Capitulo 42

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Cada pitido en mi oreja suponía que Wilson estaba ocupado y aun no podía contestar mi llamada. La espera era desesperante y pronto los pitidos se volvieron como aquellos que provienen de una maquina en los hospitales e indican que el enfermo aun continua con vida, pero los pitidos estaban separados por eternos milisegundos que me hacían imaginar a Bryan Rogue muriendo en la sala de algún hospital en la ciudad. Muriendo con el vacío en su alma y dejando dos almas vacías mas en este mundo.

— ¿Hola?

La voz de Wilson a través del teléfono que me habían prestado era como música para mis oídos. La legión del mal no prestó la más mínima atención a mi conversación por teléfono, pero el Topo si dedicó toda su atención a esta.

— ¡Wilson! ¡¿Cómo está Bryan Rogue?!

Cuando haces una pregunta, esperas una respuesta de vuelta, esta puede ser buena o puede ser mala, pero a veces la respuesta que recibes es el silencio y esta es la peor respuesta que uno puede recibir puesto que esta te hace pensar siempre en lo peor.

— ¡Mierda Wilson! ¿Dime como está Bryan Rogue?

— Estable.

Y recibí aquella respuesta que te dan en los hospitales cuando una persona está a un paso de la muerte, pero se mantiene aferrado a este mundo.

De mi parte no hubo más que silencio al escuchar la respuesta que Wilson me dio. Imaginaba a Bryan Rogue cayendo de ese edificio, cayendo sobre ese automóvil de color amarillo, veía su sangre manchando su ropa y lo imaginaba muriendo de a poco en ese hospital. Él había ido en busca de un tesoro para pagar sus deudas con Matt Parson y su legión del mal. Él había ido en busca de un epílogo para quedar en paz con su mente que desde muy pequeño le atormentaba para que él fuera en busca de ese epílogo que tanto anhelaba. Él había arriesgado su vida y todo había sido en vano, pero solo él tenía la última pista y yo no dejaría que él se fuera de este mundo sin haber encontrado ese epílogo. Yo iría rumbo a ese hospital en busca de la pista que Bryan Rogue nos había escondido a todos.

— Visitas —le dije a Wilson con desesperación—. ¿Cuándo podemos ir a visitar a Bryan Rogue?

— Si amanece bien —aquella frase logró estremecer mi corazón en el preciso instante que penetró mis oídos—. Podremos visitarle mañana mismo —culminó Wilson.

— Bien —le dije a Wilson—. Si llegas a hablar con él, dile que resista que yo iré a hablar con él. ¿Entendiste Wilson? ¡¿Entendiste?!

La presión en mi hacia que mi tono de voz se alterara.

— ¡Sí! —Wilson respondió nervioso bajo mi presión.

Matt Parson nos entregó una lata de Red Bull a cada uno. Yo agarré la mía, la abrí y comencé a tomarme el contenido amargo de la bebida energética. Eso seguramente me mantendría despierto lo que era bueno porque mis deseos de dormir habían quedado en el olvido. No es que no tuviese sueño, el problema era que de solo pensar en los sueños que me atormentarían esa noche, se me ponían los pelos de punta.

— Bien —Matt Parson irrumpió el silencio incómodo—. ¿Dónde iremos ahora Patrick? —tenía una sonrisa maliciosa dibujada en aquel rostro que solo inspiraba desprecio en mi, desprecio que me veía obligado a reprimir. Yo odiaba a Matt Parson. Lo odiaba por lo que acababa de hacerle a Bryan Rogue. Lo odiaba tanto como me odiaba a mí mismo, pero él no parecía inmutarse ante lo sucedido. Matt Parson era un tipo con la sangre fría.

— ¿Patrick? —insistió Matt Parson.

Lo miré con desprecio, pero la verdad es que no era porque hubiese agredido contra la vida de Bryan Rogue, en mi mente el único culpable de lo que le estaba pasando a Bryan Rogue era yo y mas nadie, miraba con desprecio a Matt Parson porque durante esos últimos días él había conseguido arruinar la más grande de las aventuras que algún día viviría.

— ¡Te hice una pregunta gusano!, ¡¿Dónde iremos ahora?!

— ¡No lo sé! —le grité histérico, eso desató su furia y me apuntó con la pistola justo en mis mejillas. Sentía el frio del arma e imaginaba saliendo un fuego cegador de este instrumento tan inerte y frio, era irónico todo aquello, así que simplemente reía ante sus amenazas.

— ¡¿Qué es tan gracioso maldito?! ¡¿Quieres que te mate a ti también?! ¡¿Tú no eres tan fuerte como él, tú no tendrías ni tiempo de llegar a un hospital?!

Él tenía razón.

— ¿Quieres saber de qué me rio? —le pregunté con tranquilidad mirándolo fijamente a los ojos. Matt Parson asintió con la cabeza—. Me rio porque no se a donde ir. Necesito una pista y solo Bryan Rogue la tiene así que tendremos que esperar hasta mañana e ir al hospital por la siguiente pista.

Matt Parson aceptó que sin la pista que solo Bryan Rogue tenía no podríamos hacer nada, así que lo que hubo que hacer fue esperar hasta el siguiente día.

Matt Parson alquiló una habitación de hotel para mí y para uno de sus miembros de la legión del mal que me vigilaba a todo momento, sobre todo cuando iba al baño. No dormí esa noche, no quería hacerlo, simplemente me quedé mirando el mundo a través de la ventana de la habitación de hotel, pero esta vez la ventana permanecía abierta, quería observar el mundo como en realidad era y no como mis pensamientos me hacían pensar que era.

No entendía porque el destino jugaba con nosotros como si fuéramos pelotitas de un pinball. El destino nos juntaba y separaba las veces que le apetecía, éramos su pequeño juego de azar. Parecía que un ser superior dominaba todo este mundo y a pesar de tener libre albedrío él jugaba con nuestras emociones a su antojo, éramos como pequeñas hormigas que corrían lejos de este ser superior que nos aplastaba a su antojo sentado de cuclillas en su jardín. Él parecía un niño de no más de cinco años de edad y yo lo odiaba por haber cumplido aquel deseo egoísta de sacar a Bryan Rogue del camino. Si Bryan Rogue moría Wilana Lana no tendría que hacer ninguna elección, pero jamás se quedaría a mi lado. Si Bryan Rogue moría Wilana Lana quedaría destrozada para siempre y mis esperanzas de envejecer a su lado se desvanecerían para siempre. Yo jamás sería capaz de llenar el vacío que Bryan Rogue dejaría con su partida. Por primera vez comprendí lo mucho que lo necesitaba, lo mucho que los necesitaba a ambos, a Wilana Lana y a Bryan Rogue, juntos a mi lado, ese día los extrañé tanto como cuando mi padre me obligaba a separarme de ellos.

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Hola mis queridos lectores, ya ha vuelto #ComoEstaticasEstrellasFugaces!!! ¿Como Han estado? Espero que bien.

Aquí tienen el primer capitulo de esta tercera y ultima parte titulada: "El tesoro." Espero que lo hayan disfrutado mucho y puedan votar y comentar!!!

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Chao!!! Nos leemos pronto en un nuevo capitulo!!! Besos :)

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