The girl in the forest. (Camren)

Respuesta.

Su cabeza no paraba de dar vueltas, sus parpados estaban comenzando a cerrarse y sentía cómo su garganta había empezado a doler, había pasado la noche entera bebiendo una vieja botella de vino que el padre de Louis había ocultado tiempo atrás con la esperanza de que ninguno de sus hijos la encontrará. – Lástima que aquello no había resultado como él lo esperaba.

Ambos estaban perdidos, no sabían con exactitud qué era lo que debían hacer para recuperar a su linda chica de piel morena; era cierto que Louis había cerrado el trato, había aceptado todas y cada una de las condiciones que el chico de cabello castaño dejo en claro.

Él quería a Zayn Malik, no sabía por qué lo quería pero... decidió no meterse en los asuntos del chico llamado cuervo, así que simplemente acepto.

No sería tan complicado cumplir con su parte del trato, pues todo el mundo tenía bien en claro que Zayn Malik estaría en el mismo lugar que Camila, – o al menos eso esperaba – él seguía sin entender por qué su amiga había decidido escapar con aquel chico, pero decidió no darle más vueltas al asunto.

Si al final del día había escapado con él debía haber una razón muy específica para haberlo hecho.

– Esto es una mierda.

Susurro la ojiverde mientras dejaba la botella de vino – ahora vacía – en el reluciente suelo de madera que decoraba todo el salón principal.

En ese momento, el chico de ojos azules estaba en una situación demasiado riesgosa... sabía que sus padres podrían llegar a casa en cualquier momento y, si eso pasaba, él estaba seguro de que recibiría un castigo bastante severo para un chico de 19.

Los padres del chico en silla de ruedas jamás le habían permitido consumir sustancias adictivas como lo era el alcohol o las drogas, no se lo habían permitido porque sabían perfectamente que su hijo no tendría un futuro muy prometedor si se involucraba en ese tipo de cosas.

Después del accidente, ellos fueron aun más protectores con él, pues había comenzado a tomar numerosas cantidades de medicamentos e incluso sus doctores particulares le habían indicado que debía asistir a rehabilitación.

– ¿Qué haremos?

Preguntó la ojiverde mientras llevaba ambas manos a su cabeza.

Louis ya se había encargado de explicarle detalladamente lo que el chico de cabello castaño le había indicado, sus condiciones e incluso las terribles consecuencias que tendrían que afrontar si no cumplían con su parte del trato.

Ella había entendido a la perfección lo que el chico llamado cuervo prometía, pues le había asegurado a su amigo en silla de ruedas que él tenía la ubicación del lugar en el que Camila se estaba alojando junto con el sujeto llamado Zayn Malik.

Sí, Liam le había asegurado tener la solución al problema que los invadía en ese preciso momento, pero... ¿Realmente debían confiar en él? Sabían que el sujeto estaba desquiciado, esa era – posiblemente – la única razón que los hacía dudar acerca del acuerdo al que habían llegado.

– Hay que ser realistas, – habló con dificultad – no tenemos nada...

La chica de ojos verdes puso los ojos en blanco al escuchar aquello.

No tenían nada, eso era lo único de lo que podían estar seguros. Los oficiales de policía juraban estar haciendo su mayor esfuerzo pero maldita sea... si lo estuviesen haciendo, fácilmente hubieran conseguido tan solo un indicio del lugar al que habían escapado los dos internos.

Claro que el trabajo de los oficiales de policía era investigar acerca de lo sucedido, se supone que ellos debían analizar todas y cada una de las pistas que ambos jóvenes habían dejado, pero... ¿Qué sucedía si no dejaban pistas? Evidentemente, ellos no podrían averiguar en dónde estaban ocultos.

Era de noche, el cielo ya se había oscurecido e incluso se podía escuchar que un par de relámpagos habían comenzado a golpear el suelo, indicando que muy pronto las gotas de lluvia comenzarían a caer.

Lauren comenzó a preguntarse por la estabilidad de la hermosa chica que había encontrado en el bosque... ¿Estaría bien? ¿Tendría un techo en el cual quedarse? ¿Se sentía feliz? No tenía la respuesta a ninguna de sus preguntas, aún así... tenía la mínima esperanza de que ella se encontrara en el mejor estado posible.

– ¿Cómo sabemos que no nos está viendo la cara de estúpidos?

Buena pregunta. – pensó el chico en silla de ruedas.

Los efectos del alcohol no lo hacían pensar con claridad, era demasiado fácil que su mente no se centrara en la pregunta que la ojiverde le había hecho.

Él jamás en su vida había bebido, así que con un par de tragos el vino le había subido a una velocidad increíble.

No bromeó al decir que en ese momento no dejaba de tener una imagen de su precioso chico de ojos verdes durmiendo con un disfraz de gatito, pues en realidad era en lo que había estado pensando desde hacía ya un par de minutos.

Sí, estaban ebrios pero... por alguna extraña razón ellos podían concentrarse mientras se enfocaban en el tema de la desaparición de Camila.

Quizá era porque no eran capaces de olvidarse de aquella situación siquiera por un par de minutos.

– No lo sé, pero... – Silenció – ¿realmente tenemos otra opción?

La respuesta era negativa.

Por más que les gustaría decir que sería demasiado sencillo para los oficiales encontrar la ubicación exacta del lugar en el que se había ocultado la hermosa chica de piel morena, tenían que ser realistas y convencerse a sí mismos de que la vida tenía otros planes para ellos.

Los detectives y tampoco los oficiales habían sido capaces de comenzar su investigación, no porque no lo hubiesen estado intentando... por supuesto que se estaban esforzando, pero para su mala suerte; Camila se había encargado de no dejar pistas por su camino.

– Habrá que seguir los pasos del desquiciado.

Dijo mientras reía por lo bajo.

No estaban seguros de sus acciones, era evidente que nadie podía confiar al 100% en las palabras de alguien, no importa quién sea.

En ese momento ellos no podían pensar con claridad acerca de las decisiones que estaban tomando, pues además de los efectos del alcohol, el profundo sentimiento de querer encontrar la respuesta a sus problemas los estaba destrozando, lenta y dolorosamente.

*  *  *

El inició del fin.