Capítulo 14

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—¡Nagisa!,¡¿cuántas veces tengo que decirte que te alejes de él?!—Exclamó su madre por décima vez desde que había visto a Karma merodear por algunas calles cercanas a su hogar, estaba molesta, demasiado para ser sinceros, por lo que solo pudo prepararse para lo inevitable.

Tomó aire y los golpes comenzaron, era irónico, como su madre, una persona que tan solo le imponía las cosas como si aquello fuera ley se dedicaba a criticar a otras personas que no conocía en lo más mínimo. Era gracioso, como la persona que le defendía en la primaria por los mismos actos ahora hacía lo mismo que su ex agresor.

Las lágrimas no tardaron en comenzar a caer, se sentía como una basura, los golpes no le dolían pero las palabras e insultos de su madre sí. Él no era nada, y lo sabía.

—¿Sabes que tan caro me has salido?, he gastado un montón de dinero en ti, ¿y así es como me agradeces, juntándote otra vez con ese niño idiota que no hizo más que lastimarte?, tu mi pequeña niña—Tomó una bocanada de aire y soltó su cabello, sintió como los sedosos mechones de cabello caían frágilmente sobre sus hombros, mordió sus labios y maldigo una vez más tener que cargar con aquello, una madre desquiciada que juraba y perjuraba que era una chica—Tan inocente como siempre—Susurró, Nagisa no podía entender nada, pero la acciones de su madre decían más que mil palabras, paliza tras paliza, eventualmente su madre se fue aburriendo hasta el punto en el que le dejo a un lado.

Mareado, con las fuerzas que aún conservaba buscó su abrigo y se puso, después de aquello todo era borroso, tan solo sentía como sus pies le llevaban sin rumbo alguno, para cuando volvió a recobrar su conciencia se hallaba en un parque cercano a su escuela, tenía menos vida de lo habitual, estaba completamente desolado, exceptuando a uno que otro vagabundo que andaba por ahí durmiendo y algunos perros hurgando en la basura.

Hacía frío, quizás demasiado pero sinceramente no le importaba en lo más mínimo si cogía un resfriado o algo, no quería volver a su hogar, porque ese lugar no se sentía como un verdadero hogar; se dejó caer sobre una banca y observó el cielo completamente oscuro, eran a rondar de las nueve de la noche, las calles estaban desoladas, incluso más que el mismísimo parque.

Por otro lado, completamente ajeno a la situación se encontraba el pelirrojo completamente sumido en sus pensamientos.

—Nagisa...—Susurro de una forma débil mientras en su rostro se podía apreciar a la perfección una hermosa sonrisa, aunque aquella felicidad no duró mucho.

El timbré sonó una y otra, y otra vez, haciéndolo alejar de golpe de aquellos dulces pensamientos, suspiró y se puso de pie regañadientes, ¿quién en sus cabales venía a casi medianoche y comenzaba a tocar como loco el timbre una y otra vez?, con cierta y obvia molestia abrió la puerta para así encontrarse con una Kayano hecha trisas, la chica solo repetía una y otra vez el nombre del pelíazul mientras se hiperventilaba y las lágrimas corrían una tras otra, Karma por su parte no sabía qué hacer, por lo que simplemente tomó a Kaede de los hombros posicionándola justo frente a él.

—Respira, cálmate un poco, ¿qué sucedió?—Podía parecer calmado por fuera, pero por dentro su mente no hacía más que carcomerle con varias teorías de que había sucedido con el peli-azul, lo único que pudo hacer fue confiar en que aquellos pensamientos no eran más que simples suposiciones, y que aquellas horribles cosas que su mente maquinaba nunca serían ciertas, o eso esperaba. Por su parte la chica luego de un rato tomó aire y se calmó un poco, aunque seguía llorando a mares, parecía lo suficientemente calmada como para contarle lo ocurrido.

—Nagisa él...él...huyó de casa...ah pasado un tiempo y ni yo ni su madre no encontramos—Tomó aire, se estaba hiperventilando una vez más, Karma se tensó—P-por eso vine a buscarte, porque quizás tu sabías dónde podía estar—Dicho aquello Karma no espero más y salió del pequeño departamento lo más rápido que pudo, como si su vida dependiera de ello.

Comenzó a pensar, ¿Dónde podría estar Nagisa?, ¿el puente?, no aquello era demasiado obvio, además estaba de camino a su casa así que mucho sentido no tendría, ¿la escuela?, menos aún, entonces fue cuando recordó aquel parque en el que se habían estado reuniendo todo aquel tiempo, sin pensarlo dos veces se dirigió allá con un paso apresurado, mientras Kayano le seguía tan rápido como sus pies le permitían; después de unos cuantos minutos se encontraba ahí.

El lugar estaba desolado, incluso se podría decir que daba mal rollo y todo, pero aquello a Karma le importaba bastante poco, escuchaba a Kayano llamar a Nagisa una y otra vez, gritar su nombre con desesperación, pero aquello no haría gran diferencia la verdad, sentía su corazón latir con una rapidez fuera de lo común, su mente no hacía más que sacar conclusiones apresuradas, mientras buscaba como loco con su vista algún rastro del peli-azul pero nada indicaba que se encontrará ahí.

—¡Nagi....—Los gritos de Kayano fueron detenidos por el pelirrojo ya bastante estresado, este sólo se limitó a cubrir la boca de la peli-verde con una de sus manos y suspirar ya exhausto.

—Escúchame Kayano, sé que estás preocupada por Nagisa, pero los gritos no ayudarán en nada, porque adivina que, ¿te doy una noticia?—Tomó aire y soltó gritando—¡Él no puede escucharte así que cállate de una vez!,¿vale?.

—Yo...lo lamento—Kayano sólo fijó su vista al suelo apenada, sinceramente el pelirrojo nunca se comportaba así, pero al parecer el estrés podía con él y su temperamento.

El pelirrojo se hallaba por completo fuera de sí, con los nervios a flor de punta su temperamento cambiaba fríamente, y aquello no era tan malo, si no hubiera comenzado a llover de la nada, ahora hacía frío, y probablemente se enfermaría al día siguiente, pero a pesar de eso siguió con su búsqueda, como si aquellos factores no le influenciaran en lo más mínimo, después de un rato, vio un pequeño cuerpo tiritar del frío, de inmediato reconoció aquel singular cabello de tonalidades azules, y sin pensarlo mucho corrió hacía él y le abrazó fuertemente, estaba sentado en la banca con sus piernas escondiendo su rostro, muerto del frío, por lo que no correspondió, no hasta que Nagisa divisó aquella melena rojiza, fue entonces cuando sin dudarlo enrollo sus brazos en el cuerpo del pelirrojo.

—Nagisa—Susurró con la voz agitada, sentía su corazón latir con más rapidez que antes, pero esta vez algo en su pecho se sentía cálido, agradable a decir verdad.

El peli-azul no tardó demasiado en separarse de él, aquello no le agrado demasiado, pero no debía culparlo, Kayano estaba observando aquella escena desde lo lejos y no era demasiado cómodo para ninguno de los dos. Karma alzó su vista, aún con el corazón agitado pudo ver la expresión más hermosa de Nagisa, su rostro teñido por completo de un tono carmesí, algunas lágrimas en sus ojos y las cuales eran acompañadas por una hermosa y sincera sonrisa, fue entonces cuando algo hizo click en el interior del pelirrojo, y no pudo hacer más que sonrojarse levemente, aquella escena era simplemente hermosa.

—Gracias por encontrarme—Como pudo movió sus pequeñas manos en formulando aquellas palabras, a pesar de lo cansado y resentido que se sentía sabía que Karma le había buscado sin parar incluso bajo aquel torrencial de lluvia.

El pelirrojo solo negó levemente y sonrió aun con un pequeño sonrojo adornando bellamente sus mejillas.

—Siempre te encontraré Nagisa—El peli-azul solo alargo aún más su sonrisa, antes de que su madre llegará eh interrumpiera la escena.

Sin decir nada la señora Shiota apareció en el lugar, tomando al peli-azul de la mano y arrastrándolo fuera del lugar, aunque no sin antes detener y mirar al pelirrojo a los ojos de una forma desafiante, llena de odio.


—Escúchame bien Karma Akabane, no sé quién te creas para andar molestando una vez más a mi hijo, pero que este pequeño acto no te suba a la cabeza, por no te permito acercarte más a él, brabucón de segunda—Dicho esto la mujer se dio media vuelta y desapareció junto al pequeño peli-azul, mientras aquella hermosa sonrisa y ese leve sonrojo que se habían dibujado en el rostro de Karma se borraban rápidamente para ser sustituidos con una expresión llena de tristeza.

♡♡♡

¡Finalmente terminé el capítulo!,diossss,¿cuantos aquí odian un poco más a la mamá de nagisa que antes? xD.

En fin, en fin, sinceramente aún no supero el final de Ansatsu, me había leído el manga vamos, pero aún sigo llorando como toda una idiota porque ya no veremos a korosensei hasta noviembre, pero que se le puede hacer ;-;.

En fin disfruten el capitulo, porque cada vez Karma y Nagisa se acercan un poco más, y ya sabes en qué va a terminar 7w7.

Una silenciosa vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora