Al menos eso creía ella.

No era capaz de ponerse de pie, sus piernas seguían sin reaccionar, ella no podía moverlas, ni siquiera podía sentirlas, era como si estuviesen... muertas.

El suelo estaba frío, un montón de gotas heladas caían directo a su espalda, cabeza y rostro... sin duda alguna ella iba a resfriarse ese día. Su llanto era incontrolable, estaba arrepentida por lo que había sucedido con Lauren... ella no debió haber dicho algo como eso. ¿Qué mierda esperaba? Era obvio que las cosas terminarían de mala manera. Por su culpa, su situación con la hermosa chica de ojos verdes se había arruinado.

Estaba equivocada.

En cuanto alzo la cabeza, pudo notar la presencia de alguien más en aquel sitio... Lauren.

La chica de ojos verdes estaba de pie justo frente a ella. Sus ojos estaban vidriosos y al igual que Camila; estaba empapada de pies a cabeza.

Ninguna de las dos se movió de su sitio. Lauren ahogo un suspiro, haciendo que el corazón de la menor comenzará a latir a mil kilómetros por hora.

Cada una de tus acciones hace que mi corazón toque una melodía que incluye tristeza y felicidad.

El simple hecho de mirarse fijamente en aquel momento, debajo de la lluvia, después de sobrevivir una confesión bastante peculiar hizo que ambas tuvieran una visión bastante clara de lo que estaban sintiendo por la otra.

Quién sabe, quizá el amor no era necesariamente tener a una persona a tu lado. Basta con el simple hecho de saber que existe... eso es más que suficiente.

Pero, este no era el caso.

Sus corazones latían como tambores dentro de sus pechos, sus respiraciones estaban entrecortadas debido a la distancia que habían corrido desde el hospital hasta aquel lugar. Los ojos de ambas estaban cristalinos... tenían demasiadas cosas en común en aquel momento, pero había algo que estaba muy por encima de todo lo demás.

Ambas estaban perdidamente enamoradas, la una de la otra.

Fue entonces cuando todo fue claro para Lauren.

Ella corrió en dirección a la menor, se arrodillo justo frente a ella y con delicadeza, sujeto sus mejillas con la ayuda de sus dos manos. Las respiraciones de ambas estaban aceleradas, ninguna de las dos sabía muy bien qué hacer.

Ambas sonrieron después de que la ojiverde hiciera que sus frentes se juntaran.

¿Puedo besarte?

Camila sintió como sus labios comenzaban a rozarse. Podía sentir cómo la respiración de Lauren chocaba contra sus labios y viceversa. La morena asintió levemente con la cabeza.

En ese momento, la ojiverde capturo con delicadeza los labios de la menor entre los suyos.

El beso fue corto, tan solo duro un par de segundos. No había sido apasionado como aquellos que salían en las películas románticas, pero... había sido suficiente para hacer que algo se encendiera en el interior de ambas chicas.

Ambas creyeron que la lluvia había desaparecido, pero... no había sido así. La calidez que se había generado en sus cuerpos había sido gracias a aquel primer beso que habían compartido, no porque el sol ya hubiese salido de su escondite.

Lauren junto sus frentes después de depositar un casto beso en los delicados labios de su morena.

Sonrieron. Ambas lo hicieron.

Camila había dejado de lado el hecho de que sus estúpidas piernas seguían sin reaccionar, nada podría arruinar aquel hermoso momento.

Puede que nos espere un oscuro camino nocturno. Pero aún así, quiero seguir adelante, creyendo... que en algún momento, las estrellas empezarán a iluminarlo.

– Tendré que enamorarme de ti, ¿Huh?

La menor rió por lo bajo mientras asentía.

– Tú... no tienes más opción que amarme.

Una torpe sonrisa adorno el rostro de la ojiverde después de escuchar aquello.

Acarició las mejillas de Camila y con delicadeza, volvió a capturar sus labios entre los suyos. Era un beso lento, pero... era sincero, y eso era todo lo que importaba en ese momento.

Era sencilla y atrevida. No paraba de hacer vueltas, como una montaña rusa. Ella misma parecía ser un viaje sin destino fijo. Era la personificación de la libertad.

La ojiverde sonrió a la mitad del beso.

Mi pulso esta por los cielos. La lluvia de otoño se siente bien. En ese momento, podía probar el sabor de la limonada proveniente de los labios de Lauren. Sí, sin duda alguna... mi tiempo había comenzado a avanzar.


The girl in the forest. (Camren)Where stories live. Discover now