Mentirosa.

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Aquella tarde había sido lo suficientemente extraña para la chica de ojos verdes. Gracias a aquel día, pudo tener más conocimiento de la personalidad de la morena, pero... ahora se sentía mucho más perdida que antes. El hecho de que Camila le hubiese confesado que no era buena para establecer limitaciones la había desconcertado por completo...

Ella era la personificación de la libertad... ¿Por qué habría de establecer alguna limitación?

Ella no lo sabía.

La ojiverde en ese momento se encontraba junto a su mejor amiga cerca de aquel enorme hospital privado que había estado en la ciudad desde que ella tenía memoria... siempre que recordaba su pasado en aquella hermosa ciudad, ese hospital estaba presente... siempre.

– ¿Qué hacíamos aquí?

Pregunto Lauren por enésima vez.

La castaña rodó los ojos. Lauren estaba mucho más distraída que de costumbre, ¿Por qué? Ni siquiera Vero tenía la respuesta a esa pregunta... la ojiverde estaba teniendo un comportamiento lo suficientemente extraño como para lograr inquietar a la ojiverde.

– De nuevo... – Comenzó a hablar Vero – Harry nos pidió que pasáramos por Lou para poder llevarlo a casa.

La más alta asintió levemente con la cabeza.

Cierto, aquel día Harry tenía que quedarse hasta tarde en el instituto debido a que tenía ensayo con el club de coro. En poco tiempo serían las estatales y por lo que había podido escuchar; estaban un poco desesperados debido a la ausencia de algún elemento estrella que lograba complementarlos al 100%... ella no tenía ni idea de qué o quién era ese elemento.

Tampoco le importaba.

– El tiempo de su rehabilitación se ha terminado.

Replico mientras observaba la hora en su teléfono celular.

La ojiverde comenzó a caminar junto con su mejor amiga a los alrededores de aquel enorme edificio, con la esperanza de encontrar rápidamente a su amigo Louis.

Lauren no sabía muy bien por qué, pero por alguna extraña razón se sentía un poco familiarizada con el ambiente que tenían las personas que descansaban en las afueras del edificio. Ninguno hablaba, ninguno sonreía... todos mantenían un semblante de seriedad.

Era... un maldito misterio.

– ¡Chicas!

Escucharon la voz aguda de su amigo.

Lauren giró cuidadosamente sobre sus propios talones para poder observar al chico en silla de ruedas, pero... no fue así.

Al momento de girarse su corazón latió muy fuerte.

– Camila...

Llamó la atención de la chica de piel morena que estaba recargada en las agarraderas de la parte trasera de la silla de ruedas de Louis.

Era justo como un gato. Se acerca sin hacer ningún ruido. Ella es impredecible y siempre está jugando. La tomaba por sorpresa, siempre yendo a su ritmo...

La ojiverde frunció el ceño en señal de confusión.

Lauren también era como un gato.

Si me acerco, te alejas. Si estoy herida, te acercas, como si quisieras compartir el dolor. Por eso eres tan importante, Lauren Jauregui...

– Camila.

Repitió Veronica mientras un pequeño suspiro se escapaba de sus labios.

Lauren frunció el ceño.

The girl in the forest. (Camren)Where stories live. Discover now