uno

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El parto había resultado todo un éxito y yo estaba feliz por eso. ¡Por fin había nacido mi Joaquín! Era lo más preciado que tenía en mi vida.

Y Chile había sido campeón de la centenario. Estaba feliz, rebosante de alegría. A pesar de todo, la sonrisa no se borraba de mi cara. Él me hizo daño, pero se sacó la mugre todo éste tiempo durante la Copa.

Me llevaron a Maternidad y ahí me dejaron en una sala con muchas otras mamás, a la espera de mi bebé.

"¡Amiga!" entró Carla, sí, la señora de Claudio Bravo. "¡Vine en cuanto pude! Estoy tan feliz por ti, no puedo creerlo, de verdad. Ya eres mamá." sonrió.

Ella ha sido un pilar fundamental para mi este último tiempo, sobretodo este último mes.

Habían pasado ya ocho meses desde que dejé a Mauricio. No sabía nada de él, y tampoco me interesaba saber de él.

Mauricio Pinilla había roto mi corazón de una forma demasiado dolorosa, y yo no sé si sería capaz de perdonárselo.

"No debiste haber venido altiro, Carla. Deberías estar celebrando el triunfo con tus hijos." ella niega con la cabeza.

"Ellos están con los abuelos, pero necesitaba venir a verte amiga. Apenas me hablaste me vine."

Le hablé poco antes del alargue. Mierda, se perdió todo eso por mi culpa.

"Carlita, te perdiste el alargue y los penales." me dio pena igual.

"Sí, pero lo venía escuchando. No tenía estómago para verlo, estaba muy nerviosa, pero ya, suficiente de mi, mujer. Háblame de ti, ¿Qué tal todo?"

Suspiré y empecé a contarle todo el trabajo de parto y lo agotador que fue todo. Ella me miraba y sonreía.

No es por ser pesá, pero esto para ella ya era algo demasiado fácil... Con la cantidad de hijos que tenía, ésta mujer no perdía el tiempo.

Así estuvimos harto rato hablando, hasta que entró la enfermera con un bebé en sus manos. Se acercó a mi y ahí recién noté que era mi Joaquín. Ella me lo entregó. Me felicitó y se fue.

Vi a mi bebé y las ganas de llorar me asaltaron violentamente. Que ganas de que él hubiera estado aquí, conmigo. Qué ganas de que no hubiera sido tan imbécil, de que me hubiera creído a mi y no a los medios.

Y ahora el destino me castigaba de la peor forma posible. Mi bebé se parecía a la foto de Mauricio cuando era un bebé. Era igual y eso me dolía. Supe entonces que iba a tener que lidiar con su recuerdo aunque me doliera. No podía perder la batalla ésta vez, porque tenía un bebé del que hacerme cargo. Un bebé que iba a crecer sin su padre por su insensatez e idiotez. Porque sí, Mauricio Pinilla no sólo tiene el look de chico malo, sino que lo es. Por lo tanto, lo idiota lo lleva en la sangre.

Suelto un suspiro.

"¿Segura que no quieres decirle?" preguntó. Negué con la cabeza.

Hartas veces había discutido el tema con la Carla. Yo no le iba a decir que tenía un hijo, porque no se lo merecía.

"Vale, tu sabes que-" la interrumpí.

"Sé que él merece saberlo, y que debería decírselo. Carla ya me sé tu discurso de memoria. Y la respuesta sigue siendo la misma; un rotundo no. Él no se lo merece."

Carla rodó los ojos y asintió.

"Ya, está bien. No te hablaré más del tema pero prométeme algo." entrecerré los ojos. No podía esperar nada bueno de eso.

"A ver, ¿Qué?"

"Que si no puedes mantener a tu hijo, me vas a pedir ayuda... Nos vas a pedir ayuda a Claudio y a mi" las lágrimas se acumularon en sus ojos.

Mi amiga es toda una bendición en mi vida por la chucha. Asentí con lágrimas en mis ojos.

"Te lo prometo, Carlita" dije y solté un sollozo.

Estaba hormonal, más que la cresta, y parece que se lo había pegado a la Carla. Nos abrazamos y seguimos hablando y observando a mi bebé.

La Carla se fue a eso de las ocho de la mañana. Se había quedado dormida, apoyada en mi camilla. Pero yo no había podido dormir. El recuerdo constante de Mauricio me imposibilitaba descansar.

Recuerdos de cuando nos conocimos, cuando salíamos, cuando me pidió pololeo, cuando hicimos el amor, todo tipo de recuerdos invadió mi mente. Había llorado silenciosamente y me las había arreglado para no despertar a mi amiga.

Pero todo el asunto de Pinilla había terminado, porque sentía que mi hijo había llegado a llenar ese vacío que dejó este hombre cuando se fue de mi lado.

Vi la tele un par de horas, hasta que le enfermera llegó a quitarme a mi bebé. Tenían que revisarlo y todas esas cosas... Me dio pena igual porque sentí que me lo estaban arrebatando. La enfermera tuvo que calmarme, diciéndome que iban a hacerle exámenes para ver que estuviera respondiendo bien.

Y me habían dejado nuevamente sola. Un Lunes feriado, sin nada que hacer, sin poder levantarme de la camilla.

Había oído que parte de la selección venía a la recepción a Chile y que llegaban mañana o el miércoles. Sin mentirles, me entró la pera. Sé que es casi imposible que me vuelva a encontrar con él, pero yo no me caracterizaba mucho por tener buena suerte en la vida. Tenía mala suerte en el amor y mala suerte en el juego, ah. Era una yeta total, pero esperaba por mi bien no toparme con el.

Cerré los ojos y me entregué al sueño. Tenía que aprovechar de descansar, la Carla me había dicho que el hecho de tener un bebé te privaba del sueño durante un par de años.

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Hola hola!
Aquí yo, nuevamente, con un fanfic que probablemente vaya a publicar y borrar un par de veces y después no continúe escribiendo, náh dndnsmsdm. Estoy demasiado emocionada por escribir este fanfic, tengo tantas ideas😍✨.

Espero que les guste el primer capítulo. De ahí se irán dando cuenta del por qué de las cosas, ahyiah. Éste es como la primera temporada, me gustaría hacer dos... Pero hay que ver si me da para tanto la imaginación jznanasn💪.

Eso. Lamento que sea más corto de lo usual.

Nos vemosssssss, xx.

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