Parte 1
Julio, 1995
—He estado pasando por mucho, si no te diste cuenta —ya había perdido la cuenta de cuantas veces habían discutido en la semana.
—¿Pasando por mucho? ¿Qué significa eso? Ah, sí, creo que sé lo que significa: alcohol, bares, Jane y no dedicarle nada de tu tiempo a la maldita banda —gritó Damon. Graham hizo una mueca, molesto, la fuerte y gruesa voz de Damon no le dejaban descansar, su cerebro estaba literalmente muerto y dolía tanto que llegaba a sentir palpitaciones en las sienes.
Resaca, diría Damon, pero quizás combinado con eso también habían muchos más factores, como esas estúpidas peleas con su ego, el gran ego del rey del britpop, como ahora lo llamaban después del magnífico duo que crearon entre el Modern life is rubbish y el Parklife.
¡Cómo se arrepentía de haber participado en esos malditos discos! Ahora todo el mundo esperaba que el siguiente fuera la-bomba, o algo así; y a parte de sentir que ese definitivamente NO era SU sonido sino el de alguna banda de simplones al que le siguen niñas de 10 a 15 años por toda la ciudad, estaba algo descolocado.
—Mira —respiró hondo antes de soltar todo lo que quería soltar, y ni siquiera lo iba a hacer gritando como su compañero— Sé que hemos estado compitiendo tontamente con estos... Oasis, sí, ellos... y que toda la presión ha caído sobre ti, que los siguen, que te toman fotos y esa mierda, cosa que no debería ser.
Damon permaneció en silencio, pero con una mirada atenta que decía que ante cualquier cosa que no le pareciera volvería a gritar como un loco. Quizás por eso Alex se fue con su novia temprano ese día y Dave desapareció sin que él pudiera notarlo.
—Pero no vuelvas a llamarme la atención por mis problemas con el alcohol cuando tú te metiste solo en la heroína —los dos compartieron un silencio casi fatal, en un ambiente tan tenso como un globo inflado al lado de una aguja— Somos tan grandes como para destruir nuestras vidas y aun así seguir manteniendo esta maldita banda que MALDITA sea la hora en la que se volvió famosa.
Damon miró hacia el suelo.
—Lo que haga con la heroína es mi problema, esta todo bajo control y no ando como un maldito idiota todo el día...
—Mira a tu alrededor —fue lo único que dijo Graham antes de tomar sus llaves y algunas cosas que había dejado encima del piano del estudio y metérselas en el bolsillo. Caminó hacia la salida como si toda esa conversación estuviera terminada.
—Graham...
Se detuvo automáticamente.
—¿Me amas?
Damon le hacía esa pregunta más de tres veces por semana, últimamente, como si se le olvidara que el amor no desaparece al cabo de tres días o algo, o después de zamparse una botella de vino entera en el bar con otros amigos. Es solo que... el ambiente había cambiado.
Se volteó cansado pero aun así le ofreció una sonrisa.
—Claro que sí —musitó. Damon avanzó hacia él con rapidez.
—Lo siento, soy un tonto y estoy medio paranoico —sus ojos vagaban de un lado a otro sin rumbo, realmente lucía como un sujeto con paranoia— Esos Gallagher me joden la vida, pero tengo un plan.
Graham olía los problemas de lejos, Damon haría algo que empeoraría su situación, lo podía apostar. Tanto Blur como Oasis lanzarían discos ese año y Damon se había vuelto loco con el asunto, como si fuera una competición, y al parecer los medios también comenzaban a tomarlo de ese modo, pero el asunto todavía tenía bajo perfil. Si Damon hacía algo para que eso fuera una pelea abierta y pública con los Gallagher todo se iría por un tubo a la mierda.
