{2.1} Fear of being left behind

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Parte 1


La primera vez que Graham salió con una chica apropiadamente fue más bien una salida especial con una niña a quien consideraba excepcional, no una cita. Ambos tenían quince y se conocieron en clase de lengua, la chica era excelente haciendo cuentos, de hecho, le había confesado entre clases que a eso se dedicaba en su tiempo libre, ya que no le gustaba mucho eso de andar en fiestas y borracheras como todos los de su edad.

Como Damon, pensó Graham aquella vez, pero no como él, él era igual a ella y eso hizo que se hicieran amigos tan rápido. No pasaba con ella tanto tiempo como pasaba con Damon, lo cual era francamente imposible, ya que a esas alturas ambos eran inseparables y donde estaba el rubio también tenía que estar él y viceversa.

Y fue un día de otoño, frío, el cual Damon descubrió que a la hora de almuerzo Graham no estaba a su lado y no lo estaría porque estaba muy entretenido con otro panorama muy distinto: Lo vio salir de sus clases y dirigirse al comedor sin siquiera buscarlo con la mirada por los pasillos como suele hacerlo, ahora sus ojos estaban en aquella chica de largo cabello negro, piel blanca como la porcelana y ojos color gris, un gris precioso. Los celos comenzaron a hundirlo en un pozo de ira incontrolable, quería patear todo lo que tenía al lado, quería quitarle los sesos a cualquiera que se atreviera a molestarlo en su amargura, incluso a sus bravucones.

Hace mucho tiempo que, solo en su interior y quizás con Jess, había aceptado que sí, en realidad le gustaba el moreno y le gustaba más que como su simple mejor amigo, y también había aceptado amargamente que el menor lo encontraría enfermo, quizás hasta lo rechazaría, pero no podía evitar sentirlo, por lo que se dedicaba a sentir en secreto, salir con muchas chicas para acentuar que también le gustaban ellas y mantener la normalidad de su relación de amistad con él, pero que Graham hiciera lo mismo era algo nuevo, y no le gustó para nada, de hecho, nunca esperó sentir lo que sintió cuando lo vio caminar con esa chica, hacer lo que él siempre hacía con él pero con ella, sonreír con ella, hablar entusiasmadamente con ella, era tan... extraño.

Al término de clases esperó al moreno en la puerta de entrada de la escuela junto a algún inspector o en algún lugar oculto como era usual, ya que era frecuente que ambos hicieran aquello para evadir a los bravucones que aún seguían molestando a Damon por algún motivo de vez en cuando, pero Graham esta vez llevaba varios minutos de retraso. Damon esperó más de veinte minutos con paciencia y cuando el auxiliar le dijo que mejor se largara a su casa pues ya no quedaba casi nadie en la escuela se rindió y comenzó a caminar hacia la salida, triste, iracundo, atontado.

— ¡Damon! ¡Damon espera! —Graham lo atrapó en la acera frente a la escuela, el rubio se volteó y vio con alivio que la niña no estaba por ningún lado y el menor había corrido todo ese trayecto solo para alcanzarlo. Había pensado por un segundo que Graham saldría de la mano con aquel pequeño ángel que se había conseguido y se la presentaría como su "novia".

Estaba tan paranoico últimamente, quizás ese pequeño gusto por Graham —y solo por Graham— se le estaba saliendo de las manos y ya no era una simple y boba atracción extraña que lo hacía querer estar junto a él, abrazarlo, sentirlo, pensar en él cuando está solo y sentirse totalmente diferente, estremecido... incluso exaltado. El sentimiento inocente que había crecido con él desde los doce años se había transformado en algo gigante que algunas veces lo espantaba.

— Hey —soltó intentando hacerse el casual pese a que lo que realmente quería hacer era gritarle un par de improperios por descuidar esa... relación, esa amistad.

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