Tres*

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Michael odiaba cuando el viernes se acercaba. Claro, él pasaba dos días sin pensar en el trabajo, pero también significaba dos días en casa con Jane. Ese viernes en particular había empezado con gritos en la casa de los Clifford y vasos siendo tirados en dirección a Michael. Afortunadamente, Michael solo era lastimado cuando recogía los restos de vasos rotos del piso. Manejar hacia el trabajo era la única cosa que lo tranquilizaba antes de ingresar a la oficina.

"Buenos días, señor Clifford." Le sonrió Luke, Michael instantáneamente sintió su cuerpo relajarse levemente.

"Buenos días, Luke." Asintió mientras caminaba hacia su oficina, solo para salir de nuevo unos segundos después. "¿Estás ocupado esta noche?

Luke levantó la vista hacia él con sorpresa, sacudiendo su cabeza rápidamente. "No señor." Tomó eso como una oportunidad para mirar dentro de los ojos de Michael, sintiendo su cuerpo estremecerse mientras los ojos de Michael se dirigían hasta sus labios. No estaban a una proximidad cercana; Luke estaba sentado en su escritorio y Michael estaba parado en la puerta, pero ambos se miraron el uno al otro por más tiempo del que deberían, los dos hombres podían sentir que la tensión comenzaba a crecer.

"¿Crees que podrías quedarte hasta tarde? Tengo muchos casos por revisar y podría realmente necesitar ayuda." Luke frunció el ceño levemente, pero duró bastante como para que Michael se diera cuenta de que lo hacía y después sonreía ampliamente.

"Claro." Asintió. "Yo voy, um, yo sólo voy a... Seguro."

"Gracias, Luke." Le sonrió Michael, entró en su oficina y suspiró. Sabía que no debía pedirle a Luke que se quedase para ayudarle con los casos, pero pasar tiempo con su secretario sonaba mejor que pasarlo con su esposa.

El resto del día transcurrió dolorosamente lento. Michael solo quería colapsar en el sillón de cuero de su oficina y dormir todo el fin de semana, aunque sabía que no podía. Un poco después de las seis, cuando Michael luchaba por mantenerse despierto, alguien llamó a la puerta.

"¿Sí?" Preguntó, subiendo la mirada para mirar a su compañero que estaba parado con una sonrisa amarga en su rostro. "Oh, hola Ashton."

"Luces terrible." Remarcó Ashton, entrando en la habitación con algunos papeles en la mano. "Casi me arrepiento de traerte aún más trabajo."

"¿Aún más?" Suspiró Michael, mirando la pila siendo abandonada en su escritorio.

"Aún más." Ashton asintió, sonriendo levemente mientras observaba como Michael fruncía el ceño poco a poco. "Guarda la motivación, Mike. Estás a nada de ser un trabajador mayor, este trabajo extra podrá ayudarte."

"Gracias." Murmuró Michael, abrió uno de los sobres y leyó sobre el caso. Parecía simple, solo deseaba que los demás también lo fuesen.

"¿No planeas irte a casa todavía? Ella dijo que estaba muriendo por tener otra degustación de vinos. ¿Qué tal en nuestra casa la siguiente semana?"

"Creo que podría." Asintió Michael, evitando el contacto visual con el rizado frente a él. "Le preguntare al jefe y después te aviso."

"Bien." Ashton sonrió. "Te veo el Lunes entonces, Mike."

Michael no contestó. En vez de eso, observó a Ashton irse de su oficina en toda su gloria. Todo en Ashton Irwin gritaba clase. Su caminar, su voz, su todo. Si lo observabas de cerca, podías ver que adondequiera que Ashton fuera, la gente volteaba a verlo. Era ese tipo de persona que obtenía la atención de cualquiera sin ningún esfuerzo. Incluyendo la de Michael.

"¿Señor Clifford?" La suave voz de Luke devolvió a Michael de sus pensamientos. Sus ojos se clavaron en el alto rubio parado en su puerta. "¿Deberíamos, um, empezar?"

Secretary • mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora