veintinueve

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Habían pasado dos semanas desde la visita de Pinilla cuando las cosas comenzaron a cambiar totalmente entre Cris y yo. No entendía por qué de repente se había distanciado tanto de mí, y pucha, me dolía igual, porque yo lo quería y me estaba haciendo olvidar a Mauricio. Y no tenía con quién mierda hablarlo porque la Carla estaba en España y mis amigas estaban full trabajo.

Mi bebé había estado creciendo bien, onda, dentro de lo normal. Lo que me preocupaba eso sí era que estaba durmiendo demasiado y tomando poca leche, y no sabía a qué se debía.

Cristopher había quedado de pasar a buscarme para ir a almorzar juntos, pero me había cancelado a último minuto. Así que aquí estaba, esperando que llegara mi pizza. No hay nada más penoso que comer una pizza mediana sola, pero filo, tenía la compañía de mi bebé, que en cierta forma me reconfortaba ene.

Me levanté del sillón y fui a mi pieza a buscar a mi bebé. Entré y me quedé de piedra al verlo llorando en silencio, se estaba ahogando ¡Mi bebé se estaba ahogando! tenía los ojos cerrados. Corrí y lo tomé en brazos.

"Bebé...Mi amor" intenté calmarlo pero no respondía. Sentí las lágrimas acumularse en mis ojos. "No, no, ¡No!" tomé el bolso y mi celular abrigué a mi Joaquín un poco más. Marqué el número de Cristopher para que me llevara a una clínica o algo, pero no contestaba. Solté un bufido. Llamé a la Consu y nada, llamé a la Fran y nada. ¿Por qué ahora, hueón?, ¿Tenían que estar todos ocupados? Salí disparada por la puerta. Iba a tener que tomar un taxi o algo. El aspecto de mi bebé cada vez empeoraba más y estaba empezando a desesperarme. 

Caminé lo más rápido que pude, intentando no molestar a mi hijo. Estaba perdida. Lo único que pedía era que mi bebé no se muriera. Tomé nuevamente mi celular mientras caminaba. ¿Llamarlo o no llamarlo? No, no podía. Abrí su chat de whatsapp.

M.
En línea

Mauro, soy yo la
Vale, voy a la clínica
con mi bebé, algo le pasó
y no sé qué es.

Lo leí un par de veces. ¿Mandarlo o no mandarlo? Estaba debatiéndome cuando mi celular comenzó a sonar. Era la Consu. 

"¿Aló?" dijo.

"Consu, consu, gracias por contestarme, ¡necesito tu ayuda!"  casi grité. Las lágrimas no paraban de caer por mis mejillas. 

"Amiga, ¿qué pasó?, ¿estás bien?" 

"El Joaquín, Consu, no sé que le pasa, amiga estoy desesperada. Cris no me contesta, la Fran tampoco, no sé cómo mierda llegar a alguna clínica" sollocé.

"Cálmate Vale, ya voy para allá" dijo lo más calmada posible.

Seguí caminando porque el aspecto de mi hijo estaba empeorando, lo notaba pálido y eso no era una buena señal. Llevaba no sé cuanto rato caminando cuando sentí un bocinazo. Me giré a ver el auto y me sentí un poco más aliviada al ver el auto de la Fran. Paró a mi lado y subí lo más rápido posible. La Consu manejó lo más rápido que podía, se saltó como mil semáforos pero me importaba una mierda, teníamos que llegar rápido. 

Llegamos a la Clínica Dávila en cuestión de minutos. Entré corriendo, seguida de mi amiga. Las enfermeras pusieron a mi bebé en una camilla y se lo llevaron así sin más. Nos ordenaron que esperáramos en la sala de espera, pero ¡hueón!, ¿cómo podía esperar yo si la vida de mi bebé podía estar pendiendo de un hilo? 

La Consu se sentó en uno de los asientos y yo me dediqué a caminar de un lado a otro. 

"Vale, ¿te podí calmar hueona?" tiró de mi brazo y me sentó a su lado. "No sacai nada dando vueltas ahí, amiga, sé paciente" 

Cerré los ojos y me recosté en el respaldo de la silla.

"La Fran viene en camino" anunció. "Y solo para subirte un poco el ánimo... Ni te imaginai dónde andaba metida esta maraca" dijo sin anestesia. La miré interrogante. "Cuando llegue le preguntai"

Rodé los ojos. Ahora estaba preocupada y tenía curiosidad por la Fran. Los minutos se me estaban haciendo eternos y no pasaba nada. Maldita sea, yo lo único que quería era que mi bebé estuviera bien.  Las puertas de la Clínica se abrieron y la Fran entró corriendo, estaba un poco despeinada, obvio, si quizá cuánto corrió. Mi impresión fue mayor al ver que detrás de ella venía Alexis Sánchez. Abrí mis ojos con sorpresa.

"Vale, ¿Cómo estás?, ¿Qué pasó?, ¿Han dicho algo?" empezó a bombardearme con preguntas, pero yo no podía responderle. No podía omitir el hecho de que Alexis estaba detrás de ella. Fruncí el ceño. "¿Vale?" pasó su mano a unos centímetros de mi cara. Se giró a mirar a Alexis.

"Hola, Vale" sonrió él.

Txá, que barsa. Miré a la Fran en busca de una explicación.

"¿Qué?" preguntó ella, a la defensiva. 

Un doctor apareció en la sala de espera.

"¿Familia de Joaquín López?" me paré rápido y avancé hacia el doctor.

"Yo soy la mamá, ¿está bien?" él me miró con la típica cara de póquer. Odio a los doctores por lo mismo.

"Hemos logrado estabilizarlo, al menos en lo que respecta a las vías respiratorias. Sin embargo, tenemos que hacerle algunos exámenes a su hijo puesto que los síntomas con los que llegó pueden ser indicadores de Botulismo" 

¿Botu qué?

"Es una enfermedad que en el peor de los casos puede llevar a la muerte" dijo como si nada. Las piernas me temblaron. ¿Se iba a morir mi hijo? "Pero, tranquila, si resulta ser, comenzaremos los tratamientos en el mismo momento...Pero tiene que saber que esta enfermedad se genera..." sabía que estaba hablando, pero había dejado de escucharlo.  Mi cabeza había desconectado todas sus funciones. Quería tirarme al suelo y llorar como una bebé. 

No podía estar pasandole esto a mi hijo, no a él. 

El doctor se retiró unos minutos después. Avancé hasta la fila de asientos y me tiré en uno de ellos. ¿Qué mierda iba a hacer?

Mi celular comenzó a vibrar en mi bolso y lo tomé. Mauricio me estaba llamando. Fruncí el ceño y le contesté.

"¿Está bien?, ¿Qué le pasó?, ¿Hay que pagar algo?, ¿Te han dicho algo?, ¡Por la chucha! Valentina respóndeme" sentí la urgida voz del hombre al que alguna vez amé, ¿cómo supo? Por la chucha, el mensaje debió haberse enviado, maldita sea. "¡VALENTINA!" gritó. Me alejé el teléfono de la oreja.

Me arrebataron el teléfono. Alcé la vista y la Consu tenía el teléfono en su oreja.

"¡Cálmate ahueonao!, ¿No veí que la estai estresando?" siempre tan linda. Por eso la quería. "Ya, sí. Tranquilízate. Llama en un rato más, chao" le cortó deliberadamente. "¿Cómo fue que se enteró este hueón?" preguntó.

"¿Y dónde está Cristopher?" añadió la Fran. 

Y esa, era una muy buena pregunta.

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CHAAAAN CHAN! 
Quiero dar un agradecimiento especial a mi wawa porque me ayudó con la enfermedad de una forma muy chistosa que woa dejar aquí: "Busca "botulismo en bebés " en Google y ve si te gusta esa enfermedad 😂" -Consuelo Abarca, 2016. 

VA A QUEDAR LA CAGÁ CABRAS NI SE LO ESPERANNNNNNN! 

#TeamToselli, #TeamPinilla o #TeamFralexis? ahhhhh

True ColorsWhere stories live. Discover now