Capitulo 7

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Los gritos que volvieron a despertarme provenían de afuera de la habitación. La Bestia discutía nuevamente, pero esta vez no era conmigo, sino con un abominable ser dueño de la voz más terrorífica del mundo, capaz de erizarte la piel con apenas un suspiro. La Bestia discutía con su padre, la Gran Bestia.

— ¡Voy a matar a ese maldito gusano Elena! —gritaba la Gran Bestia y cada una de sus palabras hacia saltar mi corazón del miedo.

— Por favor papá no hagas nada —le suplicaba Elena casi llorando. Ella le rogaba para que la Gran Bestia no se aprovechara de mi estado deplorable y me destruyera con toda su furia—. Espera hasta mañana y resolveremos todo.

— ¡Ese maldito casi destruye mi restaurant!

— No sabes si fue el papá.

— Reconocería a ese gusano aunque se cambiara el sexo.

En mi aun presente borrachera, me imaginé cambiando de sexo para que la Gran Bestia no me encontrara y por ende, no me matara. Desistí de la idea del cambio de sexo inmediatamente, eran muchas las cosas que tendría que abandonar:

1) Mi trabajo (que ya no importaba mucho la verdad).

2) A Elena (un gran alivio).

3) Mis amigos.

4) A Bryan Rogue.

5) Mi nueva aventura.

6) Mi repentino desliz con Wilana Lana (allí ya había tomado mi decisión de no cambiar de sexo).

Y la cosa más importante que tendría que abandonar y por la cual nunca en mi vida me atrevería a cambiar de sexo era:

7) Mi pipi (mi preciado pipi).

Abandoné mis pensamientos absurdos y avoque mi mente a intentar resolver el problema que fuera de mi habitación se estaba suscitando. Si de verdad quería resolver dicho problema, lo primero que debía hacer era levantarme de la cama. A continuación, mi intento por levantarme de la cama:

1) Abrí mis ojos (la luz del sol dificultaba dicha tarea).

2) verifiqué mis manos para ver si aun tenia los condones (ya no estaban, gracias Elena).

3) Cubrir mi cuerpo desnudo (No hizo falta, ya estaba vestido y como nuevo, gracias nuevamente Elena).

4) Agarrar mi celular y ver la hora (2:47pm, para ser exactos).

Ahora:

5) Intentar levantarme de la cama (El mundo a mi alrededor daba vueltas, la cabeza me dolía mucho, las gotas de sudor que me recorrían el cuerpo estaban heladas, como recién sacadas del congelador, el cuerpo entero comenzó a temblarme de una incontrolable manera, las nauseas aparecieron, quería vomitar, cagar y comer al mismo tiempo. Una asquerosísima tarea imposible de realizar. A estos síntomas se les conoce mejor como "Ratón." Así que no quise luchar con las secuelas que la noche anterior había dejado en mí, simplemente desistí de mi idea de levantarme y continué durmiendo, afuera, la pelea continuó, pero no sé hasta cuando, yo simplemente me sumergí en un profundo sueño).

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