Capítulo 13

1.9K 222 25
                                    


—¿Entonces alguna idea más?—Preguntó de forma entusiasta Kaede, mientras movía a una increíble velocidad el lápiz sobre una pequeña libreta la cual contenía todas y cada una de las ideas dadas hasta aquel momento. Karma simplemente suspiró, Nagisa lucía perdido como de costumbre, por más que tratará de explicarle todo lo que pasaba en aquellas reuniones el peli-azul nunca lograba comprender del todo; si, usualmente solían alejarse de los demás y dejar que todo el grupo decidiera por ellos, pero aquella vez les habían obligado a quedarse y sinceramente había sido demasiado agobiante para ambos—¿Ni una sola idea Nagisa?—Esta vez Kaede le habló en lenguaje de señas, lo cual se le agradecía de sobremanera, dado a que Nagisa era el más ignorado de todo aquel grupo, el pequeño peliazul simplemente se encogió.

—Nada hasta ahora—Declaró con sus manos rápidamente, seguido de aquello Karma se había dedicado a traducir las cortas y concisas palabras del pequeño peli-azul, siempre era así, Nagisa hablaba de algo y a él le tocaba traducir, ya era algo que le salía naturalmente, era como el traductor andante de Nagisa, y eso no le molestaba en lo más mínimo.

—¿Karma?—Esta vez fue Isogai quién se atrevió a preguntarle su opinión acerca de las ideas dadas hasta ahora, sinceramente no le importaba en lo más mínimo los pequeños detalles como la ropa, o efectos de iluminación por lo cual simplemente alzó su pulgar en señal de visto bueno.

—¿Entonces podemos dar la reunión por finalizada, no es cierto?—Declaró Asano con su típico tono de voz amenazador; tan solo se limitaron a asentir, seguido de esto el peli-naranja abandonó su asiento, y el lugar de reunión, pero no sin antes dejar susurrarle algo al oído a Karma, el cual muy feliz no estaba de haber escuchado aquellas palabras—Son como una bonita pareja de casados, lástima que ustedes dos nunca puedan andar juntos, no solo por la falta de oído de cierta persona, sino por el odio que tiene su madre hacía ti—El pelirrojo no tuvo ni siquiera tiempo de rechistarle algo, lo único que pudo hacer es dirigir su mirada llena de odio hacía Gakushuu.

Se sentía impotente, más que la vez anterior, sabía que Asano solo buscaba enojarle lo suficiente como para que el volviera a actuar tal cual como lo hacía en la primaria, repartiendo golpes a las personas que no se lo merecían, sin embargo no se iba a doblegar, ni por él ni por nadie, estaba más que furioso, sus manos se habían convertido en puños, y cierto peli-azul no había tardado en notarlo, por lo que decidió acercarse un poco a él y tomar ambas manos, para luego alargar una hermosa sonrisa, Nagisa lo sabía, la debilidad de Karma era verle sonreír, por eso, cada vez que algo se salía de control y el instinto asesino del pelirrojo volvía hacía aquello, era como un sedante para él.

Las manos de Karma volvieron a su posición normal, para entrelazarlas con las del peli-azul, la tensión había disminuido al igual que la rabia el odio reprimido, el pelirrojo sólo suspiró y luego sonrió.

—Creo que es mejor que todos nos retiremos—Declaró Isogai viendo de reojo la escena, este le dio unas pequeñas palmaditas al pelirrojo en los hombros y simplemente sonrió. No hacía falta fijarse mucho en aquellos dos para ver lo cuanto que se apreciaban mutuamente, incluso el mismísimo Asano lo sabía aunque renegara aquella relación, Karma y Nagisa se querían, y lo demostraban muy bien, aunque lo irónico de todo aquel asunto era que por más que sus sentimientos fueran tan obvios que las personas ajenas a la relación se dieran cuenta de aquello, ellos no, al menos Karma, el cual se renegaba a creer que Nagisa fuera capaz de sentir algo hacia él además de un odio intenso. Era algo triste, pero no podían culparle los recuerdos de su infancia no hacían más que atormentarle día tras día, por lo que para él por más enamorado que estuviera del peli-azul sería simplemente increíble creer que el aceptaría sus sentimientos luego de haberle hecho sufrir tanto.

Nagisa soltó las manos de Karma y sonrió tiernamente, observando a reojo al pelirrojo, el cual lucía mucho más calmado que antes, incluso podía observar un pequeño sonrojo en sus mejillas, el cuál no hizo más que acelerar un poco más su corazón.

—Es hora de ir a casa, Karma—Alargó sonriente, mientras Karma simplemente asentía y tomaba su mano, usualmente no solían hacer aquello, pero Nagisa sentía que era lo mejor para calmar un poco las aguas y hacerle olvidar un poco las cosas que habían ocurrido con Asano.

Su corazón latía con una rapidez inalcanzable, Nagisa estaba más que seguro que en aquellos momentos era como un tomate andante, sentía sus mejillas arder y su cabeza dar vueltas, observó el rostro de Karma, a él parecía no afectarle en absoluto la cercanía, suspiró mientras bajaba su mirada al suelo. Sabía que Karma son sentía más que culpabilidad por él, sin embargo se había empeñado en incluso declarársele, cuando sabía que aquella relación era simplemente imposible, su madre no dejaba de hablar mal de Karma día tras día, y desde que había comenzado a pasar tiempo junto a él, no había dejado de replicarle y recordarle una y otra vez porque Karma no era una buena persona y mecho menos una buena influencia o compañía. Claro que si hablábamos de buena influencia o buena compañía ella tampoco lo era, vistiéndole como chica cada vez que tenía la oportunidad, golpeándole seguidas veces solo por rechistarle, sinceramente le parecía que ella era la menos adecuada para dar una opinión, pero al fin y al cabo no le quedaba más que callar, después de todo, los adultos siempre son más sabios que los niños, o eso era la imagen que imponía la sociedad, realmente ridículo.

Para cuando se había dado cuenta ya había llegado a su hogar, un pequeño departamento lo suficientemente grande para él y para su madre, sintió como la mano de Karma se alejaba de él, esté solo sonrió odiando una vez más el hecho de no poder pasar mucho más tiempo junto él, de no poder probar aquellos labios que se encargaban de traducirle a los demás cada pequeña pequeño pensamiento que tan solo él y unos pocos lograban comprender.

—Hasta mañana Nagisa—Sintió como aquel tacto tan familiar se posaba justo sobre sus cabellos para luego revolverlos de una forma cariñosa, Nagisa simplemente se sonrojo y sonrió.

—Hasta mañana Karma—Dicho esto abrió la puerta del pequeño departamento, hasta ahora completamente desolado por la falta de su madre, y dejando entreabierta la puerta vio como el pelirrojo lentamente se alejaba, para luego desaparecer por completo bajo la luz de la luna.

Luego de aquello cerró por completo la puerta y se recargo de ella, su corazón aún latía fuertemente, se sentía en el cielo cuando pasaba tiempo con Karma, se sentía como la persona más afortunada del mundo, el rey del universo, estaba seguro de que sus mejillas se hallaban completamente rojas, pero aquello no le importaba en lo más mínimo, amaba a Karma por más que sus madre o que el mismísimo Gakushuu se interpusiera en ello. Nagisa Shiota había caído por completo bajo los pies de Karma Akabane, y no se rendiría hasta conseguir que ambos estuvieran juntos.

♡♡♡

¡Estoy viva lo juro!,sé que casi ha pasado un mes desde la última actualización, pero la escuela, los proyectos, lo trabajos, era simplemente una locura, sin embargo no se preocupen volveré a actualizar semanalmente dado a que finalmente he salido de vacaciones.


Una silenciosa vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora