– Te ves hermosa cuando sonríes...

Se atrevió a decir.

Al escuchar eso, la chica de la melódica detuvo el columpio en seco... ella no estaba acostumbrada a que le dijeran cosas como esas, jamás lo había estado.

Ella siempre había estado familiarizada con los comentarios negativos que solían susurrar a sus espaldas, estaba acostumbrada a que la llamaran rara, estaba acostumbrada a que la tomaran como una persona inmadura, pero... nadie le había dicho nunca que era hermosa, ni siquiera Shawn – su único amigo – lo había hecho.

Lauren sonrió torpemente al notar como la sangre de la morena subía hasta sus mejillas, mostrando un adorable rubor en las mejillas de la chica.

Eso era lo más adorable que la ojiverde había visto en su vida, actualmente no era normal que una chica se sonrojara después de que le dijeran un cumplido como ese, pero... ella lo hacía. En ese momento el corazón de Lauren se acelero, el hecho de que la chica de piel morena se emocionara con su comentario provocaba algo en el interior de la chica de ojos verdes... algo que ni siquiera ella podía explicar.

– ¿Puedo saber tu nombre?

El corazón de la morena se detuvo.

Lauren sabía que aquella pregunta podía ser algo arriesgado, pero maldita sea... estaba desesperada; necesitaba saber el nombre de la chica que lograba arrebatarle el sueño por las noches. Ella necesitaba saber el nombre de la chica que invadía su cabeza las 24 horas del día. Ella necesitaba comenzar a resolver el misterio que la chica de la melódica había conseguido generar en su vida, joder... necesitaba saber aquello.

Un silencio para nada reconfortante invadió el lugar.

La morena no sabía qué hacer... no sabía si sería correcto decirle su nombre a la chica de hermosos ojos verdes que tenía en frente. Ella no sabía por qué, pero la presencia de la ojiverde lograba ponerla nerviosa, era diferente a como se sentía cuando estaba con Shawn. El castaño siempre había logrado incomodarla; la mayoría de las veces no la hacía pasar un buen rato, pero... esta chica era diferente. Por alguna extraña razón, a la chica de piel morena le interesaba la imagen que podría llegar a tener en la cabeza de la ojiverde... por más extraño que le pareciera; ella no quería que la más alta se llevara una mala impresión, ella quería...

Camila.

Agradarle.

La ojiverde sonrió ampliamente al escuchar aquello.

Camila.

Después de tanto tiempo la chica que se había encontrado hacía una semana y media en ese mismo bosque tenía un nombre... Camila. Lauren se atrevía a decir que su nombre era igual de hermoso que ella; le quedaba a la perfección.

Lentamente comenzó a acercarse al columpio amarillo para poder sentarse justo al lado de ella.

Aquello había desconcertado a Camila, nadie además de Shawn se había sentado ahí... nadie aparte de él había querido sentarse a su lado alguna vez. Por alguna extraña razón, eso la ánimo aún más.

– ¿Puedo hacerte una pregunta?

La chica de piel morena rió por lo bajo mientras se balanceaba de nuevo.

– Acabas de hacerlo.

La ojiverde se rascó la cabeza, ahora estaba avergonzada. Una chica que acababa de conocer la había puesto en ridículo; no podía ser más idiota.

– Tienes razón, – Decidió sonreír – quizá dirás que no es de mi incumbencia, pero...

– Sólo suéltalo, uhmmm...

Fue entonces cuando la ojiverde lo recordó; ni siquiera había tenido la educación de decirle su nombre.

– Lauren.

Camila asintió levemente con la cabeza.

Lauren...

– Tú y Shawn... ¿Están saliendo?

La respiración de la morena se quedo atorada en su garganta.

¿Qué si ella estaba saliendo con Shawn? Qué idea tan más absurda era aquella.

Camila sabía perfectamente que el castaño era malditamente atractivo, ella estaba consciente de que miles de chicas en su instituto babeaban por él, pero... a ella no solían gustarle los chicos como él. La morena siempre habría preferido a alguien más devoto que su amigo.

Shawn era un buen tipo, – o al menos eso le había hecho creer – era lindo, divertido e incluso era el quarterback del equipo de futbol americano, pero... ella sabía que el castaño era un gran jugador, él siempre creaba un juego diferente para todas las chicas que solían llamar su atención y, a decir verdad... Camila no quería ser parte de ese juego.

– No.

Lauren le agradeció al cielo al escuchar aquello.

– En realidad... me gustan las personas quienes se entregan con el corazón completo a una sola persona. – La ojiverde se conmovió – Es algo estúpido, ¿No lo crees?

La ojiverde rió por lo bajo mientras negaba levemente con la cabeza.

No, Camila... no lo era.

 

The girl in the forest. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora