Camila.

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Sustituto.

Lauren seguía sin entender lo que la chica de hermosas orbes marrones quería dar a entender... ella sería un sustituto aquella tarde, pero... ¿A quién estaba sustituyendo?

En ese momento, la ojiverde caminaba justo detrás de la chica de piel morena, ninguna de las dos había mencionado absolutamente nada desde que la más bajita había decidido nombrar a Lauren como el sustituto de Shawn.

Lauren estaría mintiendo si dijera que no se sentía incomoda respecto a la situación, porque lo estaba... en ese momento incluso se sentía... aterrada.

Sabía que el estar caminando con una completa desconocida en lo profundo de aquel enorme bosque podría llegar a tener sus consecuencias, lo sabía perfectamente, pero... algo dentro de sí misma le decía que no debía detenerse. Aquella voz en su cabeza no paraba de decirle que debía acompañar a la chica de la melódica a cualquier lugar al que ella fuese.

– ¿D-Dónde estamos?

La ojiverde se atrevió a preguntar.

Ella no había estado en aquella parte del bosque antes, de hecho, jamás había pensado que llegaría a ver algo así en la profundidad del lugar que solía recorrer a diario. Era un parque, por más sorprendente que pareciera, allí estaba.

Lauren inmediatamente pensó que construir un parque en la profundidad del enorme bosque podría llegar a ser una terrible idea, ella creía que sería imposible que los padres les dieran la autorización a sus hijos para ir a jugar en medio de la nada; tenía razón.

El parque estaba completamente vacío, de hecho, los juegos se veían lo suficientemente viejos y oxidados como para saber que no sería buena idea montarse siquiera en alguno de los columpios amarillos que estaban junto en el centro del área de juegos infantiles, acaparando la atención de cualquiera.

La ojiverde frunció el ceño en señal de confusión... ¿Qué demonios estaban haciendo ahí?

Decidió no hacer preguntas y siguió con su camino, hasta que noto algo peculiar; la chica de piel morena había dejado de caminar.

– ¿Está todo bien?

Se atrevió a hablar, tenía un hilo de preocupación en su voz.

Fue entonces cuando sucedió; la chica de hermosas orbes marrones elevo la comisura de sus labios, regalándole una sincera sonrisa al par de columpios amarillos que estaban justo en frente de ambas.

Lauren estuvo a punto de replicar, ni siquiera tuvo tiempo para hacerlo... ella ya había comenzado a correr en dirección a los viejos y oxidados columpios.

– Eso podría ser peligroso.

Advirtió sin estar muy segura de qué más podría decir.

La chica hizo caso omiso a las advertencias de la ojiverde y con toda la seguridad del mundo comenzó a mover sus piernas de atrás hacia adelante para hacer que el banquillo comenzará a balancearse.

A decir verdad, Lauren había olvidado por completo que las cadenas que sostenían el pequeño banco amarillo podrían llegar a romperse en cualquier momento debido al mal estado en el que estaban. En ese momento no podía pensar en nada más que no fuera la hermosa chica que se estaba balanceando en el pequeño columpio, aquella hermosa chica que era la definición de la libertad. – O al menos eso creía ella – Ella reía... la chica de la melódica reía mientras se balanceaba alegremente en el banco color amarillo... era como una niña pequeña que salía a jugar al parque después de terminar sus tareas.

The girl in the forest. (Camren)Where stories live. Discover now