático, así de apagado, pero también era cierto que jamás habían vivido una situación como aquella.

(***) 

  — ¿Puedo sentarme?

 — Claro. 

El castaño se sentó en el peldaño en la que estaba sentada la la chica menuda. Instintivamente le pasó el brazo por los hombros, acercándola hacia él, y le besó el pelo. 

— ¿Cómo está Daniel? -le preguntó ella. 

— Pues como si la mujer a la que ama estuviese debatiéndose entre la vida y la muerte. Me parece irreal esta situación. 

— Lo sé, no me creo que esté pasando esto. Me estoy poniendo fatal, no soporto que no nos digan nada. 

— Lo sé. DIos, no me imagino cómo estaría si fuese tú. 

— Yo tampoco si fueses tú. Te quiero Luis, lo sabes, ¿verdad?

— Sí, lo sé, y yo a ti. Siempre te querré. 

— Pase lo que pase. 


(***)

La morena entró en la cafetería del hospital. Localizó a su novio hablando con una chica de cabellera rubia y supo que se trataba de María. Se acercó a ellos justo cuando María se levantaba. 

  — Hola Rose -le saludó María. 

— Hola, ¿te vas?

— Tengo que hablar con alguien, si me disculpáis -cogió su bolso y salió de la cafetería, rumbo al aparcamiento.

— Raúl tengo que hablar contigo. 

— ¿Ahora? No estoy de humor para hablar. 

— Lo sé, pero tengo que contarte algo y tiene que ser ya. 

— ¿Más malas noticias?

— No sé si te parecerán malas, a mí al menos me parece... fuerte -dijo tras pensar bien en las palabras que debía usar. 

— ¿Qué ocurre?

— Raúl, creo que estoy embarazada. 


(***)

 El joven se levantó del suelo y caminó ignorando el hormigueo de sus piernas. Se había pasado tanto tiempo en aquella postura que se le habían dormido las piernas. Caminó hacia su padre, que acababa de sentarse en una silla, y ocupó el asiento que estaba a su derecha.  

— ¿Papá?

— La van a llevar a la UVI, no sé nada más, Heather está con el doctor que estaba en la operación. 

— ¿Y por qué no estás con ella?

— Me ha dicho que la deje, que viniese y te dijese que la llevaban a la UVI. 

— ¿Puedo verla?

— Cuando nos avisen -se hundió de hombros y soltó un suspiro-. Tenemos que hablar con la policía, nos han pedido que llamásemos lo antes posible. 

 — Papá, ¿vivirá? 

Miró a su hijo y no pudo evitar que le viniese a la cabeza aquel niño que veía a su madre en la habitación de un hospital, aquel niño que veía como su madre día a día iba apagándose más. Había sufrido desde una edad muy temprana y era probable que volviese a sentir el dolor de la pérdida. 

  — No lo sé, pero no pienso perder la esperanza. Hace años, me hiciste la misma pregunta, y entonces te respondí que no, me preguntaste si tu madre iba a morir y te dije que sí. Pero esta vez no lo sé, no sé si vivirá, pero pienso aferrarme lo más posible a la idea de que sí. No pienso plantearme la posibilidad de perder a Katy, no nos merecemos eso, esta familia no se lo merece.


(***)

El irlandés abrazó a su alumna y le dio un beso en la frente. Tras tanto drama, por fin habían recibido una buena noticia. Al fin podían sentir algo de alivio. 

— Es muy raro, llevaba tiempo pensando en cómo reaccionaría si me cogían en Oxford, y por nada del mundo me imaginé que me sentiría así, no me imaginaba que recibiría la noticia en el hospital, a la espera de saber si Katy vivirá o no. 

— No sé qué decirte María, no sé lo que es estar en tu lugar. Lo único que sé, es que, aunque no debería por cómo son las circunstancias, estoy feliz por la noticia. Te quiero, y quiero estar contigo, y esto sólo me hace pensar que no quiero perder el tiempo, joder, podemos dejar este mundo en cualquier momento, nadie debería de andarse con tonterías, sobretodo si se trata de amor. 

— Te amo Steven. 

— Y yo a ti. 

La rubia abarcó las mejillas de su profesor con sus  pequeñas manos y le dio un beso, casto, pero lleno de amor. Uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde, y en aquella ocasión, el irlandés y la inglesa se habían dado cuenta de lo importante que era su relación, y que no podían dejar pasar la ocasión de estar juntos y amarse. 


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Sé que es un capítulo corto, pero no tengo para nada más. La universidad me está pudiendo y estoy pasando una mala racha. En cualquier caso os comentó que este capítulo tendrá una segunda parte, o bueno, una continuación en la que veremos más escenas dispares, más diálogos entre diversos personajes. Iremos aclarando cosas. La historia está en su recta final. Espero que os guste el capítulo y decidme qué creéis que pasará, ¿Katy sobrevivirá? Yo ya sé la respuesta. 

Un beso. 

Te amaré, eternamenteWhere stories live. Discover now