14• Dos meses de abstinencia

6.9K 555 32
                                    

—El tiempo comienza ya. —Su mirada se dirige al cielo con desdén, para después fijarla sobre mí—. Tienes aproximadamente diez minutos.

Pongo los ojos en blanco ante su impertinencia, y antes de que pueda despotricar sobre él en voz alta, me corrigo a mí misma y lo insulto mentalmente. Su semblante cambia de inmediato; creo que ya sé la respuesta de mi primera pregunta.

—Creo que sé algo, que lleva mi imaginación a un grado de locura inimaginable. —Pronuncio las palabras tan rápido, que ni siquiera soy capaz de entenderme a mi misma.

Ethan frunce el ceño y asiente al mismo tiempo. Creo que está tan confuso como yo.

—Dispara, creo que podré soportarlo.

Parece confiado, pero una pequeña parte de mí sabe que solo está fingiendo para intentar parecer alguien implacable al que ningún secreto podría destruir. La realidad es muy distinta; todos nuestros secretos acaban destruyéndonos. No importa cuánto intentemos ocultarlos al resto, o cuánto tiempo finjamos que no los tenemos. La verdad es que cuando finalmente salen a la luz, todo el mundo comienza a analizar nuestros actos minuciosamente con una lupa enorme, y desde entonces pasamos de convertirnos en seres humanos, a seres irracionales. Personas que mienten, personas que hieren, e incluso mirando a Ethan, personas que matan.

—¿Por qué tengo la sensación de que me analizas demasiado? ¿Puede ser que tengas alguna capacidad para leer la mente de los demás?

Su semblante de repente se torna serio, y tomando una gran bocanada de aire, niega varias veces con la cabeza. Una parte de mí sabía que no contestaría: es demasiado orgulloso como para hacerlo.

Finalmente se rectifica.

—No exactamente.

—¿Entonces...? —dejo la pregunta en el aire para que la conteste, pero la respuesta nunca aparece.

—Prueba con otra.

—¿Bebés sangre?

Y aún habiéndolo dicho en voz alta, esa pregunta suena más evidente de lo que creía. Cuando no me rectifico, parece más confuso que de costumbre.

—¿Estás hablando en serio? ¿En eso malgastas tus preguntas?

Asiento y con voz firme le ordeno que conteste.

—Sí. Bebo sangre; ¡Creía que era evidente!

—Solo tengo que atar cabos sueltos. —Intento que mis palabras suenen con más frialdad que de costumbre, pero no lo consigo. Él alza los hombros en respuesta, y se limita a contestar con un “está bien, lo que tú digas”, antes de que termine de hacer preguntas—. ¿A quién mataste el otro día?

Ahora ya no parece tan impasible como antes. He sido demasiado perspicaz con la última pregunta; lo he conseguido pillar totalmente desprevenido. Y en cierto modo eso es bastante bueno. Las posibilidades de que ahora vaya a mentirme se reducen al mínimo.

—Un vampiro.

Finalmente su respuesta suena tajante, con la intención de esquivar las que vendrán a continuación; por supuesto no lo consigue. Mi curiosidad es demasiado difícil de placar.

—¿Puedes chuparle la sangre a un vampiro?

—No —su contestación le arrebata todo el sentido a nuestra conversación.

—¿Entonces...?

Mis palabras se quedan a medio camino cuando descubro lo inevitable; no va a contestarme porque “no es de mi incumbencia”. Sus labios parecen flaquear varios segundos hasta que deciden soltar un suspiro exasperado. Está tan agotado como yo.

Dark SecretsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora