Parte 3
Jamie siempre decía que ambos eran como Beavis and Butthead y al momento de discutir quién era quién, Damon siempre era Butthead y eso hacía reír mucho al dibujante. Se encontraban viendo MTV, eran las dos de la mañana, estaban un poco fuera del planeta, pegados en el infinito, gracias a la marihuana, y de vez en cuando comentaban lo fastidioso que era ese canal pero no hacían nada por buscar el control remoto y cambiarle a algo más interesante.
— Conocí a una chica —soltó el cantante, de pronto.
— Una chica —repitió Jamie, sintiendo la lengua dormida—. Esta mierda era de la buena —comentó, mordiéndose las mejillas y lengua, riendo—. Como sea, dime más.
— Es loco, pero me gusta —siguió Damon, sorprendido de sí mismo. Con Graham las cosas seguían en calma, pero nunca como antes, era como si algo se hubiera quebrado ahí y, aunque con pegamento, no volvería a ser igual, jamás. Y entonces van a una entrevista en una de tantas radios y ahí está, Suzi, Suzi con su pelo rizado, Suzi con su arte, Suzi con ese mundo que él, por preocuparse de ser el Dios del britpop durante años, se perdió por completo—. Es una artista, viaja por el mundo junto a un amigo y... y ven animales, los retratan, no lo sé, es algo muy loco, muy loco —declaró.
— Bueno, ¿Y qué pasó luego? —preguntó Jamie. Como era de costumbre, no le prestaba atención cuando hablaba de chicas, siempre se trataba de cosas pasajeras que acabarían a la semana siguiente, como mucho. Así que lo dejó hablar. Pero Damon hablaba en serio, no sabía por qué pero hablaba muy en serio cuando se trataba de ella.
— Yo... Salimos, lo de siempre —sonrió—. Mira, sé que es más de lo que siempre te digo y ya no me crees, pero ella me hizo ver que la vida de... del rock y esas cosas es tan vacía, ya no quiero estar en canales estúpidos como MTV, me enferma ver mi cara en los medios.
Jamie se volteó a mirarlo cuando acabó un video musical de rap y lo meditó.
— Sí, MTV es mierda, pero ¿Qué se le puede hacer? Si sales ahí automáticamente piensan que estás manufacturado, y eso debe ser cansador... menos mal que soy dibujante —opinó.
— ¿Ves? La magia de la música es asesinada por la industria y... —se quedó en mitad de frase y, pese que Jamie esperó un par de segundos eternos, no la continuó.
— ¿Y qué? —preguntó intentando no largarse a reír por lo drogados que estaban.
— No, no te rías, estaba pensando —el rubio abrió los ojos y se acomodó en su asiento de un salto—. ¿Por qué aparecer en MTV otra vez? ¿Por qué... por qué no burlarnos de todos esos idiotas detrás de algo más?
— Qué demonios... —Jamie no le seguía el hilo.
— No quiero renunciar a la música, Jamie, es mi vida, pero soy la cara visible de una banda y ya ves el escándalo que se arma cada vez que algo pasa en mi vida —Hewlett tuvo que darle la razón, los medios no lo dejaron en paz ni por un segundo cuando terminó públicamente con Justine, e incluso los programas de la tarde se dedicaban a analizar el quiebre como si fuera algo muy importante a nivel mundial y no algo que sucede en todas partes y a toda hora—. Y te tengo a ti, ahora.
— Oh, decirlo es muy considerado de tu parte —se mofó.
— No idiota, tú dibujas, es tu vida, la música es la mía, podemos... ser colegas.
Jamie por fin se detuvo a pensar un poco más en lo que decía su amigo y por fin dio en el clavo, abriendo la boca con sorpresa.
— La cubierta... yo hago la cubierta para la música que tú harás y... y...
