3• ¿Héroe o asesino?

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Es la quinta vez que tropiezo, la quinta que me regaño por ser tan torpe; y la quinta vez que me prometo a mi misma, que si salgo viva de esta, haré deporte todas las tardes hasta poner mi primer pié en la Universidad; pero como Dios es sabio, y conoce el momento exacto en el que las personas deciden cambiar, o echar una mentira piadosa par salir del apuro, vuelvo a tropezar con una mala hierba por sexta vez, a diferencia de que esta vez no consigo levantarme del suelo.

La garganta me arde por el esfuerzo al intentar pedir auxilio, mis manos entumecidas por el miedo, ya no saben a qué sujetarse para atacar a la sombra que me persigue, y mis pies ya no pueden moverse debido a la carrera de 3 kilómetros en la que no se han tomado ningún descanso para recuperar las fuerzas perdidas.

Y ahora muy a mi pesar recuerdo a Beatrice, mi profesora de gimnasia cuando yo tenía 10 años, la cuál cada diez metros corriendo, nos recordaba que la educación física es la asignatura de la vida; Que es importante llevar siempre pulverizadores de defensa personal en el bolso, y entre otros, que los hombres solo sirven para dar problemas; Con ella aprendí lo que era sufrir por un hombre, llanto tras llanto mientras hacíamos abdominales, y las desventajas de traer a tu novio a dormir a tu casa, si vives con tus padres; Aunque eso solo lo pude comprender años más tarde.

Me levanto a pesar de que mis zapatos pesan más todavía si cabe, a causa del barro que se ha aglomerado dentro de las suelas, mientras comienzo a correr de nuevo, sintiendo mi respiración irregular y agitada, de un momento a otro. La cabeza me palpita cada vez que piso una piedra mal colocada en el camino, y mis mofletes, al igual que los dedos de mis manos, están de un color rojo sangriento; Por primera vez en toda mi existencia le hago caso a mí conciencia, y decido que detenerme no es la mejor opción. Todavía me quedan muchas cosas por hacer en la vida antes de morir, como por ejemplo, comer helado; Comer helado de pistacho mientras monto en una montaña rusa, comer helado de vainilla en mi primera cita —si es que alguna vez tengo alguna—; comer helado de nata mientras veo películas sangrientas, y bueno, eso es todo. El helado de chocolate no se incluye en mi lista de deseos porque me produce náuseas desde que hace siete años, a Thalia se le ocurrió mezclarlo con el helado de frambuesa y ocho clases más, para probar nuevos sabores; Literalmente estuve cuatro días sin poder salir del baño.

Antes de que mis pies puedan seguir moviéndose con su habitual falta de descoordinación, algo se interpone en mi camino, y sin darme cuenta, me encuentro gateando hacia atrás con ambas manos cubiertas por el barro. Es tan pegajoso, que llega un momento en el que simplemente no me molesto en seguir retrocediendo; Me duele el culo a causa de la caída, y mis pies solo intentan esconderse en algún lugar frondoso y oscuro; Cómo si el hecho de estar tapados por un matorral desprovisto de hojas, pudiese ponerme a salvo de todo.

Agudizo la mirada hacia el frente, achicando los ojos de una manera en sobre exceso, mientras que con ambas cejas fruncidas, intento descubrir quién se esconde tras la poca nitidez de la parte lúgubre oeste del bosque; pero la poca luz que emiten las estrellas, no me deja ver nada, más allá de mi reflejo en los charcos de barro.

—¿Quién eres? —pregunto con la esperanza de que conteste.

Ni siquiera sé por qué lo intento.

Un murmullo; dos murmullos; y hasta tres murmullos en los que mi silencio reina por encima de sus palabras pronunciadas de forma incoherente. Sus ojos son de un color muy vivo, con el reflejo de la luna, y sus manos cada vez se van haciendo mucho más grandes.

Comienzo a jadear con fiereza, en el momento exacto en el que sus pisadas desmesuradas se dirigen hacía mi; me balanceo hacia los lados con la esperanza de conseguir levantarme, pero poco a poco, mi propia dificultad respiratoria, y mi pánico arraigado, comienzan a jugarme una mala pasada, consiguiendo dejarme totalmente pálida.

Dark SecretsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora