Secretary • muke

Veintiuno*

Luke despertó sintiendo que su pecho se hundía. Faltaba cuarto para las cinco de la madrugada, no había señal de luz viniendo de fuera. Escuchó atentamente a las gotas de lluvia que hacían ruido al golpear la ventana, era casi como si el rítmico sonido de la lluvia fuera al ritmo de su respiración. Se le hacía difícil respirar, sus cortas y pesadas respiraciones llenaban la oscuridad de la habitación. Pensó en ir al King's Park a ver el amanecer, y los recuerdos de sentarse con sus hermanos en la playa de Bondi temprano los sábados hacía explotar su mente. Sidney era un lugar de amaneceres y Luke se sentía nostálgico.

Salió de la cama, estirando sus brazos frente a él mientras caminaba en la oscuridad. Despacio y con cuidado se dirigió a la puerta de su dormitorio, asegurándose de que iba en el camino correcto y no estaba por correr hacia alguna pared. Cuando sintió el frío de la puerta contra la palma de su mano, paró. Giró la perilla lentamente, cerrando levemente sus ojos cuando las bisagras rechinaron. No quería hacer ruido. Todo lo que quería era ir al cuarto de huéspedes donde su mejor amigo dormía y no sentirse solo. Simplemente quería saber que tenía a alguien.

Tenía frío. El piso de madera se sentía como hielo bajo sus pies desnudos y la piel se le ponía de gallina, haciendo que el rubio sobara su brazo en un intento de calentarse. Debió haberse vestido con algo más abrigador que un par de shorts de Peter Alexander y una de las camisas de Calum. Bajó hacia el cuarto de huéspedes donde sabía que Calum dormía, gentil y cuidadosamente abrió la puerta y entró. Podía ver la silueta de Calum en una esquina de la cama, durmiendo plácidamente. Hasta que se revolvió entre las sábanas dándose la vuelta hacia Luke, pero en la oscuridad, Luke no podía decir si estaba despierto o no.

"¿Lukey?" La voz de Calum sonaba ronca y cansada y Luke se sintió mal por haberlo despertado. "¿Estás bien?"

Luke no respondió. Se introdujo en el cuarto, cerrando la puerta lentamente detrás de él mientras Calum se sentaba y tallaba sus ojos. El kiwi no cuestionó a su amigo cuando se metió en la cama, echándose sobre su estómago y acercando a Calum a él. Lo hizo, mientras se recostaba y dejaba que Luke se recostara en él de tal manera que la mitad de su cuerpo estaba en Calum. Enredó sus brazos en el rubio, manteniéndolo cerca y haciéndole saber que estaba a salvo. Siempre estaban a salvo el uno con el otro.

Nadie dijo algo. En su lugar, se enfocaron en la respiración del otro, sus latidos rítmicos y la lluvia de fuera. Era como música para sus oídos. "Te amo." Luke dijo levemente después de un largo silencio, esperando a que su amigo se durmiese rápido.

"Yo también te amo." Calum susurró en respuesta antes de que ambos se durmieran. Luke se sintió menos mal.

Se despertaron ante el sonido de la alarma de Luke en el otro cuarto. El rubio fue el primero en salir del agarre de Calum, y caminó con pereza hacia su cuarto para apagar la alarma. Decidió ir al cuarto para despertar a Calum. Se dio cuenta de que el moreno podía seguir durmiendo y todavía tenía mucho tiempo de sobra antes de irse a trabajar. Se sorprendió al ver a Calum ya en la cocina con el torso desnudo.

"Buenos días." Luke sonrió, pero Calum frunció el ceño.

"¿Sabes de qué me di cuenta?" Luke sacudió la cabeza, caminando junto a su amigo para tomar un tazón del gabinete. Calum encendió la máquina de café. "No podré tocar música y estoy en el hospital."

"No estarás ahí para siempre, Cal." Luke chasqueó la lengua, dándole al kiwi una sonrisa de ánimo. "Estarás ahí unos días para ver cómo va todo y estarás tocando antes de que te des cuenta."